Opinión

La ejemplaridad y la demagogia: dos caras de una misma Argentina

por Javier H. Faroni

Vivimos en una sociedad con un libre albedrío tan amplio, que así como nos podemos encontrar con la excelencia y la ejemplaridad de quien ama lo que hace y da lo mejor de sí, también nos podemos chocar con la decadencia y la maldita corrupción de quien dice ayudar pero en realidad extorsiona, de quien mira pero dice no ver y de quien dice actuar pero solo se ocupa de simular.

Es decir, que por una parte, nos encontramos con lo que realmente vale la pena: actitudes y conductas que nos incentivan a ser cada día mejores ciudadanos, como la gran labor humana y profesional del equipo médico del Instituto Nacional de Rehabilitación Psicofísica del Sur “Juan Otimio Tesone” (I.Na.Re.P.S) y del Hospital Materno Infantil que hicieron posible la protección de la vida de Marikena Martínez Barbero –había quedado en coma tras un accidente fatal- y realizaron con éxito el nacimiento de su beba. Fue tan emocionante vislumbrar un milagro de estas características, que rápidamente el viernes 29 de abril nos pusimos en contacto con las instituciones médicas antes mencionadas y mediante proyecto de resolución que presentamos ese mismo día en la Honorable Cámara de Diputados Provincial, efectuamos un merecido reconocimiento a los profesionales intervinientes.

Lamentablemente, en contrapartida a ello, contamos con innumerables personas que quizás quisieron dar lo mejor de sí pero que no pudieron, como consecuencia de frecuentes problemáticas sociales como la marginalidad y la exclusión, encontrándose más vulnerables y susceptibles de padecer falta de interés por todo lo ajeno y lo colectivo e incluso del propio desarrollo humano y espiritual, por lo que se corrompen.

En este sentido, la deuda es del estado y es producto de una forma de gobernar que en más de diez años no ha logrado generar instrumentos de fondo que permitan una progresiva inclusión –y sobre todo integración- de sectores marginales –principalmente de los jóvenes- a través de espacios de contención, uso útil del tiempo y generación de verdaderas oportunidades de empleo y capacitación, que hagan al desarrollo humano y espiritual de toda persona.

Aquí es cuando la violación al contrato social, al desmedro de lo ajeno y lo colectivo no puede tener olvido ni perdón, ya que implica la evasión a las responsabilidades más importantes y sensibles de un pueblo, que es ni más ni menos que conducir sus destinos y solucionar sus problemas. Lo que ha sucedido en los últimos años en el país y mas precisamente en la Provincia de Buenos Aires, es un claro ejemplo de la falta de excelencia y ejemplaridad en ocuparse de los verdaderos problemas y necesidades de la gente. Pues, de lo que se trató básicamente, es de maquillar el relato que sobre la realidad se estaba construyendo.

En tiempos en donde la imagen a veces -lamentablemente- le gana a la palabra y donde las nuevas tecnologías permiten una rápida replicación de ellas, la demagogia aparece como un veneno escurridizo y fácil de esparcir para el oportunismo político. Cuando hablamos de demagogia en la Provincia de Buenos Aires, ejemplos sobran y a todos los marplatenses –independientemente del sector social o actividad que realicemos- nos toca de cerca. Un claro ejemplo de ello se visualiza en materia de rutas y carreteras provinciales, destacándose –y no por algo positivo ni mucho menos-, por un lado, la eterna promesa de asignar los recursos necesarios para obras de repavimentación, reparación, mantenimiento y señalización de todo el trazado de la Ruta Provincial 88, bandera que se ha desplegado desde el Frente Renovador y desde varios sectores hace largo tiempo, y por otro, el continuo incumplimiento de la realización de obras para la construcción de la segunda calzada de la Ruta Provincial N° 11 en el tramo General Conesa – San Clemente del Tuyú; circunstancia que nos motivó días atrás junto a la Diputada Nacional del FR Marcela Passo, a presentar ante la Cámara de Diputados Provincial, una solicitud de informes requiriendo a la Gobernación explicaciones al respecto.

En suma, la ausencia estatal también ha impactado en algo tan sensible y valioso como la salud pública, que dicho sea de paso, como marplatenses debemos estar orgullosos de los grandes profesionales médicos que tenemos y que incluso motivara el reconocimiento que hicimos al I.Na.Re.P.S y al Hospital Materno Infantil. No obstante ello, la preocupante y continua ausencia de adecuada infraestructura y de recursos humanos y técnicos de una institución tan emblemática como el Hospital Interzonal Oscar Alende de Mar del Plata (HIGA), nos llevó a solicitar informes a la Gobernación sobre el estado edilicio, el stock de insumos, instrumental, camas y la cantidad de profesionales médicos habientes allí, más aún, luego de la terrible noticia con que nuestra ciudad amaneció el día 15 de marzo del corriente año, en donde un hombre de 50 años que había llegado al HIGA con una hemorragia tuvo la pésima fortuna de que no había un gastroenterólogo ni servicio de endoscopía y luego falleció desangrado.

Por lo tanto, resulta urgente que las nuevas gestiones –a nivel municipal, provincial y nacional- impulsen profundos cambios de paradigmas para que los ciudadanos puedan volver a confiar. Estamos convencidos que el ejemplo viene desde la autoridad, que necesitamos de un estado transparente, moderno y presente para que cada vez haya mas hombres y mujeres de bien que nos inspiren a ser mejores ciudadanos, que deban ser reconocidas como hemos hecho con el I.Na.Re.P.S y el Hospital Materno Infantil. Ya que, es o debiera ser obligación de cada uno de los dirigentes políticos -en mi caso como legislador-, representar al pueblo atendiendo un reclamo o necesidad de una persona o sector, como también reconociendo a quien se esfuerza y señalando a quien se corrompa, porque es la única forma de construir una sociedad de premios y castigos que nos permita soñar con una realidad mas integrada y justa.

Es hora de romper con la grieta y como marplatenses, de trabajar juntos sin egoísmos ni mezquindades para construir una Mar del Plata mejor.

(*): Diputado bonaerense por el Frente Renovador.

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