Campo

La ganadería y su lenta recuperación con las nuevas reglas de juego

Luego de haber bajado a un piso de 20 millones de vacas, el stock ganadero de la Argentina se encuentra actualmente en 23 millones; uno de los datos clave que arrojó el diálogo con el ingeniero Julio Steffan, asesor y docente en temas de ganadería.

Con una óptica muy macro la situación de la ganadería vacuna ha mejorado en estos años, básicamente porque han cambiado algunas reglas de juego y ahora se puede exportar, con lo cual se generan divisas para el país“. Así se expresa al ser requerido por LA CAPITAL Campo el ingeniero Julio Steffan, docente de “Producción de Vacunos para Carne” en la Facultad de Ciencias Agrarias (UNMdP), y destacado asesor de productores ganaderos en la provincia de Buenos Aires.

La visión puede cambiar cuando el análisis se dirige a las situaciones regionales y particulares. “A nivel regional –expresa el ingeniero Steffan– y considerando zonas de cría como la cuenca del salado, el precio de venta del ternero al destete supera los 2 dólares por kilo, y eso es muy bueno”.

Los excesos de lluvia afectaron a gran parte de la región y puede verse que los productores con escala (mayor volumen de producción) logran posicionarse mejor, entre otros motivos, por lograr diluir los costos fijos.

Precisa Steffan: “En aquellos campos que compran el ternero para recriarlo y engordarlo, encuentran como limitante el alto precio de compra un estancado precio del novillo gordo”.

También docente en un diálogo periodístico, y al ser consultado sobre la retención de vientres, el ingeniero Steffan explica: “la retención de vientres se mide a través de un índice que es el porcentaje de hembras que se faenan a nivel nacional respecto al volumen total faenado. Cuando este índice supera el 42 % implica que comienza una fase de liquidación de vientres y es al revés si baja de ese 42 por ciento. A nivel país se tocó un piso de 20 millones de vacas en el 2011, y en la actualidad estamos en aproximadamente 23 millones.

Evolución histórica

– ¿Y cómo es la evolución en la región pampeana?

– La información histórica indica que la región pampeana tenía en el año 1994 el 60 % del stock de vacas a nivel país, en el 2010 bajó al 50 % y ahora estás con un 40 %. Esto se ha dado por el fuerte aumento de la superficie agrícola en la región a expensas de la superficie ganadera.

– ¿Qué perspectiva existe en la región respecto de la siembra de nuevas pasturas y verdeos de invierno?

– Para quienes están en la actividad ganadera, la siembra de pasturas nuevas implica hoy en día un costo de aproximadamente 300 u$s/ha, y tiene una vida útil superior a los 4 años si se maneja correctamente. Para lograr altas producciones de pasto y luego transformarlo en carne, existe un paquete tecnológico de insumos y manejo que están muy probados, pero que no siempre se llevan a la práctica correctamente. Más complicada es la situación de aquellos que quieren volver a la actividad, porque además del costo de hacer la pastura hay que sumarle otros u$s700 por hectárea en la compra de terneros para recriar y engordar, más lo que implica hacer o reacondicionar aguadas y alambrados.

La necesidad de “reinventarse”

– ¿Están apareciendo nuevos modelos o planteos agrícolo-ganaderos?

– Los modelos ganaderos fueron evolucionando con el tiempo, pero más rápidamente en los últimos 30 años con el avance de la siembra directa en agricultura y los buenos márgenes agrícolas, especialmente en soja en su momento, fueron arrinconaron la ganadería en los peores suelos y ello obligó al ganadero a “reinventar” los sistemas de producción. Un papel muy importante también cumplió el raigrás manejado como promoción y verdeo de invierno, aportando calidad y cantidad de forraje en otoño-invierno para las categorías más jóvenes de hacienda, lo mismo que la terminación a corral con grano de maíz de propia producción.

– ¿Están apareciendo nuevas tecnologías en el sector?

– A diferencia de la agricultura, en ganadería la incorporación de nuevas tecnologías es más lenta. Las causas pueden ser varias: menor rentabilidad de esta actividad y con un retorno de la inversión más lento: es un tiempo de 30 meses aproximadamente si partimos desde el entore de la vaca. También es más difícil medir el impacto de una nueva técnica. Luego hay que ver la falta de reglas claras en el largo plazo para invertir en la actividad. Y las causas siguen…

– Obtener personal idóneo para el trabajo en el campo es una cuestión cada vez más delicada, ¿no es así?

– Ciertamente, la calidad del personal que trabaja en ganadería es fundamental para llevar a cabo lo que uno planifica, y suele ser un bien escaso y muy difícil de conseguir. Los motivos también pueden ser varios: el estado ha invertido muy poco en cosas básicas para el sector, como caminos y red de luz eléctrica, y la gente más joven ya no quiere vivir en el campo y no siempre la remuneración está en equilibrio con el esfuerzo solicitado.

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