La Ciudad

La historia poco conocida de un sitio conocido de Mar del Plata

El pintor finlandés Richard Hall y su chalet “La fiambrera”.

Por Gustavo Visciarelli

En un sitio bien conocido por marplatenses y turistas vivió un pintor que entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX fue uno de los preferidos en dos cortes europeas y retrató a miembros de la aristocracia norteamericana. Al instalarse posteriormente en un sitio inhóspito de Mar del Plata –Güemes casi Alberti- hacía flamear dos banderas en señal de bienvenida, al tiempo que desplegó un llamativo método para estar a salvo de los mosquitos.

El sitio en cuestión es el actual Espacio Cultural Cabrales y el pintor se llamó Richard Hall, a quien vemos en una de las fotos paseando con sus hijas por la antigua Rambla Bristol en 1929.

Hall (1857-1942) nació en Pori, Finlandia y se formó en Estocolmo y en París. Sus obras están en distintos museos y siguen circulando en el mercado. Una de ellas fue subastada en 1994 por la prestigiosa casa Sotheby`s.

En 2015 en Museo Nacional de Bellas Artes expuso algunas de sus creaciones en el marco de una muestra dedicada a pintores nórdicos. Gracias a la información difundida por los organizadores, sabemos que “fue un renombrado retratista, requerido por las cortes sueca y rusa. Hall, entrado el siglo veinte, pasó los inviernos europeos en Buenos Aires y Mar del Plata, donde se radicó debido a la situación que atravesaba Europa”.

Pero muchas otras cosas pasaron en su vida al margen de esa apretada síntesis. Por ejemplo: vivió en París y en Gran Bretaña, se casó y tras enviudar en 1881 se confinó ocho meses en una orden trapense de Nantes. Nueve años después, durante un veraneo en la isla báltica de Oland, conoció a la baronesa Anna von Mühlenfels, con quien se casaría en 1906.

Pero otras cosas importantes habían ocurrido antes. Su calidad y su prestigio como retratista de dos coronas sedujeron al millonario norteamericano William Kissam Vanderbilt, quien en 1902 lo invitó a Nueva York, donde pintó para su anfitrión y para otras acaudaladas familias.

Al desatarse la primera guerra mundial decidió radicarse en Argentina, se nacionalizó e hizo construir su chalet marplatense en una zona donde se enseñoreaban cardos y maizales. Es el que hoy conocemos como Espacio Cultural Cabrales, en Güemes y Alberti.

Hay quienes fechan su construcción en 1920 o 1921, pero existe una evidencia de que es anterior. Se trata de un artículo publicado en 1919 por Caras y Caretas donde el periodista Manuel María Oliver dejó registro de su visita a la “mansión bretona del distinguido artista Richard Hall. Es un coqueto chalet rodeado de alambre tan fino que impide el paso de moscas y mosquitos. Le dicen “la fiambrera”, porque tiene el aspecto de tal”. El periodista añade que “el notable pintor iza en señal de bienvenida las banderas de su patria y la nuestra, amable y alegre, vistiendo a la moda de su país”.

Hall murió en Buenos Aires en 1942. Su arte no se acotó al retrato y además de exponer con elogiosas críticas, fue ilustrador de importantes editoriales. En el Espacio Cultural se expone una obra que perpetúa la llegada del Príncipe de Gales a la Argentina en 1925. Sin embargo, para ilustrar este artículo, escogimos un óleo del catálogo de J C Naón y Cía. La obra es de 1933 y nos permitimos imaginar que quizás haya sido pintada por el talentoso Richard en su singular “fiambrera”.

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