Salud

La musicoterapia busca abrirse camino dentro de la carrera hospitalaria

Al día de hoy, los que la ejercen no figuran como practicantes de la especialidad, sino como empleados administrativos o técnicos.

LA PLATA (Corresponsalía).- En 1996 la Federación Mundial de Musicoterapia definió esta actividad como “la utilización de la música y/o sus elementos (sonido, ritmo, armonía y melodía) por un musicoterapeuta calificado, en un paciente o grupo, en un proceso destinado promover y facilitar comunicación, aprendizaje, movilización, expresión, organización u otros objetivos terapéuticos relevantes, a fin de asistir las necesidades físicas, psíquicas, sociales y cognitivas. La musicoterapia busca descubrir potenciales y/o restituir funciones del individuo para que alcance una mejor organización intra y/o interpersonal y, consecuentemente, una mejor calidad de vida a través de la prevención y rehabilitación en un tratamiento”.

Esto por definición, aunque esta carrera profesional abarca otros campos como el trabajo para la recuperación de víctimas de trata, personas con alguna discapacidad, adultos mayores y todo tipo de problemáticas.

Esta rama de la terapéutica viene desempeñándose de manera continua desde hace más de dos décadas en la provincia de Buenos Aires y son varios los hospitales que cuentan con musicoterapeutas calificados para atender distintas patologías en niños y adultos mayores.

Localidades como La Plata, Tandil, Bolívar y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tienen grupos de profesionales dedicados a atender cuestiones que incluyen a la música como parte de la solución a problemas que pueden ir desde una visita al odontólogo hasta personas con traumas por situaciones de violencia.

En ese sentido, Verónica Cannarozzo (Directora de la Cátedra Libre de musicoterapia de la Universidad Nacional de La Plata, y musicoterapeuta del Hospital El Dique de Ensenada) explicó el amplio espectro en el que esta rama de la medicina puede ser de utilidad al indicar que “tenemos un amplio espectro de posibilidades de intervención, en todo lo que es prevención y promoción de salud, asistencia y rehabilitación. Con el tiempo los encuadres han ido cambiando y trabajamos en ámbitos comunitarios y sociales que se encuadran en prevención y promoción de salud. Trabajos en diferentes abordajes de salud en niñez como el que se desarrolla en el Hospital Adolfo Bollini con niños que le temen a la atención odontológica; tenemos posibilidad de trabajar en salud mental tanto con niños como con adultos; también en el ámbito de la rehabilitación neurológica como lo hago en el Hospital El Dique donde trabajamos con adultos con secuelas por ACV o traumatismos de cráneo; también se puede trabajar en educación con la inserción de un musicoterapeuta favoreciendo procesos saludables pero en el contexto de enseñanza”.

Araceli Gaiada, musicoterapeuta en el centro de día de Salud Mental del Hospital Ramón Santamarina de Tandil, agrega que la función de estos trabajadores de la salud es “colaborar en la disminución del padecimiento psíquico de la persona a la que asiste, colaborando con un equipo con objetivos en común, para que la persona tenga una mejor calidad de vida”.

Gaiada explicó la situación por la que pasa a diario como trabajadora y asegura que en Tandil hay musicoterapeutas desde hace más de 15 años, “en el hospital yo estoy hace 7, pero antes pasaron algunas que ejercían su labor ad honorem. Yo soy la primera que logré que me paguen, pero todavía no está el cargo. Se me paga, pero yo tengo un contrato que cada tres meses se renueva, con todas las desventajas que eso tiene, como no tener licencia por maternidad o enfermedad, no tener aguinaldo. La idea es que haya una legislación que regule la actividad para que se nos reconozca y estar en igualdad de condiciones que el resto”.

Para buscar una solución a la realidad que golpea a los musicoterapeutas, la Cámara de Diputados bonaerense organizó una jornada de visibilización de la actividad, en la que se invitó a legisladores para que se adentren en la problemática y puedan generar proyectos que aporten soluciones. Sobre este camino eligió transitar la diputada Anahí Bilbao quien asumió el compromiso de trabajar desde su banca para aportar un cambio a la situación al afirmar que “la idea de esta jornada es visibilizar el trabajo de los musicoterapeutas, lo que hacen y lo que potencialmente podrían llegar a hacer y a desarrollar. Tenemos algunos huecos legales al respecto y para hacer nuestro aporte como representantes del pueblo, lo primero que tenemos que hacer es escucharlos para trabajar en consecuencia. Mi compromiso es trabajar al respecto”.

También Cannarozzo se refirió al tema al indicar que la idea de las ponencias era “visibilizar los aportes que los musicoterapéutas venimos haciendo en el ámbito público de la provincia de Buenos Aires, en algunos espacios municipales. Tenemos ley de ejercicio desde el año 2007, pero desde entonces lo que falta es el reconocimiento de la normativa específica de inclusión de los musicoterapéutas en diferentes ámbitos, por ejemplo en la carrera hospitalaria, o en el ordenamiento de los cargos de la ley 10430 o en el ámbito de la educación. Tenemos un reconocimiento en la práctica de los lugares en los que trabajamos, pero nos falta la normativa para que la disciplina crezca.

Una solución que genera problemas

Con la publicación de un decreto firmado por la gobernadora, María Eugenia Vidal, y el ministro de Salud, Andrés Roberto Scarsi, en el Boletín Oficial del miércoles 29 se incluye la actividad profesional de Licenciatura en Musicoterapia dentro de los alcances del artículo 3 de Carrera Hospitalaria (Ley 10471).

Este decreto que sin dudas es un avance para los que hasta hoy se dedicaron a la musicoterapia, porque incorpora a los profesionales dentro de la Ley de Carrera Hospitalaria, crea un escollo para muchos de los que actualmente están ejerciendo la profesión, porque hay musicoterapéutas que no tienen un título de Licenciado en Musicoterapia, ya que se formaron antes de la licenciatura fuera una carrera de grado, por lo que seguirían quedando por fuera de la citada ley.

El texto del decreto sostiene “que por Ley N° 13.635 se reconoció el ejercicio de la profesión de musicoterapia, se establecieron sus incumbencias y la necesidad de contar para su ejercicio con título de grado expedido por universidad nacional o extranjera” pero no reconoce a quienes se formaron para ejercer la actividad antes de la creación de la carrera en la UBA.

En ese sentido, el decreto ofrece una solución para quienes se dedicaban a esta profesión, pero debían figurar como empleados administrativos del estado o estar en cargos técnicos, lo que no les ofrecía las ventajas que si tendrán ahora por estar enrolados en la 10471. Pero deja en peores condiciones a profesionales que al día de hoy se desempeñan en este campo, sin el aval de una universidad, solo por el hecho de que se formaron antes de la creación de la carrera.

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