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Zanetti: “Todos los entrenadores que pasaron por el seleccionado quisieron inculcar su estilo”

El actual vicepresidente de Inter de Italia presentó un proyecto en esta ciudad y le concedió una entrevista exclusiva a LA CAPITAL.

Por Marcelo Solari

La idolatría por “il capitano” (el capitán), y también su capacidad, lo llevaron a convertirse nada menos que en “vicepresidente”. Un cargo que Javier Zanetti lleva con honor y responsabilidad allá en el Inter italiano, donde escribió varios de los capítulos más gloriosos de su exitosa carrera como futbolista.

Una carrera extensa a la que no le faltaron títulos (ganó 14 con el Inter, incluida la Champions League y el Mundial de Clubes y el oro panamericano en Mar del Plata 1995 con el seleccionado argentino) pero por sobre todas las cosas, marcó un camino desde la seriedad profesional, el rendimiento y la conducta. En más de 1100 partidos disputados apenas fue expulsado dos veces. Su calidad dentro de la cancha sólo puede compararse con sus valores, los mismo que trasladó afuera de la línea de cal para ser líder de un proyecto solidario sin precedentes, el cual ha trascendido fronteras y ha recibido múlitples reconocimientos: la Fundación PUPI (Por Un Piberío Integrado).

Luego de la presentación de uno de sus proyectos más ambiciosos, en el marco del programa “Construyendo un Nosotros, Mar del Plata – Batán”, Zanetti le concedió la siguiente entrevista exclusiva a LA CAPITAL:

-Cómo es ser vicepresidente de una organización tan grande e importante como Internazionale de Milán?

-Llevo el cargo con felicidad y también con una gran carga de responsabilidad. Estoy muy contento con el trabajo que estoy haciendo, por el rol que me toca cumplir. Trato siempre de transmitir los valores de la institución en todo el mundo y ojalá que el Inter pueda volver a pelear por cosas importantes.

-Justamente, ¿cuál es la sensación de ver al equipo sin el protagonismo de otros tiempos?

-Creo que el año pasado, cuando logramos la clasificación para la Champions League, fue el puntapié inicial de algo nuevo. A partir de ahí, siempre tenemos que apuntar a mejorar. En la Serie A del “calcio” me parece que las cosas están yendo muy bien (N. del R.: Inter está tercero, detrás de Juventus y Nápoli). Sabemos que todavía necesitamos dar mucho más, pero estoy convencido de que se está haciendo un gran trabajo institucional y el equipo es cada vez más competitivo.

-Jugaste hasta los 40 años o, lo que es lo mismo, hasta cuando quisiste seguir. ¿No te costó el día después del futbolista?

-No, porque fue una cosa pensada. Cuando uno se retira estando bien física y futbolísticamente, eso tiene un valor importante. Es lógico que tomar la decisión es muy difícil. Requiere de tiempo de maduración, claridad, adaptación y también de encontrar nuevas motivaciones. Me pareció que había llegado el momento, que estaba preparado y lo decidí. Por suerte no me costó dejar atrás la etapa del futbolista.

-¿Nunca se te despertó el interés o la inclinación por la dirección técnica?

-No, de verdad que no. Desde que dejé de jugar, siempre me enfoqué en la parte institucional. Ser dirigente o manager. Y estoy muy cómodo y muy feliz en mi función.

-Como jugador del seleccionado pasaste por la conducción de entrenadores de diferentes gustos y métodos futbolísticos. ¿Es verdad que hay un único estilo identificado con el ser argentino? ¿O es una frase hecha?

-Creo que cada entrenador, desde divisiones formativas hasta el máximo nivel, tiene su manera de ver el fútbol. Y todos los entrenadores que pasaron por el seleccionado qusieron inculcar su estilo y transmitirlo. Algunos pudieron, otros no. El jugador argentino siempre tiene esa cosa tan particular que nace del potrero y es una ventaja. Hay que preservarla por encima de todo, porque eso que lo hace distinto le permite, también, adaptarse a diferentes maneras de jugar.

-¿Cómo considerás la actuación de Argentina en el Mundial de Rusia 2018?

-Dolió. Dolió por cómo quedamos afuera. Pero era de esperar porque en los últimos cuatro años se cambiaron cuatro entrenadores. Era previsible que esto sucediera. Ahora hay que mirar para adelante y apoyar a Leonel Scaloni que es el nuevo entrenador.

-Tu nombre siempre estuvo ligado a la Selección durante más de 15 años y jugaste dos Mundiales. Sin embargo, te quedaste sin Alemania 2006 y sin Sudáfrica 2010. ¿Cuál te dolió más?

-Dolieron las dos. Fueron distintas las dos ausencias, pero creo que había hecho todo lo posible para poder estar. Jugué durante todo el ciclo de ambas selecciones (N. del R.: uno a cargo de Marcelo Bielsa y luego José Pekerman, y el otro, entre Alfio Basile y Diego Maradona) y me terminé quedando afuera en los últimos amistosos previos a cada uno de esos dos Mundiales. Pero esto forma parte del fútbol y no soy un tipo rencoroso, así que lo tomé como algo natural de nuestra profesión.

-Entre los muchos logros a lo largo de tu carrera, ¿el momento cumbre fue ese gol a Inglaterra en el Mundial 1998?

-Sin dudas. Por todo lo que significa para los argentinos jugar contra Inglaterra. Porque era en octavos de final de un Mundial y sobre todo porque lo hice en el torneo más importante y con la camiseta de mi país.

-Y del lado contrario, ¿qué considerás como una frustración o una cuenta pendiente?

-(Piensa un instante) Sinceramente, por cómo fue mi carrera, por la manera en que se dio, no me arrepiento de nada y no tengo cuentas pendientes. Todo lo que he logrado fue a base de sacrificio. Estoy convencido de que sin sacrficio no se obtiene nada y si miro para atrás, estoy muy feliz por todo lo que hice.

Al frente de la batalla contra la vulnerabilidad de niños y adolescentes

El próximo y muy importante paso de la Fundación PUPI será la construcción de un centro deportivo y cultural en el barrio SOIP (avenida Antártida Argentina y Mario Bravo), en tierras cedidas por el mencionado sindicato. La primera etapa consiste en una cancha de fútbol de medidas reglamentarias, que admite subdivisiones para hasta cuatro canchas de fútbol 7, batería de sanitarios, oficinas, confitería y alambrado perimetral, entre otras cuestiones.

-¿Cómo llega la decisión de liderar una Fundación para mejorar la calidad de vida de miles de niños en situación de vulnerabilidad?

-Fue una suma de cosas. Fuimos elaborando la posibilidad a partir de distintas reuniones y, al conseguir el apoyo necesario y ver que nuestras acciones tenían una buena recepción, nos decidimos. En 2001 asumimos esta responsabilidad con la Fundación, en un momento muy complicado y difícil de Argentina, con el compromiso de brindarles a los chicos y los jóvenes un futuro mejor.

-Decías que comenzaron con la Fundación en un momento complicado del país y ahora asumen un nuevo proyecto importante en otro momento difícil. ¿Se pueden trazar paralelos?

-Es una situación parecida, aunque ya sabemos que, lamentablemente, Argentina atraviesa por crisis con cierta frecuencia. Yo percibo que las dificultades económicas preocupan a la gente, pero para mí, es más profunda la dificultad social. Es cierto, atravesamos un presente complicado. Pero ante ese cuadro de situación quedan dos caminos: ampararse en ese contexto de dificultades y no hacer nada, o redoblar esfuerzos, trabajar y encarar los objetivos. Nosotros, desde la Fundación, con el apoyo de mucha gente, elegimos la segunda opción.

-¿Para cuándo tienen previsto finalizar con las obras de esta primera etapa del centro deportivo y cultural en el barrio SOIP?

-Tenemos pensado empezar a construir el mes que viene (febrero) y ojalá que en el menor tiempo posible se pueda terminar. Se habla de entre 6 y 9 meses, aunque sabemos que en las obras siempre aparecen imponderables. Lo más importante es que está a la vista la buena predisposición de parte de todos. Como dije en la conferencia, hay que armar un buen equipo para jugar este partido y alcanzar el objetivo.

-¿Te sorprendió de alguna manera cómo se ha multiplicado el apoyo que recibieron por parte de las empresas locales?

-Sí, la verdad es que me siento muy feliz por el apoyo. Allá por el mes de julio, cuando vinimos a la primera reunión, asistió la mitad o menos de la gente que estuvo en esta presentación. Es una muestra más de lo que se puede conseguir y también una manera de sensibilizar a la gente que vive en Mar del Plata, porque saben que todo el foco está puesto en un objetivo para beneficiar a los chicos de acá.

-¿Puede ser un efecto mulitiplicador para sumar más voluntades?

-Sí, seguramente. Toda las personas que se quieran sumar son bienvenidas, porque las necesitamos. No sólo a nivel económico, sino también a gente que quiera dar una mano con cualquier tipo de aporte para este gran proyecto.

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