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Deportes 5 de octubre de 2020

Kimberleños que llegaron a las grandes Ligas

Antes de Lucas Martínez Quarta jugaron en las mejores ligas europeas Jesús Martínez, Raúl Longhi, Sergio Fortunato, Ricardo Albisbeascoechea, Gabriel Amato y Martín Mantovani.

Por Sebastián Arana

 

 

Lucas Martínez Quarta, el segundo futbolista surgido en esta ciudad por el que más dinero se pagó en una transferencia -después del arquero Emiliano Martínez-, es un producto de una cantera siempre productiva, la del Club Kimberley, que proyectó muchos jugadores hacia destinos superiores.

El “Chino”, vendido desde River, jugará en Fiorentina, tradicional equipo de la Serie A italiana, donde fueron ídolos, entre otros, Daniel Passarella y Gabriel Omar Batistuta. Pero no será el primer jugador surgido en Kimberley en pisar las canchas de las grandes Ligas europeas. Entendiendo por ellas a las competencias de primera división de España, Italia, Alemania, Inglaterra o Francia.

Con distintas dirigencias, bajo la supervisión de distintos entrenadores o coordinadores, no han dejado de salir chicos con muchas condiciones de las inferiores del club de la Avenida Independencia. Y hubo seis futbolistas antes de Martínez Quarta que llegaron a los máximos escenarios de Europa.

De Jesús Martínez muchos recuerdan que Peñarol fue el trampolín que lo catapultó a Racing de Avellaneda en 1967.

Jesús Martínez

Jesús Martínez

 

Sin embargo, este gallego que a muy temprana edad vino con su familia a radicarse a Mar del Plata había comenzado a jugar en Boca de esta ciudad y luego pasó a Kimberley. Desde Racing, en 1968, volvió a su país para jugar en Valencia. Allí jugó diez años (191 partidos, 10 de elos por competencias europeas, dos goles), fue campeón de Liga en la temporada 1970/1971 con Alfredo Di Stéfano y fue cuatro veces internacional por España dirigido por otra gloria del fútbol: el húngaro Ladislao Kubala. “Suso”, defensor central fuerte y de buena técnica, regresó a Argentina para jugar en Kimberley el Nacional de 1979 y se quedó en el país para culminar una carrera futbolística dilatada que se extendió más allá de los cuarenta años.

Raúl Marcos Longhi, hijo de futbolista y basquetbolista kimberleño, hizo sus inferiores en el club de la avenida Independencia y llegó a jugar el torneo marplatense de primera división. En 1973 Espanyol de Barcelona le comprò el pase, aunque lo cedió al Sant Andreu de Segunda División. Su debut en la primera división española para el club “periquito” recién se produjo en el torneo 1976/1977, pero permaneció allí seis temporadas, disputando 70 partidos y convirtiendo tres goles. Cuando culminó su carrera en 1985, comenzó en España una carrera de entrenador que todavía dura.

Raúl Longhi.

Raúl Longhi.

El tercer kimberleño en llegar al fútbol europeo fue el centrodelantero Sergio Elio Fortunato. Aquí llegó muy joven a disputar el torneo de la Liga y, además de Kimberley, jugó ocasionalmente como refuerzo en San Lorenzo y Aldosivi. Racing fue su primer destino en el fútbol de AFA, pero -tras un paso por Quilmes- explotó en Estudiantes de La Plata, donde formó una gran sociedad futbolística con Patricio Hernández. Cuando en 1980 se produjo una reapertura para extranjeros en el mercado italiano, Perugia se fijó en él y lo contrató. Jugó la temporada 1980/1981 en la Serie A: dieciseis partidos, doce de Liga y cuatro de Copa de Italia, anotándole dos goles a Inter y Torino. Luego pasó a España y jugó dos temporadas más en primera división para la Unión Deportiva Las Palmas. Le costó hacer pie (apenas catorce encuentros en dos temporadas), pero cuenta como anécdota que su único gol lo hizo en un triunfo 1-0 sobre Real Madrid. En la temporada 1983/1984 Fortunato jugó en el Favoritner AC, un equipo de la Bundesliga austríaca, y luego regresó a Estudiantes antes de concluir su carrera en esta ciudad.

Sergio Elio Fortunato.

Sergio Elio Fortunato.

Poco después arribó a Europa el cuarto kimberleño, otro delantero, el “Vasco” Ricardo Albisbeascoechea, quien también llegó a actuar en primera división en el ámbito de la Liga Marplatense. Racing de Avellaneda se lo llevó a jugar el Nacional de 1980 y el Metropolitano 1981, luego volvió a Mar del Plata para reforzar a San Lorenzo en el Nacional 1981 y de ahí llegó a la Liga. Málaga fue su primer destino y en el club andaluz permaneció tres temporadas completas entre mediados de 1982 y de 1985, con 44 partidos y cuatro tantos. De ahí se marchó a jugar el ascenso para Logroñés y volvió a la Liga con el equipo riojano en la temporada 1987/1988: 30 partidos y un gol. “Albis”, como comenzó a ser llamado en España, disputó luego para Valladolid las temporadas 1988/1989 y 1989/1990, jugando 53 partidos de Liga, 3 de Copa del Rey y 5 de Recopa Europea, con cuatro goles. Y terminó su periplo por el fútbol grande de España jugando la temporada siguiente dos cotejos de Copa del Rey para Deportivo La Coruña.

Ricardo Albisbeascoechea

Ricardo Albisbeascoechea

Un lustro después del último partido de Albis en la Liga, puso pie en España otro atacante, Gabriel Amato, genuino producto de la cantera kimberleña, aunque fue en Aldosivi donde se hizo conocido y se proyectó al fútbol de AFA.

Antes de partir al Viejo Continente ya había jugado en Gimnasia, Boca, Independiente, Huracán y River. El primer club de “Gaby” en España fue Hércules en la temporada 1996/97 (36 partidos de Liga, 4 de Copa del Rey, 2 tantos) y luego recaló en Mallorca para disfrutar de su mejor etapa en Europa: 14 goles en la temporada 1997/98 y 46 encuentros entre Liga y Copa del Rey. Despuès de ràpidos pasos por Glasgow Rangers y Gremio de Porto Alegre, Amato volvió a la Liga de España para jugar para Betis (temporadas 2000/2001 y 2001/2002, 27 partidos y cinco goles) y Albacete (2003/2004, 9 cotejos, sin tantos).

Gabriel Amato junto a otro reconocido producto de Kimberley: Alejandro Giuntini.

Gabriel Amato junto a otro reconocido producto de Kimberley: Alejandro Giuntini.

Singular fue la carrera del defensor central Martín Mantovani, quien hizo parte de sus inferiores en Kimberley, club con el que llegó a debutar en primera en la Liga Marplatense. Luego recaló en Cadetes mientras estuvo regido por Juan Esnaider, quien le consiguió una oportunidad en el Atlético de Madrid, que lo cedió al equipo filial. El zaguero entre 2008 y 2013 construyó una esforzada carrera en los campeonatos de ascenso españoles hasta recalar en Leganés. Subiendo escalón por escalón en ese equipo, donde fue capitán y referente, Mantovani cumplió su sueño de llegar a la Liga y jugó las temporadas 2016/2017 y 2017/2018. Y al año siguiente disputó nueve partidos más de esa competencia jugando para Huesca. En total: 54 cotejos, 45 como titular, con 4 tantos. Empezando desde bien abajo. Un sueño. Como el que va a vivir, dentro de pocos días, Lucas Martínez Quarta.

Martín Mantovani

Martín Mantovani



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