Opinión

La importancia del rol psicopedagógico en contexto pandémico

 

Por U.Psi.GeP. (*)

 

La Psicopedagogía es la ciencia social que se encarga del estudio de los procesos de aprendizaje y la enseñanza, que surge del entrecruzamiento de la psicología y la pedagogía. En psicopedagogía no sólo se trabaja con las dificultades instaladas, sino mucho en la previsión y estimulación para la prevención de posibles problemas en el aprendizaje esperado o en las tomas de decisiones oportunas para la trayectoria de un grupo o una persona.

El psicopedagogo participa de esta manera a lo largo de la vida, desde el nacimiento hasta la edad madura y su incumbencia es en todos los ámbitos: Educativo (público y privado), salud pública, clínica, forense, deportiva, discapacidad, laboral, orientación vocacional y ocupacional.

Es una disciplina que nació con creatividad y adaptación a las necesidades que van surgiendo. Se propone una intervención interdisciplinaria e interinstitucional. Siempre el trabajo es en equipo considerando como principal a la persona que necesita ayuda, pero contemplando su grupo familiar, escolar, social.

En el aprendizaje se pone en juego la capacidad intelectual pero también juegan un papel importante los vínculos afectivos, la estimulación, la aceptación, las emociones y los accesos a más oportunidades. El contexto pandémico ha mostrado la importancia que ha adquirido el rol, en todos los ámbitos de inserción, es por ello que se debieron readaptar las intervenciones, tanto en lo institucional como desde lo clínico.

El acompañamiento a las familias, a los alumnos, a los pacientes de todas las edades fueron más solicitadas y se pudo dar respuesta a la demanda que surgió. La tecnología paso a cumplir un rol tan fundamental, tanto para los profesionales como para quienes requerían nuestra atención donde se visibilizaron desigualdades e inequidades.

Todos hemos tenido que aprender y aprovechar en el rol, el uso de la tecnología para seguir estando presentes en la vida de nuestros pacientes y comunidades haciendo un cambio radical en las estrategias y materiales a desplegar durante cada proceso.

Hoy, luego de un año tan difícil, de aprendizajes especiales, podemos garantizar la importancia de nuestro rol tanto en educación, salud pública, como en la clínica destacando que en cada grupo etario debemos dar prioridad a intervenciones diferentes.

Si bien en algún momento pudimos volver a la presencialidad y todavía esto se sostiene tomamos todo ese caudal de experiencias para poder llegar a muchos lugares que encontramos en este año de muchos desafíos.

Es importante aclarar que, en cada grupo etario, existen prioridades desde donde la psicopedagogía debe intervenir, según se presente la problemática, con la adaptación al contexto actual. Podemos guiar a profesionales de las escuelas para la observación e intervención con la familia de niños que muestran síntomas personales y/o consecuentes con el contexto pandemia, sumado a la intervención personalizada con aquellos que inician o continúan tratamiento.

En primera y segunda infancia nuestra intervención clínica se centra en observar los aprendizajes mas formales, brindar estrategias y herramientas para acompañar a los niños y sus familias, realizando diagnóstico y tratamiento psicopedagógico.

En los adolescentes, en cambio, donde la socialización es imprescindible para identificarse, es muy importante ayudarlos en una rutina, en brinda orientación vocacional y ocupacional. Cuando un adolescente necesita tomar decisiones sobre su futuro se encuentra con muchas incógnitas y en este momento las inseguridades son más profundas, por eso la elección profesional u ocupacional debe ir acompañada de mucha información y reflexión.

Con los adultos mayores, la importancia de nuestra intervención es en prevenir o detener el deterioro, fomentando y estimulando sus funciones cognitivas y ejecutivas, ayudando la implementación de herramientas tecnológicas para facilitar la comunicación y relación social. En personas con discapacidad, se requiere y se ha preparado un protocolo para “priorizar” trabajar desde la presencialidad por las características propias de las dificultades que se presentan.

De igual manera es meritorio aclarar, que la pantalla no logra sustituir el contacto personal con la y los profesionales de psicopedagogía, más aún que nuestro trabajo en la intervención en el proceso mismo, no en el cumplimiento de una actividad pero estamos preparados para seguir adelante dando soluciones a problemáticas que nos alcanzan y nos atraviesan.

La Asociación de Psicopedagogos U.Psi.GeP. sigue trabajando de manera mancomunada para mejorar las condiciones del quehacer psicopedagógico, acompañando en el cambio y la transformación que esta nueva realidad requiere.

(*) Unión de Psicopedagogos de General Pueyrredon

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