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Policiales 5 de mayo de 2025

Juicio contra el exjefe de la Policía: “Lo cacheteaban un poco, le pegaban unos golpes”

El testigo que filmó el video viral en el que se ve cómo el colombiano Sergio Andrés Franco, es agredido en el interior de un hotel alojamiento, reconoció a los imputados, los expolicías Christian Marcozzi y Walter Osvaldo Almaraz. Finalmente la víctima no pudo ser ubicada, por lo que su declaración será incorporada por lectura, a pesar de las quejas de las defensas.

El exjefe de la Policía Departamental de Mar del Plata, Christian Marcozzi, y quien era el jefe de calle de la Comisaría Segunda, Walter Osvaldo Almaraz, comenzaron a ser juzgados por haber golpeado a un hombre esposado en el cuarto de un hotel alojamiento para que diera información de unos celulares robados en enero de 2020.

Este lunes, el Juzgado Correccional N° 4, en el séptimo piso de Tribunales, fue el escenario del inicio del debate oral y público contra quien era el jefe de la Jefatura Departamental y contra quien era el jefe de calle de la Comisaría Segunda, ambos imputados por “vejaciones sobre personas a su guarda e incumplimiento de los deberes de funcionario público en concurso ideal”. Es decir, por cometer excesos contra un detenido, por golpearlo y humillar a una persona esposada para que diera información del delito que acaba de cometer.

Del juicio, en el que no permitieron a los medios tomar imágenes, participan la jueza Olmedo, el fiscal Luis Ferreyra, el abogado Osvaldo Verdi como defensor de Marcozzi y la abogada Adelina Martorella en defensa de Almaraz. Al tratarse de un debate oral y público contra un exjefe de la Jefatura Departamental, también estuvieron presentes diferentes abogados penalistas, entre los que se encontraba el exjefe de la Policía de Mar del Plata, Marcelo Di Pasqua.

Por su parte la víctima, el colombiano Sergio Andrés Franco, que tuvo diferentes conflictos con la ley penal argentina, no estuvo presente en el debate ya que se desconoce su paradero desde años. La principal sospecha de los investigadores es que volvió a Colombia en 2023.

El fiscal Ferreyra, en su alegato de apertura, planteó el hecho como un caso de “vejaciones sobre personas a su guarda e incumplimiento de los deberes de funcionario público en concurso ideal”, delito que prevé una pena de 1 a 5 años. Mientras que ambas defensas adelantaron que solicitarán la absolución de los expolicías, ya que el delito planteado por la fiscalía no estaría “tipificado”, es decir que no está definido de forma precisa por la ley o descrito.

Al no estar presente la víctima, y testigo del hecho, y no haber sido hallada por la Policía Federal tras diversos intentos, ni respondido a los edictos judiciales publicados en diferentes medios, el fiscal solicitó que se incorporara por lectura la declaración que dio al momento del hecho, pedido que despertó la enérgica oposición de ambos abogados defensores, que consideraron que de esa manera si vulneraba el derecho de defensa en el debate, por no poder confrontar el testimonio con la víctima.

A pesar de los argumentos esgrimidos por Verdi y Martorella -como la falta de notificaciones actuales para que Franco se presentara en el debate y la falta de una correcta identificación-, la jueza Olmedo permitió la incorporación de esa declaración.


Un video de excesos y golpes que se hizo viral


Las imágenes son contundentes: hay un hombre sin remera con las manos esposadas a su espalda y policías que lo rodean, que lo golpean para que hable. Incluso un policía parece humillarlo y utiliza un guante de látex, de esos que se usan para lavar los platos, con el que lo golpea en la cara como si fuese una bandita elástica gigante, lo estira y lo suelta para que dé en el rostro de la víctima.

Ese video fue filmado por el conserje del hotel alojamiento ubicado en Gascón al 2000 -a la vuelta de la Jefatura Departamental- donde Sergio Andrés Franco fue detenido. Y ese conserje declaró en el juicio, ante la presencia de los dos expolicías acusados de vejaciones.

El testigo explicó que ese 22 de enero de 2020, cerca de las 15, llegó a su trabajo en el hotel alojamiento Breda y encontró en la vereda a tres mujeres llorando porque les habían robado un celular, que por el GPS figuraba dentro del lugar. Entonces, revisó el libro de clientes y chequeó que a las 7 de la mañana había ingresado una pareja a la habitación 201, por lo que llamó al cuarto para decirles que si habían encontrado un celular que lo devolvieran. Sin embargo, una mujer respondió que no tenían nada que ver.

Un patrullero con dos policías llegó al lugar, por lo que el conserje otra vez avisó en la habitación y les dijo que estaba la policía. Tras esta situación, se activó una alarma interna y vio por las cámaras que una mujer de la habitación 201, con una mochila había salido, y se había ido a la 204. Al concurrir el conserje a la habitación, encontró que en la mochila había al menos cinco celulares. La mujer que estaba en la habitación 201 dijo que habían encontrado esos teléfonos y bajó para devolverlos a las jóvenes, pero ninguno era el de ellas y quedó detenida.

Tras esta situación, el conserje del hotel autorizó a los policías que estaban en la vereda a que ingresaran a la habitación de los sospechosos, donde detuvieron a Sergio Andrés Franco. A los pocos minutos, llegó al lugar el por entonces jefe de la Policía, comisario mayor Christian Marcozzi, quien se presentó ante el conserje, le dio la mano y le pidió un lugar “privado” para hablar con el detenido, por lo que el testigo les indicó que podían ir a un pequeño cuarto, donde funciona la lavandería y que está pegado a la recepción.

El testigo explicó que entonces, en la lavandería, “pasó lo que todos saben”. “Le hablaban, lo cacheteaban un poco, le pegaban unos golpes mientras estaba esposado”, dijo en el juicio.

El fiscal Ferreyra, a pesar de la negativa de las defensas, pasó el video en la sala del Juzgado Correccional N° 4. Las imágenes de la agresión a la que fue sometido Franco fueron contundentes, como así también los ruidos, en la sala del debate, se escucharon las cachetadas que le pegaron a Franco en la cara, los insultos, y los lamentos de la víctima. Como también se pudo ver, sobre el final, cómo lo agraden con un guante de goma.

El testigo reconoció que ese fue el video que filmó, que todavía no sabe a ciencia cierta por qué en ese momento sacó su celular y grabó el video, pero lo hizo. Con su celular registró cómo un detenido, esposado, era agredido por policías, por el jefe de la policía, y después compartió el video en su grupo de amigos, que a su vez lo compartieron con más personas, que también lo compartieron, lo que hizo que se viralizara, que llegara a los medios y que sea imposible de ocultar. El testigo, dijo, que esa misma tarde borró el video, para “no tener quilombo”.

También reconoció a quienes estaban en el video. Semidesnudo y esposado identificó al “colombiano”, la víctima. Reconoció a Marcozzi, ya que le había dado la mano y se había presentado al ingresar al hotel y también a Almaraz, porque al día siguiente de lo ocurrido, dijo, se le presentó en su lugar de trabajo para mostrarle las imágenes del video que había filmado. Hay un tercer policía que el testigo no sabe quién es, que parece que nadie sabe quién porque está de espaldas y no fue identificado.

El testigo lamentó haber filmado ese video, si bien nunca se sintió amenazado, sí le trajo problemas, tuvo que cambiar de trabajo y este lunes tuvo que faltar a su actividad para poder estar en el debate.

“Espero que estés contento con todo el daño que nos causaste”, le dijo una familiar de uno de los imputados al testigo al salir de la sala de audiencia. “Yo no hice nada señora, fueron ellos. Yo no quiero ningún quilombo”, expresó el joven mientras se subía al ascensor de Tribunales.


“Me dio miedo la situación”


En esta primera audiencia también habló, de manera remota desde Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la joven que estaba con Franco en el Hotel Breda y que fue aprehendida en esa oportunidad por los celulares robados.

La testigo presentada por la fiscalía explicó que el vínculo afectivo con Franco había finalizado unos meses después de esa situación y que desde hacía unos 4 años que no tenía contacto con él, aunque sabía por terceros en común que había vuelto a Colombia.

La mujer dijo desconocer todo lo referido a los celulares robados. Contó que fue aprehendida, subida a un patrullero y aseguró que lo vio a Franco esposado, golpeado, con sangre en la oreja y en el labio. “Me golpearon los oficiales”, aseguró la mujer que le dijo quien era su pareja, lo que molestó a los policías que estaban en el patrullero, quien les prohibieron “de mala manera” seguir hablando.

“Nos llevan a una comisaría y nos ponen en un calabozo cada uno, enfrentados. Estuvimos solos, le pregunté que me diga la verdad y me dijo que lo golpearon, que lo llevaron a otro cuarto y lo golpearon, exigiendo que diga la verdad de los teléfono”, explicó la testigo desde su casa en CABA y agregó: “En eso llega un policía y le dijo que dajara de hablar si no quería que le volviera a pasar lo mismo”.

“Me dio miedo la situación, me generó angustia y desconcierto”, expresó la testigo, que estuvo casi semana detenida hasta que recuperó la libertad. “Al salir me enteré lo que le había pasado: que lo agarraron, lo llevaron como a un depósito y lo quisieron hacer hablar a los golpes. Uno tenía como un guante de látex con el que le pegaba en la cara, piñas en las costillas. Todo fue muy feo realmente”, dijo.

La testigo dijo que luego regresó a CABA con Franco y que, una vez en esa ciudad cortó el vínculo que los unía ya que el hombre volvió a tener un conflicto con la ley, aunque “no tan grave” como lo que vivieron en Mar del Plata. Tras esa separación, dijo que nunca más lo volvió a ver.

El debate continuará el martes y se espera que el miércoles finalicen las audiencias con los alegatos de las partes.