Isabel Sánchez defiende el papel de la mujer en la Iglesia. Destacó la tolerancia cero aplicada por el papa a los clérigos acusados de abusos.
por Virginia Hebrero
ROMA, Italia.- La española Isabel Sánchez, la mujer más poderosa en el Opus Dei, cree en una sociedad donde trabajen juntos hombres y mujeres, defiende “un feminismo inclusivo, colaborativo e innovador” y sintoniza mucho con el papa Francisco, dice en entrevista con la agencia EFE.
Sánchez (Murcia, 1969), vive en Roma desde 1992 donde dirige desde hace 10 años la Asesoría Central, el consejo de mujeres que orienta al prelado del Opus Dei para gobernar una institución con 90.000 personas, un consejo “paralelo y con la misma capacidad de decisión” que el de hombres.
Esta abogada que dirige a unas 50.000 colegas en todo el mundo, acaba de sacar su primer libro “Mujeres brújula en un bosque de retos” (Espasa), donde habla de “personas que he conocido, que me han impactado y me han hecho crecer”.
“Son 80 historias, que presentan a 75 mujeres de los 5 continentes, mujeres que han superado la adversidad en diversos desafíos, desde acceder a la educación o propiciar que otros accedan, o a la paz, y también a la paz interior. Mujeres que me enseñaron cómo superarse a sí mismas y con eso cambiar su entorno”, señala.
Preguntada si se considera feminista afirma: “defiendo la igualdad del hombre y la mujer desde luego, lucharía por la igualdad de oportunidades y me parece inviable una nueva sociedad si no trabajamos juntos hombres y mujeres. Es un feminismo que yo llamo inclusivo, colaborativo e innovador. Si lo entendemos así me definiría como feminista”.
Defiende la separación de sexos que practica el Opus Dei, por ejemplo en la educación, y asegura que “esa separación es muy pequeña, es en una serie de actividades mínimas, más o menos las espirituales”.
“A través de esa separación se pretende educar en igualdad, esa igual dignidad es un tema tan centrado en el cristianismo que no podríamos ir en contra de esto” y niega que se fomenten así estereotipos de género.
“En los 25 años que estoy en la sede central en Roma estamos impulsando a muchas mujeres a llegar al ámbito donde les gustaría estar. También estamos impulsando, y quizás lo conseguimos en menor medida, que el hombre cuide a los que quiere y aprenda a cuidarlos. No he visto en los resultados que esa mínima actividad separada afiance estereotipos”, defiende.
También dice que “hay mucha gente del Opus Dei trabajando en todo tipo de centros educativos, apostando por otros modelos pedagógicos. Los centros de educación separada contribuyen a la biodiversidad social, es una opción más y no veo que el resultado sea menospreciar al hombre o a la mujer”.
“Yo he estudiado en (un) centro público mixto y en (un) privado diferenciado y el resultado es que soy muy convencida del valor de la mujer, del hombre y muy natural en mi trato con los hombres”, dice.
Y agrega: “No se por qué tenemos que centrarnos en eliminar una opción cuando podemos fomentar mucha variedad, lo importante es que cuantos más puedan acceder a la educación es mejor”.
Acerca de la violencia contra las mujeres, cuenta en su libro que fue al juzgado a testificar a favor de una amiga que sufría violencia y amenazas de su marido.
“Tenemos que eliminar el maltrato, tenemos que fomentar esa actitud de respeto al otro”, y de la revolución del ‘Me too’, dice que “esa posibilidad de que en campos laborales se cometan ese tipo de abusos es un problema de todos. No tienen que protestar solo las mujeres. Señor, usted es un colega, no espere a que griten las mujeres, grite también”.
Desde su llegada, el papa Francisco ha denunciado la violencia y discriminación de la mujer en distintos ámbitos. “Nos está sacudiendo en este tema como en otros, la pobreza, la austeridad, y trayendo a primer plano preguntas muy legitimas. Está muy radicado en el Evangelio y pregunta cómo un cristiano puede tener determinada actitud si cree en la dignidad e igualdad de la mujer. En el caso de la mujer creo que la valora y la sabe hacer valer”, señala.
Preguntada si en el Opus Dei están cómodos con Francisco, dice que “como católicos tenemos muy dentro la unión al papa, sea el que sea. Luego humanamente puedes conectar más o menos con la personalidad de este papa. El Opus siempre está a lo que el papa diga, estamos para servir a la Iglesia”.
En su caso, le quiere regalar su libro dedicado. “Me parece que sintonizamos mucho”.
Sobre un mayor papel de la mujer en la Iglesia y el debate sobre si se deben ordenar diaconisas, “la posición del Opus Dei es desde hace tiempo hacer ver que el cristiano corriente, hombre o mujer, tiene que tener mucho más protagonismo en la iglesia”, dice.
“Y eso no se consigue solo con algunas funciones de altar sino con hacer difundir los valores del evangelio en todas las esferas, llegar a puestos que ahora tienen los clérigos y no les corresponden a ellos por su ministerio y lo podría hacer cualquiera competente, en esa lucha creo por supuesto”, añade.
En espera de lo que determine la comisión que el papa ha formado sobre las diaconisas, este aspecto le parece “muy marginal y reductivo”.
Los abusos por parte de clérigos, a menores y -como ha salido a la luz recientemente a monjas- le parecen “una lacra en la sociedad en general y en la Iglesia en particular”.
“Hay que celebrar la tolerancia cero del papa Francisco, agradecer que nos haya puesto en movimiento a todas las instituciones para que actualicemos los protocolos de protección de menores y si vivimos coherentemente con el evangelio crearemos espacios seguros”.
Sánchez quiere contribuir con su libro a su “sueño” de “Mujer-África-Ciencia” y por ello dedica parte de las ganancias a las becas de investigación Guadalupe, que la ONG Harambee creó en 2019 con ocasión de la beatificación de la química madrileña Guadalupe Ortiz de Landázuri.
Gracias a ellas, cada año 10 mujeres africanas pueden venir a Europa con proyectos de investigación con la condición de que luego reviertan lo aprendido en su lugar de origen.
EFE.