La posibilidad de importar insumos de primera calidad genera expectativa en el sector. "Podemos competir con fábricas de Europa”, se entusiasman. Interrogantes y perspectivas de un rubro emblemático que se renueva y va por más.
Por Hernán Kloosterman
Es una industria emblema de Mar del Plata. Su crecimiento se dio a la par del desarrollo de una ciudad que se convirtió en un lugar deseado por todos. Desde su inicio artesanal, la industria textil marcó una huella que hoy persiste. El famoso “pulóver” de Mar del Plata o el recorrido por Juan B. Justo en busca de una prenda de lana para el invierno conforman un clásico que no pierde vigencia para el turista.
Si bien el perfil ha ido mutando, hay una esencia que se mantiene y que hace que la industria textil marplatense tenga presente y sobre todo futuro. Empresarios dispuestos a invertir, maquinarias de última tecnología, mano de obra capacitada, experiencia en el oficio y un diseño de alta calidad forman un combo que jerarquiza la industria y que le permite sortear los vaivenes económicos.
Por todo esto, se puede afirmar que más allá de la coyuntura económica actual, la perspectiva en el sector textil es buena. Hay algunos datos que lo confirman como la posibilidad que se abrió para los empresarios de acceder a insumos de primera calidad lo que permite pensar en fabricar productos que compitan con los mejores del mundo.
En contrapartida, esa apertura de la economía también habilita le importación de prendas terminadas de lugares en los que la confección es más económica que en la Argentina por lo que los empresarios de la ciudad deberán agudizar el ingenio para sortear el escollo. En definitiva, la posibilidad está y los textiles afrontarán el desafío de fabricar un producto que compita con los mejores del mundo.
Oficio, diseño e insumos
Con décadas de experiencia en el sector, el presidente de la Cámara Textil de Mar del Plata, Guillermo Fasano, está convencido de que a la ciudad se le abre una oportunidad de cara a los próximos años. Su optimismo tiene que ver con la posibilidad que se presenta para importar insumos de primer nivel que permitan fabricar productos a la altura de los mejores del mundo. “Hasta hace poco la economía estaba cerrada y estaba bloqueada la posibilidad de traer insumos de mayor calidad en el mundo. Esta apertura de la economía nos ha dado la oportunidad de sumar el tercer aspecto en la fabricación del suéter que es la calidad del insumo. Tenemos el oficio, el diseño, las máquinas, ahora vamos a ir incorporando en la medida que los tiempos y las capacidades económicas lo permitan, los insumos”, le explicó a LA CAPITAL y remarcó que de concretarse este objetivo, “la perspectiva es tener un suéter de categoría y de calidad internacional que compita en ese aspecto”.
A la hora de analizar la situación de los insumos hay que remarcar que el algodón que se utiliza en la mayoría de las prendas, de primera calidad, se consigue en Egipto y en Perú. Un escalón más abajo vienen el brasileño y el norteamericano y luego vendría el de nuestro país. Lo mismo pasa con la lana. Esta situación es determinante para que se pueda elaborar un producto de primer nivel.
Otro punto a tener en cuenta es la mano de obra. En ese sentido, los países de Asia trabajan con insumos de baja calidad pero sacan una diferencia con el costo de la mano de obra. “Ellos tienen una diferencia en el costo de fabricación básicamente por la mano de obra con la que es imposible competir. Si vos te abrís al mundo, tenés la desventaja que si vas a trabajar con insumos de baja calidad, vas a competir con los chinos. Si vos trabajás con insumos de primera calidad internacional podés competir con fábricas de Europa”, consideró Fasano.
En ese sentido, el empresario enfatizó en que Mar del Plata se destaca por el diseño y la calidad, no por la cantidad. “Los que trabajamos en calidad superior necesitamos insumos de calidad y esta apertura nos está permitiendo en este momento traer los insumos de afuera. Es todo un proceso que requiere no solo fabricarlo sino venderlo. Para mí, el desafío es integrarse al mundo con productos de calidad internacional”.
Otro aspecto que genera buenas expectativas es la equipación tecnológica de la mayoría de las fábricas de Mar del Plata. En los últimos años, muchas firmas de la ciudad han accedido a maquinaria de última generación, de prendas terminadas que pueden tejer distintos tipos de tela. “Al tener la tecnología de última y agregarle toda la experiencia y el oficio y la existencia de profesionales graduados en la universidad que le agregan diseño, estamos en condiciones de tener un producto que sea competitivo a nivel mundial”, se entusiasma Fasano.
Interrogantes
Si bien el objetivo de fabricar suéteres de primera calidad mundial parece claro, en el proceso despuntan algunos interrogantes. Uno de ellos tiene que ver con la estabilidad económica y la política cambiaria. “La competitividad está marcada por el tipo de cambio que está bajo, pero además de eso por una alta carga impositiva y un sistema laboral que es nefasto para nuestro sector que somos pymes y se devora empresas. Un par de juicios laborales mal documentados te hace perder el esfuerzo de toda una vida. Además, el país tiene con el sector pyme una deuda pendiente que es el financiamiento. La inflación y la inestabilidad de la moneda perjudican la posibilidad de acceso al financiamiento. Esos son los temores. Si la Argentina se ordenara financieramente, las posibilidades de crecer son importantes”.
Ante este panorama, el referente de los textiles consideró que dependerá de cada uno de los empresarios asumir el desafío de crecer. “Yo creo que las condiciones para crecer están dadas. El tiempo dirá cuál es el resultado para este proceso de cambio que estamos transitando”, planteó.
Historia
A la hora de dar un pantallazo sobre la historia de la industria textil en Mar del Plata, Guillermo Fasano destacó la experiencia, la especialización y el plus del diseño de la industria marplatense .
“Hemos cambiado en todos estos años de trayectoria la cantidad por una mayor propensión a la calidad. De aquellas épocas en que Mar del Plata era un monopolio en la fabricación del pulóver de la Argentina hemos pasado, a partir de la aparición de las máquinas electrónicas en la década del 80′, a buscar un perfil de calidad y no de cantidad. Y en ese recorrido nos ha ayudado mucho la capacitación, los años de experiencia, la especialización y, sobre todo, la generación de profesionales a através de carreras terciarias y universitarias que le dan a Mar del Plata un perfil distinto. El diseño, hoy, es el valor agregado número 1”, repasó.
Producto diferenciado
La mayoría de los actores del rubro textil coinciden en la posibilidad que se abre de confeccionar productos que compitan en el primer nivel mundial.
“Tenemos tecnología de punta en el área de tejido por lo que hacemos un producto bastante diferenciado con lo cual estamos en esa línea competitiva”, sostuvo Gabriela Ezpeleta, una de las responsables de la firma Del Cerro. Y agregó: “También exportamos a Chile estos productos y para hacerlo debemos bajar bastante los márgenes como para tener un precio más competitivo”.
Además, coincidió en la diferencia con los insumos del exterior. “Hace muchos años que trabajamos con un hilado importado. El 95% lo importo y el 5% restante se lo compro a un proveedor local pero es importado también”, ejemplificó.
A la hora de referirse al futuro de la industria textil, la empresaria marplatense consideró que “depende de nuestra capacidad para adaptarnos y competir en un mercado globalizado y para lograrlo, creo que debemos enfocarnos en reducir costos y mejorar la eficiencia, al mismo tiempo que potenciamos nuestra capacidad para diseñar y producir productos de alta calidad que se diferencien en el mercado”.
Por otra parte, se refirió al impacto de los productos importados y afirmó que “es importante encontrar un equilibrio entre la competencia leal y la protección de la industria nacional”.
También hizo referencia a las cargas impositivas y a los costos salariales que son “desafíos importantes que debemos abordar y, para superarlos, propongo que nos enfoquemos en mejorar nuestra productividad y eficiencia, y que busquemos soluciones innovadoras para reducir costos y mejorar la competitividad”.
Ezpeleta trazó un panorama optimista de cara al futuro de una de las industrias emblemas de la ciudad. “Creo que la clave para sobrevivir y prosperar en la industria textil argentina es nuestra capacidad para adaptarnos rápidamente a los cambios del mercado y para trabajar juntos para lograr nuestros objetivos”, enfatizó.
Innovación y sustentabilidad
Juan Pablo Maisonave, de la tradicional firma Raffaelli Giardino, consideró que “hay que estar muy atentos a la innovación tecnológica”. “Hoy hay que hablar de la industria 4.0, de la robótica, Inteligencia Artificial, todo aplicable al tejido; además de las nuevas formas de trabajar. Todo va cambiar, no nos podemos dar el lujo de quedarnos quietos”, remarcó.
Otro punto en el que hizo foco el empresario es la sustentabilidad. En ese sentido pronosticó que “las fibras naturales van a picar en punta, o nuevas fibras sintéticas que no sean derivadas del petróleo que son un bien escaso y eso está atado a la concientización que hay con el cuidado del medio ambiente”. “El mundo va para ese lado, por ahí acá estamos más con los temas de coyuntura pero no podemos dejar de prestarle atención”, puntualizó.
Al igual que sus colegas, Maisonave destacó la posibilidad que se abrió de acceder más fácil a insumos de primer nivel.
“Eso permite lograr mejores planificaciones. Todo se refleja en un producto que tiene que ser competitivo a nivel mundial y, en nuestro objetivo, lograr el mejor producto del mundo que se pueda insertar en cualquier mercado internacional”.
Inversión
Por su parte, Marcos, representante de Montecarlo Sweaters, destacó la inversión en tecnología que hicieron las empresas locales en los últimos años y consideró que en el mediano plazo se verán los resultados.
“Se invirtió mucho en maquinaria de última tecnología, eso significa que el sector tiene futuro. El industrial ha invertido mucho en eso y ha generado productos nuevos, innovadores y de calidad que generan que podamos estar compitiendo”, describió.
Más allá de la situación económica actual y del escenario a corto plazo, el representante de Montecarlo se mostró esperanzado al hablar del futuro del sector.
“Hoy estamos en un proceso de transformación económica que nos genera incertidumbre pero de acá a un futuro esa inversión previa que se hizo va a dar sus frutos. En cuanto al nivel del producto y a la calidad estamos muy competitivos. En otros puntos no lo estamos tanto pero de acá a un futuro yo veo que respetando la historia de la industria nuestra que es la mano de obra, poniéndole énfasis en generar más empleo en nuevas generaciones, vamos a poder seguir siendo la industria referente que siempre fuimos para la ciudad”, analizó.
Y agregó: “No me imagino de ninguna manera de acá a diez años a Mar del Plata sin industria textil. Porque está en su historia, desde Juan B. Justo donde estaban sus fábricas históricas, a sus comercios en toda la ciudad que ya son representativos para el turista y la gente de la ciudad”.
Calidad y diseño
La integrante de la Cámara Textil María Liberati consideró que el futuro de la industria textil se basa en dos pilares: la tecnología y el diseño.
“La apertura del ingreso de insumos y maquinarias va a permitir la creación de productos que puedan competir a nivel mundial”, puntualizó.
También focalizó en la “revalorización” del diseño local. “Nosotros tenemos una gran experiencia y se viene una época en la que se va a destacar la importancia justamente de diferenciarnos por la calidad y el diseño propio con el enorme impulso que paulatinamente va a dar la baja de impuestos a las exportaciones. Eso también abre la posibilidad de llegar a nuevos mercados con un producto que hasta ahora es poco conocido”, sostuvo la empresaria marplatense y propuso el desafío de “desarrollar nuestro propio producto hecho en Mar del Plata, hecho en Argentina”.