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Policiales 21 de abril de 2024

La jubilada cleptómana que “no puede parar de robar” lo hizo de nuevo

Tiene 73 años, acumula más de 60 procedimientos penales y ya ha sido considerada inimputable por la Justicia. Esta vez fue filmada en una cafetería de Güemes en el momento en que se lleva la cartera de una clienta.

La situación se repite: una vez más la jubilada que “no puede parar de robar” quedó registrada por las cámaras de seguridad de un comercio mientras se llevaba la cartera de una clienta.

Este nuevo robo cometido por la mujer balcarceña de 73 años, que ya cuenta con más de 60 procesos penales por hechos similares, ocurrió el viernes cerca de las 13, en un café ubicado en Güemes y San Lorenzo y quedó registrado por las cámaras de seguridad del lugar.

En la filmación se puede ver que la jubilada camina por el salón, se frena para ver la ventana justo atrás de la silla de una clienta, que comparte mesa con otras tres personas, y en un movimiento toma la cartera de la víctima, la pone junto a la suya y se va. Es un instante, no usa ningún tipo de ardid o distracción, simplemente agarra la cartera y se va lentamente del lugar.

La mujer de Balcarce acumula ya 64 causas penales y peritos de la Justicia ya la han considerado inimputable, por padecer Trastorno de Control de los Impulsos en la modalidad Cleptomanía, lo que le produce la necesidad patológica del arrebato o del hurto de objetos. Su nombre ya es conocido por la policía y en Tribunales, pero a pesar de cualquier sentencia o castigo, la jubilada no puede evitar robar.

Un pasado condenatorio

La historia de E.M. se remonta a mediados de la década del ’90 cuando, sin ninguna necesidad económica, comenzó a sentir el incontenible deseo de hacerse de carteras ajenas.

Antes del 2001 ya había sumado algunas condenas por el delito de hurto o tentativa de hurto. Desde entonces se acumulan más de 60 causas o registros donde E. M. figura como imputada. Salvo un expediente donde el delito es daño y otro por amenazas, los demás son robos de carteras.

Desde el 2001, el abogado Lucas Tornini la representa en las numerosas causas que tiene y según considerada el letrado, todo tiene una explicación que ya fue confirmada por tres peritos de tres departamentos judiciales diferentes, entre ellos el eminente Guillermo Luján. Según él, E.M. padece una patología de Trastorno de Control de los Impulsos en la modalidad Cleptomanía, teniendo la necesidad patológica del arrebato o del hurto de objetos, carteras, con una carga impulsiva que no puede controlar que al producirse el hecho, esta misma situación de respuesta impulsiva la liberta de la ansiedad y angustia que experimenta previamente.

“Hay un dictamen que asegura que padece un trastorno que hace que, aunque comprende la criminalidad de sus actos, no puede dirigir sus acciones”, señaló en 2019 Tornini en diálogo con LA CAPITAL. De hecho, lo que dice Tornini encuentra relación con diversos fallos, como el de diciembre de 2014 en el que se la declara “inimputable” y se la sobresee en la instancia de resolución de una prisión preventiva.

Nacida un 15 de septiembre de 1950, E.M. es costurera y se dedica a confeccionar trajes para novias en Balcarce. En esta etapa de su vida ya es jubilada y trabaja poco. Pero tiene ingresos por rentas.

Estos robos que comete son considerados por la Justicia como actos “bizarros”, sin estrategia ni mecanismos defensivos, que implican principalmente un riesgo para ella misma ante una reacción desmedida de las víctimas de sus robos.



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