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Interés general 29 de diciembre de 2018

La conmoción de los vecinos: “Si sucedía más tarde, hubiera sido muchísimo peor”

Los vecinos del lugar sufrieron el pánico y no pueden salir de un estado de preocupación. Coinciden en que el horario terminó evitando un desastre mayor.

La tranquilidad del centro comercial de Punta Mogotes se vio alterada en las primeras horas de la tarde de hoy. Incrédulos los vecinos del lugar buscaban alguna explicación a lo sucedido. El comentario se repetía en la zona de Púan y Acevedo: “Si sucedía más tarde, la tragedia hubiera sido muchísimo peor”.

A esa altura, ya se había confirmado el fallecimiento de una joven y su pequeña hija por el derrumbe de unos balcones en una edificación de dos pisos ubicada sobre varios locales comerciales. La desolación reinaba en el lugar. Vecinos que iban y venían, policías y rescatistas con lágrimas en los ojos y mucho silencio: nadie parecía asimilar lo que había pasado.

El lugar, ubicado a apenas una cuadra de la avenida de Los Trabajadores, suele ser tener mucho movimiento, sobre todo a la tardecita en temporada de verano. El pequeño centro comercial de la calle Puán y la cercanía de los balnearios, hacen de esa esquina un lugar muy transitado.

Luis, un obrero que trabajaba a 50 metros del lugar, estaba apoyado sobre un pilar y sólo miraba la escena. “Estaba trabajando y sentí un ruido fuerte, como una explosión y enseguida salí. No se puede creer”, le dijo a LA CAPITAL.
Laura, una vecina del lugar, no salía de su asombro. Estaba en la playa cuando se enteró de la noticia y poco después se dirigió al lugar, de regreso a su casa. “Paso todos los días por ese lugar para ir a la playa. Justo hoy, decidí irme en taxi y por eso no pasé. Fue justo a esa hora”, relató.

Nicolás Bazán es guardavidas y casualmente pasaba por la zona minutos después del derrumbe. En medio de mucha gente que corría y gritaba con desesperación, fue uno de los primeros en empezar a actuar. “Por la desesperación, nadie hacía nada. Estaba el papá de la nena desesperado y empecé a remover los escombros hasta que vi el cuerpito… Fue terrible. No pude seguir. Yo tengo un nene de esa edad…”, le contó a este medio, todavía conmovido por la situación.

Los vecinos del lugar coincidían en que, en apariencia, la edificación, no parecía estar en mal estado. “Vivo acá a dos cuadras y paso todos los días por el lugar, nunca me pareció que pudiera haber algún peligro”, contó Alexis.

Otro vecino de la zona, señaló que el edificio, “no debe tener más de 35 años”.

En la misma dirección se expresó Jorge quien contó que vive en el barrio y se enteró al escuchar la explosión. “No se puede creer lo que pasó”, afirmó.

Tampoco salían de su asombro los responsables de un bar próximo a abrir, justo enfrente del lugar del derrumbe.
La edificación ubicada en Púan y Acevedo, tiene dos pisos y en la planta baja hay locales comerciales. Una heladería, un negocio de ropa, otro de regalos y una veterinaria.

Aunque los motivos del derrumbe son materia de investigación, se estima que se desmoronó en primera instancia una especie de balcón ubicado por arriba del segundo piso. Ese desprendimiento habría arrastrado los balcones del segundo y primer piso, y todo cayó en la vereda donde el destino quiso que estuvieran una mujer con su pequeña hija.



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