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Deportes 5 de marzo de 2017

La marcha nórdica, otro fenómeno en crecimiento

En cualquier clima o sobre cualquier superficie es factible practicar la caminata nórdica, disciplina en franco desarrollo.

La cada vez más creciente oferta de actividades deportivas alternativas sin dudas obedece a una demanda específica que busca nuevos desafíos o, simplemente, otras formas de poner el cuerpo y la mente en acción.

Una de esas disciplinas es la marcha nórdica (o Nordic Walking), una actividad física que, practicada de manera regular, mejora la calidad de vida. Mediante el uso de unos bastones especialmente diseñados y aplicando una técnica precisa, se acciona el 90% de los músculos del cuerpo, mejorando la forma física y disminuyendo el nivel de estrés.

Estos bastones cumplen una función de impulso. Con la misma biomecánica de la caminata natural pero utilizando movimientos más amplios, la marcha nórdica es una de las actividades más completas y efectivas.

Una de sus grandes ventajas es que se puede practicar en todo momento y sobre cualquier superficie. Sólo hay que salir de casa con los bastones. A partir de allí, los límites los pone cada individuo.

Ni la condición física ni la edad son obstáculos para este deporte, y la intensidad del ejercicio puede adaptarse de acuerdo al objetivo que cada uno persiga.

Surgida en Finlandia, en la década del ’30, la marcha nórdica comenzó a utilizarse como una solución para los esquiadores de fondo, quienes buscaban mantener su forma física fuera de la época invernal. Con el transcurrir de los años, la actividad empezó a ganar adeptos en distintas partes de Europa.

El profesor de Educación Física, Gustavo Martín Iriart, descubrió la marcha nórdica y se contactó con la escuela Swiss Walking. Su inquietud por conocer más lo llevó a Europa para formarse como instructor y decidió impulsarlo en el país.

Su objetivo se cumplió, ya que se encuentra en funcionamiento la Escuela Argentina de Marcha Nórdica, en Mar del Plata, y busca expandirla a otros puntos de nuestra geografía, capacitando con diferentes cursos para formar una red de instructores.

La mencionada Escuela ofrece entrenamientos en distintas zonas de esta ciudad (La Perla, Constitución, Playa Grande, Varese, Parque Primavesi) en tres franjas horarias: a las 8, 14 y 19. Además, se realizan salidas durante los fines de semana donde, además de entrenar y mantenerse activo, se disfruta de paisajes y lugares no recorridos habitualmente.

El uso de los bastones permite trabajar todo el tren superior, algo que no sucede cuando se camina habitualmente. El correcto uso de los bastones transforma a la marcha nórdica en una acción tan efectiva como el running pero sin el impacto tan propenso a generar lesiones.

Este trabajo aeróbico muy beneficioso para el sistema cardiovascular permite, entre otras cuestiones positivas:
Economizar el trabajo del corazón; incrementar un 20% el consumo de oxígeno, disminuyendo la sensación de fatiga;
consumir hasta un 46% más de calorías que caminar, lo cual favorece el proceso de adelgazamiento; reducir las tensiones en la zona cervical al fortalecer los músculos largos de la espalda; incrementar la densidad ósea y corregir la postura corporal; fortalecer la musculatura de soporte de la columna, reduciendo dolores lumbares; mejorar las cualidades físicas (coordinación, flexibilidad, resistencia, fuerza); disminuir los valores de glucosa, triglicéridos y colesterol en sangre; equilibrar cuerpo-mente, conectando con uno mismo y con la naturaleza; favorecer y facilitar la unión y la socialización.

Para contactarse con la escuela se puede llamar a Gustavo Martín Iriart (2235820743) o Silvana Daniela Boudy (2236161485), visitar en Facebook/Marcha Nórdica Escuela Argentina o consultar la web: www.marchanordica.com.ar