La Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP) presentó este jueves 10 de julio su Laboratorio de Inteligencias Artificiales aplicadas a Humanidades y Ciencias Sociales (LIAS) con el objetivo de crear conocimiento situado, ético y crítico sobre el impacto de la IA en la sociedad. Con la participación de autoridades, especialistas y una apertura performática, la jornada invitó a reflexionar sobre el cruce entre tecnología, sociedad y cultura.

La irrupción de la inteligencia artificial está transformando profundamente los modos de enseñar, investigar y producir conocimiento en el ámbito universitario. Herramientas como los modelos generativos automatizan tareas, reorganizan tiempos pedagógicos y reconfiguran la relación entre estudiantes, docentes y saberes. Frente a estos cambios vertiginosos, las universidades enfrentan el desafío urgente de generar espacios de formación crítica, regulación institucional y producción académica situada. No obstante, en un contexto donde las instituciones de educación superior enfrentan desafíos presupuestarios y culturales, la creación de nuevos espacios se vuelve también un acto contracultural.

En la mesa de apertura, el decano de la Facultad de Humanidades, Enrique Andriotti Romanín, expresó la relevancia institucional y simbólica del lanzamiento del LIAS en el marco de los 60 años de esta unidad académica. “Es difícil para hombres y mujeres que venimos de carreras tradicionales tratar de pensar el horizonte que tenemos por delante. Hoy nuestra facultad se acerca más a lo que ocurre por muchos lados y que tiene que ver con la vida de todos nosotros y de otras generaciones que hoy no están acá pero que empiezan a ver que hay una facultad dentro de la Universidad Nacional de Mar del Plata que también está realizando esfuerzos para acercarse a los temas que le impactan”.

Al mismo tiempo, convocó a pensar cómo imaginar el futuro académico en diálogo con las nuevas generaciones y los avances tecnológicos. “Creo que este es un buen primer paso, entiendo que es algo que ninguno de nosotros mira con temor. Tenemos que poder ofrecer a personas de distintas edades, recorridos y trayectorias, herramientas para estar en el mundo que les toca habitar y el que va a venir. Si no lo hacemos, estamos fallando como institución. El relato de las generaciones más jóvenes acerca de qué es esto es mucho más nítido, y eso nos interpela a quienes tenemos responsabilidades institucionales”, agregó.

En relación a la situación que atraviesan las universidades públicas del país, Andriotti Romanín fue tajante. “La única manera que tenemos nosotros de pelear contra eso es haciendo esto, mostrarnos activos, vivos, presentando ideas, debatiendo, discutiendo, reconvirtiéndonos e imaginándonos como personas que se transforman a sí mismos para poder impactar fuera y hacer que el sentido de la universidad pública, que es lo que todos y todas defendemos, cobre nuevos significados para los jóvenes y aquellos no tan jóvenes que nos miran y que saben que si nosotros no hacemos eso, nos volvemos irrelevantes“.

Por su parte, el coordinador general del Comité de Expertos en Inteligencia Artificial de la UNMDP, Federico Álvarez Larrondo, remarcó la necesidad de que las universidades públicas generen sus propios espacios de reflexión y producción en torno a la IA. “Desde el rectorado, a partir de la creación del comité de expertos  ya veíamos la necesidad de ámbitos como el que ustedes hoy están creando. Y este laboratorio es justamente un centro donde poder pensar y proyectar las relaciones humanas, proyectar qué es lo que queremos como país ante el avance de estas inteligencias artificiales”.

Álvarez Larrondo advirtió que la mayoría de las herramientas de IA provienen de polos de producción concentrados, como las grandes empresas privadas de Estados Unidos y las semiprivadas de China, y como se intenta quebrar ese sentido. “Nosotros recibimos el resultado de estas creaciones empaquetadas, pensadas por otros. Por eso es tan importante lo que hoy estamos haciendo, esta iniciativa que la facultad está creando. nos permite construir una mirada propia desde el sur global. Tenemos que hacer visible el uso de la inteligencia artificial en nuestras prácticas académicas. No hay que ocultarla: hay que estudiarla, discutirla, y para eso necesitamos pensamiento crítico. Fortalecer esto último es el rol de la universidad pública, y es hacia lo que apuntamos desde cada una de nuestras políticas institucionales”.

Un laboratorio abierto a las necesidades sociales y académicas

Durante su intervención, el director del LIAS, Gustavo Liberatore, remarcó que su función principal será coordinar esfuerzos y poner arriba de la mesa cursos de acción, destacando el proceso colectivo que dio origen al proyecto. “La facultad intenta dar con este laboratorio una mirada desde las ciencias sociales y las humanidades, tan diversas además. La idea es abrirlo, generar un espacio inclusivo, interdisciplinario y con proyección hacia la sociedad”, sostuvo.

En el marco del lanzamiento, compartió los primeros resultados de una encuesta realizada dentro de la comunidad universitaria para conocer percepciones y usos de la IA. La misma contó con una muestra de 110 docentes-investigadores en las que se les consultó sobre el grado de conocimiento, área de aplicación, principal uso y temáticas preponderantes.  “Notamos que muchas personas ya usan inteligencia artificial, o quieren hacerlo. La generativa es la más común y se aplica sobre todo en docencia e investigación. La temática que aparece con mayor fuerza es la del uso crítico y ético de la IA. Esto nos marca el camino para lo que será el trabajo del laboratorio en adelante: generar diagnósticos, escuchar necesidades y construir propuestas colectivas”, concluyó.

Humabot: un asistente virtual para estudiantes de carreras virtuales

En el marco del crecimiento sostenido de las carreras virtuales y federales que ofrece la Facultad de Humanidades, el Departamento de Ciencia de la Información se encuentra desarrollando Humabot, un asistente virtual basado en inteligencia artificial que estará disponible para el segundo cuatrimestre de 2025. La iniciativa surgió como respuesta a la alta demanda de consultas diarias por parte del estudiantado, especialmente en aquellas carreras con matrícula masiva y alcance nacional. Frente a esta realidad, el bot permitirá optimizar los tiempos y la calidad de las respuestas que hoy se canalizan por medios tradicionales como el correo electrónico o las redes sociales.

La propuesta no solo se inscribe en una necesidad operativa, sino también en una línea de trabajo coherente con los propios contenidos de la carrera. Desde las Ciencias de la Información, se vienen abordando en distintas asignaturas las herramientas de gestión del conocimiento, área en la que la inteligencia artificial  tiene un papel cada vez más relevante. El desarrollo de esta herramienta se convierte así en una oportunidad pedagógica y profesional concreta: no solo brinda soluciones técnicas, sino que permite estudiar críticamente el modo en que los sistemas automatizados procesan y devuelven conocimiento.

Para su creación, se trabajó con un universo inicial de más de 50 mil correos electrónicos enviados por estudiantes, que fueron depurados, etiquetados y analizados semánticamente para generar una base de conocimiento adecuada. Esta base constituye la primera fuente de información del bot, que solo recurre al modelo de lenguaje externo cuando no encuentra una respuesta en los datos propios. El proyecto implica no solo un desafío tecnológico, sino también epistemológico y ético, especialmente en torno a la elección de modelos y a la gestión de sesgos.

Reflexión, pensamiento crítico y formación

El cierre de la jornada estuvo a cargo de Mariana Ferrarelli, licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UBA, magíster en Metodología de la Investigación Científica por la UNLa y docente de grado y posgrado. Su exposición giró en torno a tres ejes con la necesidad de fortalecer el pensamiento crítico en el vínculo con las nuevas tecnologías y, en particular, con la inteligencia artificial generativa.

En el “Territorio”, Ferrarelli planteó que la inteligencia artificial no solo constituye una herramienta tecnológica, sino también una forma de construir mundo. En los vectores, puso el foco en los condicionamientos éticos de estas tecnologías y señaló la opacidad de los procesos algorítmicos y la dificultad para comprender sus criterios decisionales. Esta “dimensión ética” obliga a problematizar la suspensión de narrativas, el diseño de interfaces que simulan empatía y cercanía, y la tendencia a dotar a las IA de características humanas -hablar en primera persona, generar vínculos emocionales- que ocultan su carácter artificial.

Finalmente, la especialista invitó a repensar nuestras prácticas frente al uso cotidiano de IA a partir de los “accionables”. Frente al espejismo de la “página en negro” que todo lo resuelve, Ferrarelli propuso valorar la lentitud, el silencio y la lectura como formas de contracultura frente a la automatización. Abordar las tareas cotidianas con empatía y solidaridad, y resistir la urgencia de producirlo todo, aparece así como una apuesta crítica y humanista en tiempos de algoritmos.