El informe forense descartó cualquier acto violento previo a la caída de Leticia Lembi. Su fallecimiento fue una fatalidad en el momento en que se acercó al borde del acantilado a tomarse una fotografía.
Leticia Lembi (33), la periodista tresarroyense fallecida tras precipitarse desde lo alto de una escalera en un acantilado del sur, no tenía otras lesiones que no fueran propias de la misma caída.
La operación de autopsia realizada por el Cuerpo Médico Forense de la Policía Científica concluyó que Lembi murió a raíz del estallido del cráneo, y que no se advirtieron heridas relacionadas con algún episodio de violencia previa.
Fuentes cercanas a la investigación, aseguraron que Lembi tenía fracturas y traumatismos en otras partes del cuerpo, aunque todo aquello también estuvo provocado por la caída de más de 25 metros.
De esta forma, el fiscal Carlos Russo solo esperará en los próximos días el resultado de los estudios toxicológicos para darle cierre a la causa. La falta total de intervención de terceros en la caída imposibilita continuidad en el fuero penal.
Vale recordar que Lembi llegó a la zona de Barrancas de los Lobos acompañada por su primo y por otros jóvenes, luego de que visitaran una bodega de la zona sur. Ya en el lugar la periodista se subió a lo que queda en pie de una vieja plataforma de hormigón que da inicio a la esclaera de acceso al nivel de orilla.
Fue entonces cuando por causas desconocidas, aunque los testigos dicen que fue un tropiezo cuando quiso acercarse al borde para sacarse una foto, Lembi perdió el equilibrio y se desbarrancó.
Los 25 metros de altura y el piso rocoso -la marea todavía estaba baja- hicieron que el impacto fuera letal. Lembi sufrió el estallido de su cráneo y otras fracturas, por lo que su muerte fue instantánea.
“El informe preliminar de la autopsia sella la hipótesis de que fue un resbalón o un tropiezo, tal como lo describieron los amigos y hasta un primo de la víctima”, dijo el fiscal Russo a LA CAPITAL.
Lembi, que formaba parte del staff de la consultora de marketing Onlera, había llegado a Mar del Plata para participar de una jornada laboral. En la tarde del miércoles, junto con compañeros y su primo (el CEO de la firma), había asistido a un tour de visita en la bodega Trapiche de Chapadmalal y de allí se había dirigido a la zona de Barranca de los Lobos donde encontró la muerte.