Salud

La importancia de lavarse las manos y los 5 pasos que no pueden faltar

La Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud establecieron el 15 de octubre como el Día Mundial del Lavado de Manos con el fin de reflexionar sobre la importancia de esta práctica para proteger nuestra salud y el de nuestras comunidades.

Cuando una acción cotidiana se convierte en un hábito generalizado a nivel global, su poder se multiplica. Eso sucede con el lavado de manos, un gesto simple que -sobre todo en este contexto de COVID-19- es la manera más efectiva de evitar la propagación de enfermedades y, a su vez, de proteger la salud personal de cada uno. Es por eso que todos debemos generar conciencia: “Las manos limpias salvan vidas”.

En el Día Mundial del Lavado de Manos, la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC, plantea que esta rutina es el método más sencillo, rápido y económico para prevenir enfermedades diarreicas,  infecciones respiratorias agudas como el Coronavirus, infecciones cutáneas y parásitos, entre otras patologías que afectan la salud de millones de personas a nivel mundial.

Según la Dra. El Haj, una correcta higiene de manos debe demandar no más de 40-60 segundos  segundos con alcohol en gel o con agua y jabón. Además, la profesional plantea que no es suficiente lavarse sólo con agua, el jabón (cualquiera sea)  es el que permite eliminar la suciedad que contiene los gérmenes.

¿Cuáles son los pasos a seguir para un resultado efectivo?

Estos son los 5 pasos que no deben faltar a la hora de realizar el lavado de manos:

. Mojarse las manos con agua de red o potabilizada.

. Enjabonarse (cualquier jabón sirve para eliminar los gérmenes).

. Frotar muy bien las manos, incluidas las muñecas, palmas, dorso y entre los dedos.

. Enjuagar con abundante agua.

. Secarse con una toalla limpia, papel descartable o agitando las manos.

Finalmente, la profesional aclara que es importante higienizarse las manos frecuentemente sobre todo:

. Antes y después de manipular basura o desperdicios.

. Antes y después de comer, manipular alimentos y/o amamantar.

. Luego de haber tocado superficies públicas: mostradores, pasamanos, picaportes, barandas, etc.

. Después de manipular dinero, llaves, etc.

. Después de ir al baño o de cambiar pañales.

. Después de sonarse la nariz, toser o estornudar.

. Antes y después de atender a alguien que esté enfermo.

. Antes y después de tratar una herida o un corte.

. Luego de tocar animales, sus alimentos o excrementos.

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