“Estamos felices, se nota la alegría, la ceremonia del reencuentro y las ganas de volver al cine, de disfrutar del Festival”, destacó el presidente del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, Fernando Juan Lima a LA CAPITAL.

En una charla en la que analizó la marcha del evento cinematográfico que cuenta con una programación variada, con producciones de distintas partes del mundo y, muchas de Latinoamérica, valoró que “esta edición está creciendo día a día, no tenemos la meseta que suele darse luego del pico de los primeros días, y hasta con estos días de calor, hay funciones a sala llena al mediodía y, ni hablar, a la tarde noche”.

El funcionario considera que “hay una reacción del público a la programación y al compartir, porque las funciones que tienen ronda de preguntas con realizadores son riquísimas, con mucha gente compenetrada preguntando desde el amor, desde lo que sintió” y que también “se sigue debatiendo, preguntando, hablando, fuera de la sala”.

Lima reconoció que “hemos tenido relativamente pocos inconvenientes en cuanto a proyecciones (alguna que comenzó tarde para que entre toda la gente, algún problema con los subtítulos) pero la gente está tan contenta que cuando pasamos pidiendo disculpas y explicando el porqué de la demora la respuesta es que están felices de estar, de compartir y no hay quejas, aunque hacemos todo lo posible porque esas cosas no pasen”.

“El festival trasciende las proyecciones, se vive el volver a hablar, a discutir, a pensar juntos y me parece que el tema de las carencias de este tiempo lo amplificaron”.

En ese sentido el presidente del festival valoró que una de las fortalezas de la programación es la variedad, teniendo en cuenta que “no hay una sola manera de relacionarse con en cine. La idea es abrazar distintas miradas, distintas formas. En la diversidad está el secreto”.

De todas formas compartió que “en la programación de esta edición se producen diálogos entre películas que se centran en cuestiones que tienen que ver con la familia y las relaciones, los distintos tipos de familias, las distintas formas de de afrontar los problemas de la vida”, con producciones que “se basan en una búsqueda realista y sobre los problemas del presente y como seguir encontrando ciertas armonías y posibilidades de placer”.

En ese aspecto ejemplificó que “así encontramos algunos diálogos entre una película de Georgia o una argentina y una estadounidense que, de maneras muy distintas, abordan la misma temática”.

Pero que en el abanico de posibilidades conviven “una película en la que nos gustaría vivir, como ‘Qué vemos cuando miramos el cielo’ que, más allá del diálogo que tiene con Argentina, llega al corazón sin ser edulcorada, y tiene el tono perfecto” con “cine de terror, documental, películas que se corren de los géneros conocidos para proponer algo distinto”.

Lima destacó que la organización ya está trabajando en la próxima edición. “Nuestra intención es que podamos volver a todas las salas pero, además, tener actividad todo el año en la ciudad. Eso es muy importante y tenemos muchas ganas de estar todos los meses con alguna propuesta”.