Policiales

La historia del contrabajo robado en Mar del Plata y su insólita recuperación

Un músico porteño descubrió al despertarse que alguien había robado su voluminoso instrumento. Lo buscó, lo denunció y lo publicó en redes sociales. Hasta que recibió un llamado en el que le decían que lo tenían y que querían dárselo.

Por Fernando del Rio

En la mañana del domingo último el contrabajista Diego Soldi se enfrentó a otro escenario. A uno de los peores para un músico como puede ser el robo de su instrumento, esa especie de prolongación física, de compañía, de complementación perfecta. Ese objeto que no tiene reemplazo porque puede haber mejores, pero no será ese mismo único e irrepetible.

“Me confié, lo dejé en el garage de la casa que nos dan para pasar la temporada y no me di cuenta de que lo estaba dejando en el lugar más inseguro”, relata Soldi, porteño de 31 años e integrante del Paris Jazz Club, banda que se presenta casi todas las noches en el teatro Teatriz.

Después del show del sábado, Soldi y sus compañeros regresaron a la casa ubicada en el barrio Bernardino Rivadavia y se dispusieron a descansar. Bajaron todos los instrumentos, las valijas de sonidos, el bolso de micrófonos y lo necesario para su performance. “Siempre duermo con mi contrabajo pero como el sábado estaba de visita la novia de uno de mis compañeros nos, para ganar lugar y distribuirnos mejor, llevé el contrabajo al garage. Ese fue el error”, cuenta.

No hubo ruidos, no hubo sospechas de intrusos, no hubo nada que les hiciera pensar en inseguridad. A la 1 ya del domingo se durmieron y recién al despertar por la mañana Soldi notó que le faltaba el contrabajo. Nada menos. El Martorelli producido en El Bolsón en el año 2000 no yacía acostado en el lugar donde lo había puesto. Les preguntó a sus compañeros, nadie lo había movido. Dudó de su memoria y llamó al teatro. Nada.

Por la tarde del domingo se dirigió a la comisaría cuarta y radicó la denuncia. También agregó otro faltante: un bolso pequeño con micrófonos.

Soldi a poco de recuperar el instrumento.

“Al regresar de la comisaría hicimos una publicación en las redes sociales porque sabemos que nos sigue mucha gente de todo el país, pero también de Mar del Plata. Y  esperamos alguna novedad, pero el domingo no pasó nada”, recuerda Soldi mientras, a cada palabra, no deja de agradecer a la gente en lo que es una anticipación del final feliz.

Tras hacer el show del domingo con el contrabajo prestado por una colega marplatense, Soldi y sus amigos emprendieron la otra parte del plan: recorrer casas de música por si los ladrones se atrevían a venderlo. Pero cuando estaban por iniciar el periplo, Soldi recibió una llamada. “Me habían mandado un mensaje desde ese mismo número pero yo no lo había visto. Como a las 2 de la tarde se comunicó una persona y me contó que había encontrado el contrabajo en un terreno baldío. Tirado. No pregunté mucho, solo quise recuperarlo”, explica.

Cerca de las 5 de la tarde, y como en una película de suspenso donde la música de jazz colabora para la ambientación perfecta, Soldi acordó encontrarse en una estación de servicios de Constitución y la Costa. Allí apareció una pareja mayor, padre y madre del joven que se había comunicado antes. Dice Soldi que llegaron en un automóvil, con el instrumento encima.

“El contrabajo estaba perfecto. Solo tenía mal puesta la funda, como que lo abrieron, pero no le hicieron nada. Fue un alivio enorme verlo en perfectas condiciones y principalmente recuperarlo”, admite.

Con el contrabajo en su poder nuevamente, Soldi se recuperó de toda la alteración que asegura haber sufrido. “A mí me alcanza con la devolución. No me interesan las explicaciones. Pero que quede claro que no me pidieron un peso para darme el instrumento. Es más, yo les agradecí dándole el efectivo que tenía encima porque yo quiero creer que lo encontraron y que me hicieron un gran favor”.

Soldi y la Paris Jazz Band se quedan en Mar del Plata a seguir con el show que siempre continúa. Seguramente en cada función sentirá la necesidad de agradecer a la gente en general. “Sé que al haberse difundido tanto, el que se lo llevó se lo sacó de encima. Y eso se lo debo a toda la gente de Mar del Plata y también de otras partes del país que ayudó a viralizar”, concluye.

El Martiorelli 2000 con las cuerdas Thomastik Bel Canto y el puente regulable Kolstein volvió a sonar en las manos serenas de Soldi.

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