La Ciudad

“La mayoría de los chicos no comprende un texto complejo”

Facundo Manes estuvo en Mar del Plata con su charla "El valor del conocimiento". Ante un auditorio repleto, el neurólogo sostuvo que, en materia educativa, el país tiene un desafío similar al de los precursores la educación pública y aseguró que enfrentarlo uniría a los argentinos.

El auditorio del Museo MAR tuvo la visita del médico Facundo Manes, uno de los mayores referentes de las neurociencias a nivel mundial. Ante un público expectante, el neurólogo volvió a sorprender con duros datos sobre el sistema educativo nacional y aseguró que el puntapié para garantizar el desarrollo del país está en la “revolución de la educación” y la “presión” que ejerza la sociedad para que ésta ocurra.

Distinguido “ciudadano ilustre” por el Concejo Deliberante del municipio en el 2016, Manes reitera su “química especial” con la ciudad, la cual considera “como su casa”.

En diálogo exclusivo con LA CAPITAL, recordó con nostalgia sus primeras visitas a “La Feliz”, cuando siendo tan sólo un niño interpretó obras infantiles durante las temporadas de verano.

“En mi pueblo, Salto, había un teatro infantil y hacíamos los clásicos como Tom Sawyer, Papaito Piernas Largas, Ana, la de tejados verdes. Vinimos varias veces a Mar del Plata, en el Auditorium. De hecho ganamos el Estrella de Mar en 1982”, recordó orgulloso.

Hoy asegura que su amor por la ciudad y los marplatenses se mantiene “intacto” y agradece haber encontrado, “a través de la divulgación del conocimiento y la neurociencia”, la posibilidad de volver.

-La charla se titula “El valor del conocimiento”, ¿Cuál es ese valor?

-Hoy, los países que prosperan y prosperarán van a tener que fomentar la inteligencia de la sociedad. Los recursos naturales son importantes pero no son tan importantes como antes. Incluso sabemos que la economía crece pero si no hay educación y conocimiento no se reduce la pobreza. Hay que invertir en lo más importante de un país que es el cerebro de los ciudadanos. ¿Cómo? con un gran programa integral que evite la malnutrición. Hoy de dos chicos argentinos menores de 2 años, uno tiene algún tipo de malnutrición. Hay que reducir la pobreza porque la pobreza produce un impuesto cognitivo, revolucionar la educación, poner al docente como prioridad, reinventar al docente y la calidad educativa e invertir en ciencia, investigación y tecnología. Tenemos que tener la infraestructura y tener instituciones fuertes, transparentes y sólidas. Todo eso forma lo que yo llamo el paradigma del conocimiento que es mucho más que la educación. Pero esto no se va a lograr si la sociedad no exige, no presiona. Como pasó con la democracia. La sociedad presionó, hubo líderes. Yo creo que estamos en el ’78 del conocimiento, donde algunos morían por la democracia, otros luchaban, otros se exiliaban, pero la mayoría de la sociedad disfrutaba del Mundial de Fútbol, no estaba pidiendo democracia. Cinco años más tarde, en el ’83, toda la sociedad pidió democracia y todavía tenemos una democracia, que no es perfecta, pero la conservamos y la cuidamos. Yo aspiro a que haya un ’83 del conocimiento porque si no hacemos eso, no vamos a poder generar riqueza, no vamos a poder desarrollarnos y no vamos a tener una sociedad inclusiva.

-Estamos ante un gran desafío entonces…

-El desafío que tenemos que es tan importante como al que se enfrentaron los que hicieron la educación pública en Argentina, que encontraron un país con casi 80 por ciento de analfabetos y, décadas más tarde, redujeron el analfabetismo a 13 por ciento, menos que Italia y España, en 1947. Cuando a mí me dicen que esto puede demorar años les digo que quizás no vamos a ver este país pero tenemos que luchar por él, tenemos que pensar en un país para las próximas generaciones y no siempre pensar en las próximas elecciones. Tenemos que empezar cuanto antes y lo primero que hay que hacer es el diagnóstico. Hoy el mundo está basado en las ideas, creatividad y en la generación de nuevos trabajos que hoy no existen, en la inteligencia. Nosotros tenemos que cuidar los cerebros para que puedan jugar el partido de la educación y puedan mejorar la educación, la infraestructura y las instituciones.

-El ministro de Trabajo de la Nación, Jorge Triaca, aseguró que, en el nuevo sistema de pasantías, se quiere poner foco en el conocimiento por la brecha registrada entre la oferta y la demanda de empleo…

-Eso habla del diagnóstico que tenemos. Si hay una demanda laboral que requiere de ideas y creatividad y la mayoría de los chicos en Argentina no comprenden un texto complejo, es un problema. Hoy de 100 chicos que ingresan en la primaria, se reciben de la secundaria alrededor de 40 y de los que se reciben, la mitad no comprende un texto complejo. Entonces en un mundo laboral donde se requiere inteligencia y creatividad, nuevas ideas, tener una población que no entiende un texto complejo es un drama. Por eso digo que el desafío que tenemos es tan importante como el que tuvieron los patriotas que hicieron la educación pública. Claramente es convergente lo que decía el ministro con lo que digo yo.

-¿Se podría decir que los argentinos también cuentan con la creatividad necesaria para reinventarse en panoramas cambiantes debido a los tiempos de crisis que hemos vivido como país?

-Me atrevo a decir que por todas las crisis que pasamos los argentinos somos resilientes. Nos sobreponemos. Y sí, también somos creativos para poder administrar la falta de recursos, es decir, sabemos arreglarnos con poco y hacer que las cosas funcionen. Más allá de esto, a mí me gustaría hacer hincapié en un aspecto, algo que creo que es clave, que sí nos falta a los argentinos: es la planificación a futuro. Muchas veces me referí a esto de manera metafórica a través de un cuadro neurológico que se llama “miopía de futuro”. Se trata de una condición que afecta principalmente al lóbulo frontal, el encargado de la planificación, la organización de nuestras acciones, el control de la impulsividad, el pensamiento abstracto, entre otras funciones esenciales, y por eso las personas no pueden proyectar a futuro, no pueden posponer una recompensa inmediata por una mayor a futuro. Creo que como comunidad muchas veces nos pasa esto, estamos siempre pensando en el hoy, resolviendo la coyuntura pero no nos sentamos a debatir qué proyecto de país queremos para mañana, queremos para nuestros hijos y nuestros nietos. Nosotros los argentinos nos destacamos por la solidaridad: por ejemplo, se produce una inundación y todos nos movilizamos inmediatamente para ayudar al otro, para brindarle una mano. Eso está bien sin duda. Pero pensemos en otros países más desarrollados por un momento. Tal vez no se caracterizan por la calidez próxima pero hacen algo muy importante: previenen las catástrofes, planifican y piensan a futuro, no viven actuando sobre la urgencia. Tenemos que tomar este ejemplo, seguir siendo solidarios, que es clave para las sociedades, pero también planificar.

-En este nuevo mundo laboral, ¿qué rol tienen las tics?, entendiendo que no todos tienen acceso a ellas…

– Tienen un rol muy importante, pero todos tenemos un rol muy importante. Esta es una batalla que tenemos que darla en todos los frentes. El periodismo, los médicos, los divulgadores sociales, la sociedad, los ministros, los presidentes. Este es un tema que nos puede unir a los argentinos. El paradigma del conocimiento puede unirnos, como sociedad necesitamos desesperadamente algo que nos una. Los argentinos a veces tendemos a pensar que nuestros problemas son únicos y no lo son. La grieta existe en otros países también. Mirá Estados Unidos ahora, un país dividido, Inglaterra también con los laboristas y los conservadores. Si los americanos se pusieran a discutir sobre el pasado también encontraría diferencias como nosotros, pero los países que se desarrollaron, más allá de las diferencias lógicas entre el pasado y el presente, se pusieron de acuerdo sobre temas del futuro. En Argentina tenemos diferencias lógicas sobre el pasado, diferencias lógicas sobre el presente, pero desesperadamente necesitamos un clima de época que nos una hacia el futuro. Entonces, las tics tienen un rol importante, todos lo tenemos. Yo veo al conocimiento como la nueva democracia, la democracia nos unió a los argentinos.

-Actualmente, ¿Te encontrás trabajando en conjunto con funcionarios del Ministerio de Educación para intentar buscar una solución?

-La realidad es que yo vivo de ser médico, soy neurólogo, y atiendo pacientes. Además dirijo el Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, soy rector de la Universidad Favaloro, soy presidente de la Fundación Ineco para la investigación en neurociencias cognitivas. Es decir que mi día a día es trabajar como investigador, docente y médico, donde contribuyo con mi país. También hace años que estoy recorriendo cada rincón de la Argentina para estimular a la sociedad civil para que presione este paradigma del conocimiento. Pero además, estoy colaborando con la gobernadora Vidal, ad honorem, en poner los recursos cognitivos, sociales y emocionales de los bonaerenses, en especial de los más vulnerables como los niños, adolescentes y adultos mayores, como política de Estado, más allá de trabajar con la coyuntura y las cuestiones urgentes. Para mí es un enorme placer asesorarla junto a otros científicos y asesorar el trabajo que tiene ella con otros ministros, porque hay un trabajo interministerial muy importante a mediano plazo. Esto es porque la gobernadora además del trabajo urgente y diario, está pensando a mediano y largo plazo y para mí es un honor colaborar con ella.

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