Un nutrido grupo de kinesiólogos llevó a las puertas del Centro de Operaciones y Monitoreo (COM) el reclamo que mantienen puertas para adentro desde hace más de tres semanas: exigen la aprobación de un protocolo que los habilite volver a trabajar.

Manteniendo distancia y protegidos con tapabocas, hombres y mujeres dedicados a la kinesiología en la ciudad protagonizaron una ruidosa protesta sobre la avenida Juan B. Justo a más dos meses de tener los consultorios cerrados.

El reclamo es concreto: a finales de abril, delegados locales del Colegio de Kinesiólogos de la Provincia de Buenos Aires (Cokiba) presentaron ante el municipio un protocolo sanitario que, de aprobarse, podría garantizar la atención en el sector en el marco de la pandemia por el coronavirus. Sin embargo, a casi un mes de esa presentación, la actividad sigue sin estar habilitada y el malestar de profesionales y pacientes van en aumento.

“El protocolo ya fue presentado y cumple con todos los requisitos necesarios, pero seguimos esperando una respuesta. Pasan las semanas y todos los días recibimos mensajes de nuestros pacientes preguntándonos cuándo vamos a volver”, señaló en diálogo con LA CAPITAL Ignacio Calvelo, profesional del área.

Es que una de las mayores preocupaciones son los pacientes que tuvieron que interrumpir sus tratamiento a raíz del aislamiento social, preventivo y obligatorio. “La preocupación por la cuestión económica por supuesto que está, pero existe algo más importante que es la salud de nuestros pacientes”, señaló Calvelo.

Y agregó: “Tenemos gente que se operó justo antes de la cuarentena, pacientes con accidentes cerebrovasculares en los que los primeros meses son claves para la rehabilitación, personas que estaban empezando a caminar y tuvieron que volver a la silla de ruedas, niños con diferentes lesiones. La urgencia por volver está acá. A esto apuntamos nosotros”.

Por otra parte, Calvelo señala que la particularidad que tiene la profesión es que, en una amplia mayoría, se atiende en consultorio “no hospitalarios”. “Con lo cual, y teniendo las medidas sanitarias necesarias, se puede volver a trabajar”, indicó y aseguró que en otros municipios la actividad en el sector ya se puso en marcha.

“Nos debemos a nuestros pacientes. Cuando nos recibimos hicimos un juramento hipocrático por su protección. Pero ahora estamos en esta disyuntiva de que no sabemos cuándo vamos a poder hacerlo, al tiempo que la demanda de los pacientes es cada vez más fuerte”, concluyó.