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La Ciudad 25 de abril de 2021

La gestión de la pandemia, entre lo previsible y las especulaciones

El retroceso a Fase 3 era esperado por el municipio. Pero los contagios siguen en aumento y convocan a otros fantasmas. Gesto de Montenegro sobre las clases presenciales y amonestación del Frente de Todos.

Bernabei, Rabinovich y Muro, en la conferencia de prensa tras el retroceso de fase. Montenegro no estuvo para no responder sobre las clases presenciales.

Por Ramiro Melucci

La confirmación de que Mar del Plata es una ciudad de alto riesgo epidemiológico. El retroceso a Fase 3. La aprobación por unanimidad de la prórroga de la emergencia sanitaria en el Concejo Deliberante. Nada de lo que sucedió en la semana estaba fuera de lo previsto. Lo que puede ocurrir de acá en adelante con la administración de la pandemia ingresa sin embargo en el terreno de las especulaciones.

La Fase 4 era insostenible. El crecimiento de los contagios hizo que el Ministerio de Salud de la Nación pintara al distrito de rojo en el semáforo epidemiológico. Ese parámetro es uno de los que termina definiendo la suerte de los municipios bonaerenses en el sistema de fases. Ninguno de alto riesgo puede figurar en la 4 o en la 5. Es la política del gobierno provincial. Lo contrario se leería como una contradicción con la Nación.

Debería apuntarse una diferencia entre el descenso a Fase 3 de la semana pasada y el de fines de agosto. Aquella vez el propio intendente lo había solicitado; ahora esperó que la Provincia lo notificara. Aceptó sin objeciones. Incluso aguardaba la decisión desde la semana anterior.

El secretario de Producción, Fernando Muro, se ocupó personalmente de preparar al sector comercial para las nuevas restricciones. Les avisó a los gastronómicos que iban a tener que cerrar una hora antes y a los demás locales que debían adoptar como horario límite el de las 20. Antes hubo una consulta con autoridades bonaerenses por una cuestión técnica: ¿los esenciales también debían cerrar a esa hora? La respuesta fue que no: almacenes, farmacias y supermercados pueden bajar las persianas a la medianoche.

Tras el anuncio del jefe de Gabinete bonaerense, Carlos Bianco, el gobierno local convocó a una conferencia de prensa despojada de volumen político. El coordinador de gabinete, Alejandro Rabinovich, reemplazó al intendente, pero la voz cantante la tuvieron Muro y la secretaria de Salud, Viviana Bernabei. El objetivo fue evitar que Montenegro se viera en la obligación de responder una pregunta sobre la batalla entre el gobierno nacional y el porteño por las clases presenciales.

Desde que el diferendo surgió, el intendente tuvo la convicción de no entrometerse. Y es verdad que le escapó a los micrófonos, pero no pasó desapercibido el Zoom que mantuvo el lunes a la tarde con alumnos de tercer grado del colegio San Antonio. “¡Qué lindo es verlos en las aulas!”, exclamó. Ese día había comenzado a regir la suspensión de la presencialidad en el Área Metropolitana y Larreta había abierto las escuelas porteñas. Un gesto, el de Montenegro, para ratificar de qué lado estaba sin levantar demasiada polvareda.

“Innecesario”, lo calificó el jefe del bloque del Frente de Todos, Marcos Gutiérrez, en la previa del debate por la prórroga de la emergencia sanitaria. En ese discurso, el opositor aprovechó para pedirle al intendente un “mayor compromiso”, “más decisión política” y menos “tibieza” para alinearse a las medidas de cuidado del Presidente y del gobernador. En sintonía con los reproches de Axel Kicillof a Juntos por el Cambio, acusó además a algunos sectores políticos de “seguir mirando para otro lado” mientras se agravan todos los índices epidemiológicos y sanitarios.

 

Montenegro, en el Zoom en que celebró que los alumnos estuvieran en las aulas.

Montenegro, en el Zoom en que celebró que los alumnos estuvieran en las aulas.

 

Parte de la bronca provenía de la conferencia del municipio posterior al retroceso de fase. Bernabei habló de una cantidad de casos “estabilizada”, explicó que la suba se produce, en parte, porque hay más testeos y dijo que en los últimos días había bajado la positividad. “La situación epidemiológica es de control, seguimos estando alerta”, agregó la secretaria. La oposición interpretó que le restaba complejidad al momento.

El municipio volvió a subrayar que el distrito no está como el AMBA. Es verdad. La evaluación del riesgo epidemiológico del gobierno nacional atestigua una explosión de casos en municipios como Berisso, Ensenada, La Plata, Berazategui, Avellaneda e Ituzaingó. “Para estar en la misma situación, Mar del Plata debería tener 1500 contagios diarios”, analizaron en la comuna.

De todos modos, en los papeles la Fase 2 ya no es solo para el AMBA. La Provincia también incluyó a ciudades del interior. Primero fueron Castelli y General Villegas; luego Bolívar. Con los contagios y la ocupación de camas en alza, esa decisión hace deambular el fantasma de mayores restricciones para Mar del Plata.

Por la dinámica de la pandemia, cerca de Montenegro no descartan que en algún momento la ciudad pueda bajar otro escalón en el sistema de fases, pero abren un signo de interrogación acerca de si ese hipotético nuevo retroceso implicaría la suspensión total de las clases presenciales. Dependerá en gran medida de lo que anuncie esta semana Alberto Fernández. El viernes próximo vencen las disposiciones de su último decreto. Y la foto con el ministro de Educación, Nicolás Trotta, acompañada por anticipo de que se evalúa una “presencialidad administrada” permiten pensar en variantes menos restrictivas.

Por lo pronto, Montenegro recibió del Concejo la esperada noticia de la extensión de la emergencia sanitaria. Después de los pases de factura entre Juntos por el Cambio y el Frente de Todos por el vencimiento de la norma, el respaldo unánime que obtuvo en el recinto certifica que sigue emergiendo el consenso cuando de administrar la pandemia se trata.

La oposición debería darse por satisfecha: siempre dejó su marca en los tratamientos legislativos de la ordenanza. Cuando se votó por primera vez, el 12 de marzo del año pasado, logró reducir de 180 a 90 días el plazo de duración e impulsó la creación de un consejo asesor (que nunca funcionó como tal).

A fines de septiembre, cuando se convalidó otra prórroga, incorporó una modificación para que la secretaria de Salud, Viviana Bernabei, y el de Hacienda, Germán Blanco, informaran cada 45 días “por escrito y personalmente” las compras y contrataciones realizadas por el municipio. Y ahora volvió a recortarle el plazo solicitado por el Ejecutivo (de 180 a 90 días) para asegurarse un mejor control.

 

La oposición volvió a dejar su marca en el tratamiento de la emergencia sanitaria.

La oposición volvió a dejar su marca en el tratamiento de la emergencia sanitaria.

 

El Concejo también mostró nuevos indicios en otras materias. Con el pliego de licitación empantanado, avanzó en el tratamiento de la emergencia del transporte público, que las concesionarias utilizarían entre otras cosas para reclamar un mejoramiento de los subsidios. También continúan su curso los proyectos para apuntalar a la industria de la construcción y tuvo luz verde el Plan de Desarrollo de la Economía del Conocimiento.

Todo mientras el bloque más cercano a Montenegro procura ordenarse. Agustín Neme, Nicolás Lauría y Guillermo Volponi, que se habían visto obligados a desmarcarse de la postura de Alejandro Carrancio sobre el pliego del transporte, le pidieron que deje de presidir la bancada. La respuesta fue que no hizo nada grave como para dar un paso al costado y que permanecerá en su lugar. A menos que lo echen. 

 



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