Policiales

La pareja de Valeria González fue a un boliche después de denunciar su desaparición

Nada se sabe de Sebastián Cechetto (53) desde que los hermanos de Valeria González lo vieran en un boliche de Batán anoche poco antes del hallazgo del cadáver. Su camioneta apareció en Miramar, dentro del mar, a los pies de un acantilado.

Valeria Luján González (28) fue asesinada y arrojada a la cámara séptica de su casa por su propia pareja, un hombre que logró huir de Batán hasta Miramar donde arrojó su camioneta al mar sin dejar otro rastro sobre su paradero

Sebastián Cechetto (53) es buscado intensamente este sábado tanto en tierra como en el mar después de haber escapado de Batán al ser visto por los hermanos de la víctima en un boliche.

El femicidio de González, cuyo cadáver presentaba signos de golpes y ahorcamiento, sacude a la comunidad batanense por la perversidad mostrada por el asesino.

En horas de la noche del viernes el padre de González, preocupado por no tener noticias de ella desde la mañana, se comunicó con Cechetto y éste le dijo que tampoco sabía nada. Entonces el padre le pidió que lo acompañara a hacer la denuncia. Así fue como ambos, Cechetto y el padre de González se presentaron en la comisaría octava de Batán para realizar la denuncia por averiguación de paradero. Los policías de la dependencia tomaron los datos y dispusieron los pasos iniciales que son parte del protocolo ante la desaparición de una mujer.

Lo primero fue consultar a la pareja de González sobre la vestimenta que podía llevar desde la última vez que la había visto. Cechetto, quien tiene una hija en común con González y convivían en calle 122 y 133, aportó algunos datos sin levantar demasiadas sospechas de que podía estar mintiendo.

Lo cierto es que los familiares de la mujer se embarcaron en la búsqueda por distintos sitios, pero pasada la medianoche solo el padre fue hacia la vivienda. Dos hermanos de González con asombro e indignación encontraron casi simultáneamente a Cechetto en un boliche de Batán y allí le reprocharon que no estuviera preocupado. Entonces se habría producido una pelea que acabó cuando Cechetto se dio a la fuga en su camioneta Volskwagen Amarok.

Mientras tanto el padre de González hizo una inspección en la casa y al ver movida la tapa de cemento de la cámara séptica se acercó. Iluminó el paso y descubrió el cuerpo flotando a algunos metros de profundidad.

Toda la policía de Batán acudió a la vivienda de calle 122 y 133 tras el aviso dado por el padre de González. Con la llegada de la Policía Científica se logró extraer el cuerpo ya entrada la madrugada, al mismo tiempo que se emitía un alerta para localizar la camioneta Amarok color negra.

El cadáver de González tenía un estado de rigidez que podía suponer que la muerta databa de varias horas, es decir que había sido causada entre la madrugada y la mañana del viernes. Si bien resta la labor forense a primera vista no se habrían observado lesiones ni de arma blanca ni de arma de fuego, sí en cambio golpes y un probable ahorcamiento.

Además de la salida nocturna de Cechetto mientras su pareja era buscada otra actitud desaprensiva había sucedido por la tarde: para esa hora se cree que la mujer ya había sido asesinada y sin embargo el hombre dejó a la pequeña hija de ambos al cuidado de la abuela.

Cechetto tiene un negocio de herrería en Batán, un buen pasar económico con al menos tres vehículos y no se le conocen antecedentes penales. Tampoco había ninguna denuncia por violencia de género aunque los familiares de González sabían que había cierto grado de maltrato doméstico.

La búsqueda de Cechetto se extendió por la madrugada pero recién a media mañana fue hallada su camioneta a los pies de un acantilado en Miramar. Era evidente que Cechetto la había lanzado al mar. Por el momento el hombre no fue encontrado.

La fiscal Romina Díaz se encuentra al frente de la investigación y ordenó distintas medidas que ya son realizadas por la policía para reconstruir las últimas horas de González.

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