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La historia de Benjamín, el nene que venció al cáncer y regresó a su casa en plena pandemia

Benjamín superó dos operaciones, varios tratamientos de quimioterapia e internaciones en distintos hospitales. Luego de un año y medio logró superar al cáncer y regresó a casa en medio de la pandemia.

Cuando Benjamín todavía no había cumplido un año, su mamá Marcela le descubrió un bulto debajo del ojo. De inmediato lo llevó al médico. Tras varios estudios, al niño de dos años nacido en San Bernardo le diagnosticaron neuroblastoma: un tipo de cáncer que se forma en las células nerviosas y generalmente afecta a los menores de edad.

“Cuando recibimos el diagnóstico no nos dieron ninguna esperanza. Al ser un tumor muy maligno, la metástasis se iba a desarrollar con rapidez. De todos modos decidimos empezar con un tratamiento de riesgo intermedio, según nos aconsejaron los médicos”, contó Marcela, la mamá de Benjamín.

A los días, la mujer observó que su hijo tenía la panza “un poco más hinchada de lo normal”. Así, el niño fue sometido a nuevos chequeos que arrojaron que también tenía un tumor en el estómago, el cual se había reproducido en el ojo, aquella protuberancia por la que todo había comenzado.

-El tratamiento

Luego de conocer este último diagnóstico, Marcela se instaló en Mar del Plata -primero en un hotel y luego en un departamento- para acompañar a su hijo en el proceso de quimioterapia.

“Los primeros meses estaba destruida, me paraba enfrente de él y lloraba: estaba ida”, recordó la mujer. “Después me di cuenta de que mi estado de ánimo también influía en la recuperación de Benja. Entonces me armé de fuerzas y empecé a decorar la habitación y poner música”, agregó.

El tratamiento, que incluyó altas dosis de quimioterapia, redujo el tumor en el ojo y la panza de Benjamín. A partir de su evolución favorable en Mar del Plata, el menor fue trasladado a la ciudad de Buenos Aires para continuar con los chequeos en el Hospital Militar. Allí, fue operado en septiembre del año pasado.

“Después de la operación, Benja estaba en la cama, con las piernas cruzadas, los brazos detrás de la nuca y una sonrisa. A los pocos días le dieron el alta”, dijo Marcela sobre el post operatorio. El niño, además, pudo conocer el estadio del club de sus amores, River Plate, tras abandonar el hospital.

-La recta final

La historia de Benjamín sumó un nuevo capítulo en febrero de este año cuando fue trasladado al Hospital Italiano -también en Capital Federal- para comenzar un tratamiento de autotrasplante de médula ósea que duró más de un mes.

En ese sentido, para mantener a su hijo tranquilo, Marcela siempre trató de que viviera todo el proceso como un juego. “Los rayos eran como una nave espacial y su habitación estaba llena de dibujos nuestros. Si la enfermera le decía que haga algo, por ejemplo buches, todos hacíamos lo mismo que él y le gritábamos: ‘Vamos campeón’ cuando se ponía a llorar”, contó.

Para Marcela, el tratamiento no fue fácil: transitó sola la mayor parte del proceso e incluso sufrió algunas dificultades económicas. Al no poder afrontar los costos de la estadía ni los traslados a Buenos Aires, la obra social OSPEDYC cubrió los gastos del tratamiento por completo. Además, le brindó un subsidio y departamento para que pudiera estar cerca de su hijo.

Ya pasó más de un año y medio, dos operaciones y un duro camino de recuperación desde que Benjamín y Marcela dejaron San Bernardo para iniciar el tratamiento. Ahora, en medio de la pandemia de coronavirus, el niño pudo regresar a su casa y continuar con la recuperación rodeado de juguetes y afecto.

“Benja está feliz, no para de correr y de hablar. Ya no sabe con qué más jugar”, dijo Marcela al volver a su ciudad y ansiosa para que su hijo pueda conocer el mar cuando finalice la cuarentena.

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