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La Ciudad 20 de marzo de 2016

“La chatarra que nos alimenta” se convirtió en cenizas

Con la cremá de la Falla Valenciana, anoche culminaron las celebraciones anuales de esa comunidad en la ciudad. Show de fuegos artificiales en una noche casi otoñal, con poco más de 14º.

Después de los estruendos provocados por los fuegos artificiales, que colorearon el cielo y la luna en cuarto menguante, la “traca” se encendió e inmediatamente se propagó hasta el monumento fallero que fue llamado “La Chatarra que nos Alimenta”. Ese fue el final de la 62º Semana Fallera Marplatense.
Mientras los espectadores se agolpaban en la Plaza Colón, tratando de acomodarse para lograr la mejor ubicación que permitiera ver el espectáculo, los integrantes de la Unión Regional Valenciana -muchos de ellos ataviados con trajes típicos- se acomodaban en el palco principal, esperando el comienzo del acto central de las festivades valencianas más grandes que se realizan fuera de España.
En tanto, algunos se quedaron con las ganas de probar alguno de los tradicionales buñuelos ya que, por seguridad, el puesto se mantuvo cerrado pero a partir de hoy reabrirá sus puertas hasta el próximo 31.
Familias con chicos de corta edad, algunos subidos a los hombros de sus padres y otros a bordo de sus carritos, fueron mayoría entre los espectadores aunque también se advirtió presencia de abuelos bien abrigados, ya que la brisa del este preanunció la llegada del otoño. Otros pequeños utilizaron el boulevard cerrado al tránsito como pista para usar sus bicicletas y no faltaron los aplausos, como en la playa, para anunciar la pérdida de algún menor que en pocos minutos volvió con sus padres.
Luisa, Osvaldo y Jorge habían llegado hasta Boulevard Marítimo y Arenales caminando junto a Mateo -nieto de los dos primeros- porque “vivimos acá cerca y le habíamos prometido al niño venir. Así que acá estamos, un año más”, señaló la mujer que se protegió del frío hasta con un gorro.
Unos 15 minutos pasadas las 21, comenzaron a detonar los primeros fuegos artificiales. Inmediatamente, el cielo se iluminó mientras la luna en cuarto creciente parecía brillar más aún.
Entonces la traca se incendió y el fuego rápidamente se propagó hasta llegar al monumento de 14 metros de altura que, por efecto de la brisa que agigantó las llamas, en minutos quedó reducido a cenizas. Ayer, la cremá coincidió con la celebración de San José.
En horas de la mañana, los integrantes de la Unión Regional Valenciana -encabezadas por su presidente Daniel Moragues- habían entregado el diploma de Fallero Mayor al intendente Carlos Arroyo, homenajeado con una ofrenda floral al general José de San Martin y participado de una misa en la Catedral, para finalmente compartir la tradicional paella valenciana.