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Policiales 3 de marzo de 2023

La increíble historia de la captura de un falsificador único: “El Fantasma”

La familia liderada por "El Fantasma" o "El Viejo" vio esta semana caer presos a sus varones. El hermano del cabecilla y los hijos de ambos quedaron detenidos por falsificar dólares y distribuirlos desde Mar del Plata para todo el país.

Por Fernando del Rio

Cuando en el año 2019 un hombre fue detenido en la provincia de Neuquén con dólares falsos y dijo ante los investigadores que lo único que sabía era que detrás de la maniobra estaba “El Viejo”, todas las miradas se dirigieron a Mar del Plata. ¿Era posible que El Viejo fuera El Fantasma, aquel hombre que en 1998 había sido condenado y que en 2008 había vuelto a caer en su casa-imprenta clandestina del barrio San Carlos? ¿Podía tratarse de la misma persona y que continuara con lo que hacía a la perfección: falsificar billetes de altísima calidad?

La División Falsificación de Moneda de la Policía Federal, hoy a cargo del comisario Damián Mendoza, fue asignada para seguir la ruta de los dólares falsos llegados a Neuquén. Algunos de sus hombres eran los mismos que habían hecho el procedimiento en octubre de 2008 y conocían a la perfección a la familia de El Fantasma. La familia conocida con una inicial solamente. La letra O. En ese lejano año 2019 comenzó un camino judicial en Neuquén que se vio demorado, postergado, diltado, por la cuarentena y que habría de acabar, al menos en este tramo de la investigación, esta semana al allanarse la casa quinta de El Viejo en la calle 14 del barrio San Carlos. Allí estaba todo lo necesario para la creación de billetes: tintas, papeles, maquinarias, prensas.

Durante el operativo no solo fue detenido José Luis “El Viejo” o “El Fantasma, sino también su hermano Miguel Gustavo. El hijo de “El Viejo” fue atrapado en la misma casa de calle 14, mientras que el hijo de Miguel Gustavo cayó en Mendoza, donde tenía montado su centro de distribución según lo que figura en el expediente impulsado por el fiscal Santiago Eyherabide y el juez Santiago Inchausti.

Las pistas

La declaración de aquel detenido en Neuquén en 2019 dio la pista inicial para que la Policía Federal se enfocara en el barrio San Carlos de Mar del Plata, un barrio ubicado en cercanía de los acantilados de la costa sur de Mar del Plata. Distintas averiguaciones permitió obtener números telefónicos y hacia fines de aquel año se intervinieron las líneas.

Al cabo de unas pocas semanas, quedó claro que El Viejo era El Fantasma, y que el resto de su familia estaba involucrada en la falsificación de dólares, en su distribución y también en su financiamiento. Sin embargo, cuando en marzo de 2020 la investigación requería avanzar en tareas de campo, el país se cerró. Durante varios meses las fuerzas federales debieron ocuparse de controlar el aislamiento y la Justicia Federal de responder habeas corpus, de iniciar causas por infracciones al ASPO (Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio). La pesquisa quedó en suspenso, al igual que las actividades de El Fantasma, que ante la imposibilidad de distribuir los dólares falsificados entró en una etapa de espera.

Cuando el país se normalizó, la causa fijó su competencia en Mar del Plata y se retomaron las tareas investigativas en un entorno complejo como es un barrio semipoblado como es Acantilados o San Carlos. Ya en 2008 los policías federales habían sufrido las incomodidades de un sector en donde cualquier persona desconocida genera desconfianza. De hecho, un agente vestido de civil fue detenido en aquella ocasión por considerarselo “peligroso” y “merodeador”.

dedala

Para reunir prueba incontrastable y dada la misma naturaleza del delito investigado, los policías se permitieron trabajar sin apuros. Además, vale destacar que los mejores falsificadores, categoría en la que sin dudas ingresaba El Fantasma, tienen un accionar muy cuidado. Primero que todo, son discretos. Segundo, solo en algún momento del año entran en “funciones”, dado que suelen tener una “temporada” de impresión. Y tercero son hábiles para falsificar también sus vidas y mostrarse como personas alejadas de cualquier delito.

Los federales, bajo la dirección investigativa del subcomisario Gustavo Barba, no obstante, pudieron consolidar muchas de las sospechas. También corroborar la destreza de El Fantasma para no dejarse seguir. La estrategia dinámica de vigilancia resultó un gran desafío. Las pocas veces que El Fantasma salía al centro de Mar del Plata desplegaba una serie de técnicas para sentirse seguro de no ser perseguido: frenaba en las esquinas, cambiaba el recorrido de forma repentina, modificaba la velocidad, frenaba de golpe e incluso cometía infracciones de tránsito que pretendían contrarrestar cualquier tarea investigativa a su alrededor.

La detención
y el negocio

José Luis “El Fantasma” o “El Viejo” tiene hoy 82 años. Vivía en una casa de la calle 14, una gran casa quinta. El lugar tiene 3 parrillas y convivía con su esposa. En el mismo gran terreno, en otra vivienda, residía su hijo con su propia esposa. La casa tiene un sistema de cámaras de seguridad que vigila y cuida de la presencia de intrusos. Algunas de esas parrillas en el año 2008 fueron usadas por la familia “O” para incinerar dólares y otras pruebas cuando vieron que el allanamiento era inminente.

A algunas cuadras de allí, vivía el hermano de “El Fantasma”, una persona algo menor pero con una gran importancia en el funcionamiento de la organización.

Según surge del expediente, “El Fantasma” era el que elaboraba los billetes, de la misma manera precisa y prolija como lo hacía desde la década del 90. Se lo considera en el mundo de la falsificación, un profesional y sus billetes son de una calidad superior a la que puede producir un falsificador cualquiera. De hecho las pruebas que cualquier comercio o particular puede hacerle a un billete de esos (lápiz óptico, luz ultravioleta, marca de agua, filamentos, textura y trama del papel) no detecta que es un copia. Solo cuando esos billetes quieren ser ingresados en el sistema bancario se advierte la estafa.

El hermano de El Fantasma se ocupaba de los insumos y también de la distribución en Buenos Airs y CABA, mientras que los hijos de ambos eran los distribuidores que contactaban a pasadores en difrentes puntos del territorio nacional. “No hay un patrón común para pasar los billetes, pero en la actualidad hay mucha compra on line y pago en efectivo en el lugar de retiro de la mercadería”, dijo una fuente de la investigación. Eso sí, no se registraron operaciones en Mar del Plata. Todo lo que se falsificaba, salía de la ciudad.

Publicación del diario LA CAPITAL en el año 2008.

Publicación del diario LA CAPITAL en el año 2008 con una foto del allanamiento de esta semana.

El valor del dólar falso y la ganancia varía de acuerdo a la etapa. Por cada billete gana el imprentero y gana el distribuidor algo así como la mitad del valor de dolar blue. En esta organización, ambas instancias la manejaba la misma familia y terminaba haciendo un gran negocio con el pasador, quien le extrae la última rentabilidad al billete falso. Esta semana varios agentes de la Policía Federal se desplegaron en Mar del Plata, unos pocos en Mendoza, y decidieron irrumpir en la casa de los “O”. Incluso la orden de allanamiento llegó un día después de una maniobra de distribución que hubiera permitido un secuestro mucho mayor.

Los cuatro hombres de la familia “O” fueron detenidos y se enfrentan a un nuevo proceso penal, como el 2008. Tal vez haya sido la última jugada de “El Viejo”, de “El Fantasma”, luego de una gran parte de su vida dedicada a hacer plata.

 



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