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Arte y Espectáculos 18 de agosto de 2020

Juan Miguel Carotenuto y todos los lugares de su Diverso Mundo

Su segundo disco es una síntesis de todas sus búsquedas musicales y también una definición de principios. Participan más de veinte artistas. Ya trabaja en “Les amores”.

Un disco nutrido por el amor de los compañeros de ruta y de mirada, que lleva un título que es, a la vez, toda una definición de principios: Diverso Mundo. En su segundo disco solista, Juan Miguel Carotenuto apela a la transparencia: esa diversidad no es otra que la multiplicidad de estilos musicales que se alojan en esta producción. Y es una manifestación de deseo, el anhelo de que sean realmente muchos los mundos que puedan vivirse.

Es la misma diversidad que lucha contra el pensamiento único y que defiende las otras maneras de amar, de ser y de sentir que habitan en el interior de los seres humanos. Musical y existencialmente, un disco que sintetiza las búsquedas de un activo promotor de la música independiente, palo que aprendió a conocer en la misma casa materna-paterna.

Su mamá Marita le habló de las luchas feministas a temprana edad. Su papá Luis Caro le enseñó de sonoridades latinas y de viajes en soledad. Ambos le contaron de lo duro de vivir un exilio.

“Es una metáfora de los mundos que habitan en mi”, dice Carotenuto a LA CAPITAL sobre de qué va la palabra “diverso”. Y habla de los diferentes temas que aborda (el amor, las injusticias sociales, lo existencial), de los muchos géneros musicales que transita y de los arreglos realizados a cada una de las once canciones.

“Yo lo sitúo como un disco dentro del género canción, que está atravesado por el rock, el jazz, el candombe, la música latinoamericana y es un disco grande en cuanto a las participaciones musicales que tiene”, explica el flamante Licenciado en Música, que eligió vivir en La Plata, la ciudad en la que estudió y se graduó. Lo hizo con la tesis sobre la batería en los ritmos del continente.

Sería imposible encasillarlo en un solo género, porque “pasa por un montón de lugares”, un aspecto que disfruta si piensa en la música comercial y en la necesidad de colocar cada obra en “una batea”, o en un nicho fácil de deglutir.

Por el contrario, a sus 34 años confeccionó canciones que son un universo en sí mismo, parecidas a ninguna. De todas ellas, “Buena para todos mis compas” bien resume el espíritu amiguero del disco, que cuenta con la participación de más de veinte músicos y músicas.

Entre ellos, José San Martín, Noelia Recalde, Lucas Finocchi, Martin López Camelo, Juan Fermín Ferraris, Pilar de Larrañaga, Natalia Berriel Rosas, Patricio Pretti, Victor Amoresano y Valentino Sampaoli, entre otras personas. El arte de tapa, en tanto, es un collage de Florencia Alonso. 

“Sobre Buenas para todos mis compas, la canción surge como una metáfora del juego de la escondida, y ese acto heroico de llegar último y poder salvar a compas. Mi infancia fue en el barrio 9 de Julio, un barrio humilde de laburantes, y nos pasábamos todo el día jugando en la lleca. Ese juego era uno de los preferidos. Obviamente es una metáfora que da el punto de partida a todo el resto”, cuenta sobre esa canción.

Grabado en Mar del Plata, editado en 2019, Diverso Mundo le sigue a Destellos, su primera incursión solista después de participar como baterista en una gran cantidad de discos de otros músicos. Prolífico, ya trabaja en su tercer proyecto musical. Anticipa que se llamará “Les amores” y que tendrá un concepto más homogéneo.

“Banco el lenguaje inclusivo, será un disco más positivo, más esperanzador, más compañero, porque venimos de años muy hostiles. Tiene canciones sobre el amor en todas sus formas”, adelanta Carotenuto y confiesa que buscará sonar más ajustado desde el mensaje poético.

“Estoy más concentrado en lo que escribo, hasta ahora dejaba que las letras fluyeran, pero ya no quiero dejar esa parte tan libre”, reconoce. Y cuenta que la cuarentena interrumpió un viaje que iba a hacer por Perú y Ecuador y que, a cambio, se puso a profundizar en el estudio de la guitarra a través de clases virtuales con Jorge Armani.

También se dedicó a leer a autores postergados, Herman Hesse, Borges y Milan Kundera. “Estos fueron años muy activos, necesitaba un corte, por eso iba a emprender ese viaje”, cuenta.  A falta de caminos reales, se dedicó a transitar su propia interioridad. Otra manera de viajar para un buscador de sentidos como él.

Podés escuchar el disco acá:



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