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El Mundo 17 de mayo de 2016

Jornada sangrienta en Irak: 84 muertos

Hubo tres atentados en zonas de población chiita. Estado Islámico lapidó hasta la muerte a 21 jóvenes por tener "supuestas relaciones ilegítimas".

Decenas de personas inspeccionan el lugar donde fue perpetrado un atentado en Bagdad. Foto: EFE.

BAGDAD, Irak.- En una nueva jornada sangrienta en Irak, el Estado Islámico (EI) lapidó hasta la muerte a 21 jóvenes por tener “supuestas relaciones ilegítimas” y reivindicó uno de tres atentados en zonas de población chiita en Bagdad, en los que murieron al menos 63 personas y más de 100 resultaron heridas.

Además de los atentados con decenas de víctimas, el jefe del Comité de Derechos Humanos del Consejo de la provincia de Nínive Gazuan Hamed al Daudi, denunció que en Mosul agentes de la llamada “hesba” (policía del EI) lapidaron hasta la muerte a una mujer y a 20 jóvenes hombres por haber mantenido “supuestas relaciones ilegítimas”, informó la agencia EFE.

En el norte del Bagdad, el primer y más violento ataque de esta seguidilla fue en un mercado de mayoría chiita en el barrio de Al Shaab, donde murieron 38 personas y hubo al menos 70 heridos. Fue el único -hasta el momento- que reivindicó el EI, indicaron fuentes locales citadas en el portal RT y por la agencia de noticias ANSA.

De acuerdo a las fuentes de seguridad, los extremistas lanzaron una bomba por fuera de los muros que rodean al mercado y luego una mujer, según identificó un vocero del Comando de Operaciones de Bagdad, se inmoló con un chaleco explosivo entre la gente que llegó a ayudar a las víctimas.

En un comunicado difundido en la web, el EI -que se ve forzado a un retroceso territorial en el norte de Irak- afirmó que el ataque fue conducido por un iraquí y estuvo dirigido contra las milicias chiitas, pero no hubo repercusiones sobre la autoría de los otros dos ataques.

El segundo fue a causa de otra bomba que estalló en la zona de Al Rasheed, un barrio mixto al sur de la ciudad, donde seis personas murieron y 21 resultaron heridas.

Y esta mañana también se registró un tercero con coche bomba en el distrito de Madinat as Sadr, en un mercado de mayoría chiita en la castigada Ciudad Sadr, al este de la capital iraquí, donde hace pocos días también hubo un mortífero atentado. Esta vez, al menos, 19 personas perdieron la vida y 40 fueron heridas a causa de un coche bomba.

La convulsionada población iraquí supo también hoy que el EI lapidó hasta la muerte a una mujer y a 20 jóvenes varones en la ciudad de Mosul, en el norte del país, por haber mantenido supuestas relaciones ilegítimas

Así lo denunció Gazuan Hamed al Daudi, jefe del Comité de Derechos Humanos del Consejo de Nínive quien sostuvo que esta letal práctica de tortura fue realizada por la policía del EI en el barrio de Al Tahrir, frente a la mezquita al Zahra, al este de Mosul, capital de Nínive en manos del EI desde junio de 2014.

Según las fuentes locales consignadas por la agencia EFE, antes de proceder a la lapidación, uno de los yihadistas leyó un comunicado del denominado Tribunal religioso del EI frente a una multitud que fue obligada por la fuerza a presenciar el asesinato en ese lugar público.

Los yihadistas arrojaron piedras contra las víctimas durante cerca de una hora, hasta provocarles la muerte, y sus cuerpos fueron trasladados posteriormente al depósito de cadáveres de Mosul.

Según Al Daudi, un total de 90 jóvenes iban a ser ejecutados, pero el EI se limitó a matar a 21 personas para que sirva de escarmiento y con el objetivo de “impedir la práctica de la prostitución y la fornicación”, según expresaron los yihadistas.

También la fuente sostuvo que el EI efectúa diariamente ejecuciones y detenciones de antiguos miembros del ejército y de la policía iraquíes, además de funcionarios del gobierno.

Entre los métodos para matar gente, utilizan el fusilamiento, la decapitación o degollamiento, la lapidación e incluso el lanzamiento de personas desde techos o terrazas de edificios públicos, casi siempre en presencia de otros ciudadanos.

En los últimos días hubo varios ataques. El viernes último miembros del EI atacaron un bar de hinchas del Real Madrid en la localidad Samarra, situada a unos 125 kilómetros al norte de Bagdad.

Pero el miércoles pasado el grupo extremista sunnita, que controla amplias zonas del norte y el oeste de Irak desde junio de 2014, además de parte de la vecina Siria, mató al menos 93 personas en tres atentados perpetrados en dos barrios de mayoría chiita y otro sunnita en Bagdad, en una de las jornadas más sangrientas de los últimos meses en Irak.

Ese día, el general de división estadounidense Gary Volesky, comandante de las fuerzas terrestres en la misión de combate contra los yihadistas, dijo que los ataques “son una muestra de que el grupo EI está desesperado”.

Volesky sostuvo que “el enemigo no para de perder terreno y ahora recurre a estos ataques desesperados” y aseguró que las autoridades iraquíes no reubicaron las tropas destinadas más al norte para forzar la retirada del EI en las zonas que aún controla.

El EI, que proclamó un califato en las zonas bajo su control en Irak y Siria en 2014, está recurriendo últimamente con más frecuencia a los atentados contra civiles después de perder terreno.

Ayer, el vocero del Pentágono, Peter Cook, anunció que los yihadistas perdieron el 45 por ciento de su territorio en Irak desde el comienzo de la ofensiva de la coalición liderada por Estados Unidos y el 20 por ciento en Siria.

Estos atentados se producen en medio de una aguda crisis política a causa del rechazo de los bloques políticos a la remodelación del gobierno del primer ministro, el chiita Haidar Al Abadi.

A falta de un censo actualizado, se estima que el 60% de los 35 millones de iraquíes son árabes de confesión chiita, algo menos del 20% árabes sunnitas, y otra cifra similar kurdos (la mayoría sunnitas, pero también chiitas).

La grave crisis política de Irak compromete la lucha contra el EI, que está tratando de aumentar la inestabilidad y agudizar la fractura confesional.

La cadena Al Jazira reveló hace pocas horas que más de 10 millones de iraquíes necesitan ayuda humanitaria inmediata. De acuerdo a estimaciones de la ONU, la crisis en Irak es “una de las peores del mundo” y la guerra contra ISIS ya dejó “a más de 3,4 millones de desplazados internos iraquíes”.

Hace cinco días la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) denunció que los atentados en Bagdad se ajustaban al “patrón de crímenes contra la humanidad”.

En un comunicado recordó que el EI ha asumido en los últimos meses varios ataques contra mercados, restaurante o un estadio de fútbol, lo que indica que su objetivo es el “asesinato deliberado de civiles” que constituye “un crimen contra la humanidad”, según el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (CPI) al que Irak aún no ha ratificado.



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