LA PLATA (Corresponsal).- El 26% de las denuncias que ingresaron el año pasado a la delegación bonaerense del Inadi estuvieron vinculadas a discriminación hacia personas que tienen alguna discapacidad.

De acuerdo al último registro del organismo, en la Provincia le siguieron –cada una con un 10%- la segregación por género, nacionalidad, ideología política y estado de salud y -con un 9%- por orientación sexual.

“La mayor cantidad de denuncias por discriminación provienen de personas con alguna discapacidad y tienen que ver sobre todo con la atención que se les brinda en clubes, escuelas y organismos del Estado”, contó Agustina Ciarletta, delegada del Inadi en territorio bonaerense.

La abogada responsable del área desde febrero de este año ejemplificó además que este tipo de exclusión “se manifiesta en varios aspectos, desde el colectivo que no para cuando ve a una chica o un chico en silla de ruedas hasta en el club en el cual la persona no es integrada por sus compañeros”.

Entrevistada por LA CAPITAL, Ciarletta –que además es concejala del municipio de San Fernando desde 2017- manifestó que “Argentina es un país al que todavía le falta mucho en materia de integración de las personas con discapacidad en la vida cotidiana”.

Y remarcó que “si bien se ha avanzado y hay una tendencia a integrarnos cada vez más, todavía tenemos que generar un cambio cultural”.

– Según el informe de 2017, con un 25%, las escuelas fueron el ámbito en el que mayor discriminación se registró, ¿esto tiene que ver con el bullying?

– Sí, en las escuelas se da un poco de todo lo relacionado a discriminación, incluido el bullying. Pero hoy en día lo que más se está planteando en educación es el tema de la diversidad sexual, sobre todo en la secundaria. Los chicos empiezan a presentar el desafío de preguntarnos cuáles son sus derechos si son gays, lesbianas… también quieren llevar un pañuelo verde o uno celeste en relación al debate por la despenalización del aborto: tienen una formación y un pensamiento creado y quieren ejercerlo, y eso está muy bien. Como sociedad tenemos que estar preparados para aceptarlo e integrarlo. En Inadi no nos gusta la palabra ‘tolerarnos’; si ‘yo te tolero tu creencia’ me pongo en un ámbito de superioridad. Consideramos que la palabra ‘integrarnos’ está mejor.

– ¿Cuál es la metodología de intervención del Inadi?

– Tenemos dos maneras: por un lado, a través de las denuncias que presenta una persona, que debe llenar un formulario en una de nuestras oficinas; por el otro, podemos intervenir con capacitaciones ante una consulta puntual. La semana pasada intervinimos en la Cava (en San Isidro) a raíz de una denuncia, fuimos a una escuela a brindar una capacitación. Ahí vimos que se sigue planteando la discriminación por el color de la piel, por dónde trabajan los padres, por si viven de uno u otro del barrio. Esas cosas siguen pasando, tienen su origen en las casas pero se manifiestan en la escuela, que es donde se relacionan todos los chicos.

– ¿Hay sanciones para quienes discriminan?

– El Inadi emite un dictamen sobre si hay o no discriminación: nosotros tratamos de transformar eso en una acción positiva con una capacitación, por ejemplo. Hace poco recibimos una denuncia de una trabajadora de una empresa muy conocida de zona Norte porque era discriminada por su condición de género. Luego de un proceso larguísimo, terminamos en una capacitación de la empresa. Eso luego despierta conciencia en todos los trabajadores del lugar y genera muchas más denuncias también, aunque a mí no me interesa sumar reclamos sino más bien generar conciencia.