Aldosivi y San Lorenzo juegan un fútbol posicional. Esa, al menos, es la idea de sus entrenadores. Con menos tiempo y más pergaminos por el lado de Jorge Almirón. Con más trabajo y buenos resultados de parte de Gustavo Alvarez.

El fútbol de posición se basa en un orden que ha sido marca en el orillo de los buenos momentos de Aldosivi en esta Superliga. Ese orden es productivo cuando después se expande y se canaliza en juego y potencialidad ofensiva. Por momentos Aldosivi lo logró nada menos que contra un grande como San Lorenzo y por eso no debía irse con las manos vacías.

Ahora, como ese orden, ese juego posicional, solo se desarma con talento y repentización o con errores, se requieren movimientos, gestos o sorpresas que salgan de lo establecido. El primero que lo quebró en el Minella fue Aldosivi con las apariciones de Pisano e Iñiguez por derecha con un remate de Lucas Villalba que rompió el arco y el partido.
El desnivel para San Lorenzo, en cambio, fue por un error grosero de Jefferson Mena.

Y Aldosivi volvió a “desordenar” con atrevimiento, a partir del desparpajo de un debutante, el pibe Franco Pérez, quien se animó a todo para salir de la raya derecha y volar, con caño incluído, para después culminar su obra con un pase riquelmeano para la potencia goleadora de Cristian Chávez.

El orden, al cabo, es el punto de partida de Aldosivi. El equipo toma vuelo si puede encontrar el juego. Lo hizo ayer a partir del criterio de Miloc y con el desequilibrio permanente de Pisano, de quien a veces se necesita que salga del encaje de su posición para provocar el revulsivo.

Y el que cambió inesperadamente la ecuación en el final fue el pibe Pérez. Su caño, en la previa del 2 a 2, y el que después tiró el propio Pisano, pagaron la entrada. Aldosivi llegó con cierta holgura en puntos a este primer choque con un grande de local en esta Superliga. En este tiempo se puede dar el lujo de disfrutar en vez de sufrir. Y ese es su gran triunfo antes del receso.

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