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Opinión 19 de abril de 2019

La India, elecciones y crecimiento

Narendra Modi. Foto: EFE.

por Raquel Pozzi

La proyección geopolítica de la República de la India es rauda y certera aprovechando la coyuntura internacional donde los países asiáticos crecen y en el que precisamente India comparte junto a Estados Unidos, Australia y Japón el esquema económico Indo-Pacífico como contrapeso del ostentoso potencial de la República Popular de China en la región como también en África y Europa expandiendo tentáculos en otros continentes bajo el proyecto “Un cinturón, un camino” la Nueva Ruta de la Seda.

El lector observador puede detectar que las dos formidables economías del mundo, India y China, ya sea por población, territorio o ubicación geo-estratégica, crecen económicamente pero comparten históricamente tensas relaciones territoriales. El límite físico, la Cordillera del Himalaya, mantiene en orden las relaciones bilaterales aunque existen actualmente regiones en disputa.

En el extremo noroccidental de la India, Askai Chin es un punto de encuentro de las fronteras entre India-Pakistán y China. Askai Chin es una región pobre de recursos con pocos habitantes pero con el lastre de la imperfecta delimitación territorial que se realizó bajo el mandato británico con dos diseños diferentes: la Línea Jhonson (Askai Chin bajo jurisdicción india) y la Línea MacDonal (bajo control chino).

Tras la independencia éste territorio quedó supeditado a las voluntades de ambos países, en el caso de China es importante su control por la construcción de una importante carretera (Nro. 219), en la actualidad las buenas relaciones dejaron en un segundo plano la rencilla ya que el foco de tensión se trasladó hacia otra región la de Arunachal Pradesh con más de un millón de habitantes de origen tibetano, también legado histórico de las demarcaciones limítrofe del mandato británico y que para China es primordial para el entramado de comunicaciones.

Más allá de Askai Chi y Arunachal Pradesh, el conflicto entre India y Pakistán por Jammu & Cachemira como también las disputas con Bangladesh activan alarmas que trascienden a los grupos insurgentes ya que se trata de dos potencias nucleares y que involucran indirectamente a la República Popular de China: aquí radica la importancia geopolítica de La India.

Progresivo crecimiento económico y exponencial crecimiento demográfico

Lo que se propaga más allá de las pugnas territoriales es la significancia de las estadísticas económicas y sociales de la República de la India que inciden directamente en la geopolítica regional:

Es la economía con mayor velocidad de crecimiento del mundo, las predicciones según diferentes fuentes comparten que en el transcurso del año 2019 crecerá un 7,4 % del PIB y en el 2020 es 7,7%, aunque existe la certeza de cuellos de botella en el desarrollo económico como pobreza, desigualdad y contaminación ambiental, La India se ubica entre las primeras veinte economías líderes del mundo en cantidad de volúmenes exportables.

Uno de los rubros principales en exportación es la carne bovina (su rodeo es aproximadamente de 200 millones de cabezas de ganado bovino y 100 millones de cabezas de búfalo) dato curioso teniendo en cuenta el saber popular que en India la vaca es sagrada, pero las áreas dónde la mayoría de la población es musulmana no sólo consumen carne bovina sino que desarrollan la actividad para fines comerciales, otro dato peculiar es que el búfalo no es considerado animal sagrado, el mismo se adapta a características propias de algunas regiones de La India: altas temperaturas-alta humedad ambiente y lluvias cercana a los 2000 mm anuales, condiciones desfavorables para el desarrollo vacuno no así para el búfalo.

Otra de las principales exportaciones son: el refinado de petróleo, gas de petróleo, oro, diamantes, medicamentos envasados entre otros, lo que implica que La India posee una economía diversificada, condición favorable para ostentar lugares de privilegio como país exportador. No obstante las importaciones superan a las exportaciones generando saldo comercial negativo.

La dinamización de la economía está concentrada en el consumo interno y esto tiene relación absoluta con el crecimiento demográfico. Es exponencial el crecimiento de la población, en la actualidad India posee 1.340 millones de habitantes mientras China posee 1.390 millones, se presume que en al año 2030 – 2040 India superará a China en un 8 % y en el 2050 – 2060 se presume en un 25 %.

Las razones: 1) La tasa de natalidad ha superado a la tasa de mortalidad 2) Tasa de fertilidad, aunque existen políticas estatales para reducirla, el número de hijos por mujer en algunas zonas es de dos y en otras superan los cuatro 3) Matrimonios tempranos y atraso en las políticas anticonceptivas 4) La inmigración ilegal desde Bangladesh o Nepal lo que aumenta la densidad de la población.

La estructura social de La India esta “diseñada” por dos grandes grupos sociales que representan la diversidad cultural y social: a) el sistema de castas “los intocables” o “la varna”, ligados al hinduismo y divididos en cinco grupos verticalizados: brahmanes; chatrías; vaishias; shudrás y los dalits (intocables) según criterio jerárquico basado en funciones, pureza y herencia de los profesionales y b) Los tribales indios (habitantes originarios) conocidos también como los “adivasi”- los sin casta- quiénes superan las 300 tribus, condenados al trabajo informal. India es el estado en el mundo con la mayor cantidad de pueblos originarios.

Con más de cuatrocientas lenguas además de las oficiales –el inglés y el hindi- y co-oficiales según diversos estados, cohabitan comunidades con diferentes religiones tradicionales tales como: Hinduismo, budismo, Islam, Cristianismo, Sijismo y Jainismo. Un esquema social complicado aunque con gestos de cohabitación cada vez más sosegado.

El intrincado proceso electoral en India

Celebrar que la República de la India, democrática, parlamentaria y secular según la constitución, compuesta por 28 estados y 7 territorios mediante un sistema federal, es la mayor democracia del mundo por la vigencia de los procesos electorales competitivos, significa por un lado elogiar la escena social pluralista, multilingüe y multiétnico del estado y por el otro recordar que sigue siendo un estado cargado de injusticias sociales y de luchas armadas producto del derrotero descolonizador como variable histórica constante.

Conciliar y politizar una sociedad profundamente arraigada a la diversidad cultural y religiosa, es un reto escabroso. Habida cuenta que abundan traumas sociales, La India está en el centro de la atención mundial, la mayor democracia del mundo se encuentra en pleno proceso electoral de los miembros del Parlamento Nacional -Lok Sabha- durante el transcurso de siete fases -entre el 7 de abril y 19 de mayo- 900 millones de electores emitirán sus sufragios a lo largo de cinco semanas definiendo el futuro quinquenal.

Están en juego 95 de los 543 escaños y los dos importantes candidatos son Narendra Modi y su opositor Rahul Gandhi, quienes deberán obtener 272 representantes para lograr convertirse en el próximo líder indio.

Tras cinco años de gobierno de Narendra Modi, los indios decidirán si siguen confiando en los nacionalistas hindúes o buscan una alternativa. El actual mandatario se enfrenta a la exigencia de la ciudadanía de crecer económicamente al compás de las necesidades de una población prolifera pero además a las necesidades de poderosos partidos regionales como también al histórico Partido del Congreso.

Entre disturbios y suspensión electoral no debemos solapar la importancia medular de los jóvenes en las actuales elecciones, mencionar millones de jóvenes es no tener la certeza en números de la importancia de los “centennial” o generación “Z” (generación nacida a partir de 1997) quienes tendrán gran incidencia en los resultados finales.

En pleno proceso electoral la coalición nacional hindú Bharatiya Janata Party (BJP) liderado por el actual primer ministro Narendra Modi se enfrenta al tradicional Partido del Congreso liderado por la familia Gandhi quienes han gobernado durante 49 de los 72 años de independencia.

El gran interrogante ¿La democracia más grande del mundo como sistema político pondera las características dominantes de la sociedad, la multiplicidad étnica como las diversas religiones dominantes? La respuesta estaría signada por las características propias de la República de la India, el sistema de gobierno democrático remarca la igualdad de todos frente a la ley, y La India se enfrenta a los mismos desafíos en cada elección, transitar por un camino sinuoso para lograr superar el andamiaje de jerarquías y privilegios enquistadas en una sociedad que crece de manera exponencial, el paisaje electoral indio ofrece ese contraste, entre el orden existencial que caracteriza a las castas y el orden normativo que caracteriza al sistema democrático.

(*): Analista en Política Internacional, Profesora En Historia. Twitter: @raquelpozzitang