Por Ramiro Melucci

Hay tendencias que enlazan la política nacional con la local que se afianzan en el transcurso de las semanas. La sensación de que el Gobierno no encuentra paz ni cuando había hallado un resquicio para soñar con alcanzarla. La percepción de que todo lo que antes brillaba se ha vuelto opaco. La certeza de que la oposición se envalentona con cada tropiezo libertario y los profundiza en el Congreso. La opción de que, en medio de esa escena turbulenta, los cambios de gabinete para la segunda parte del mandato incluyan a Guillermo Montenegro.

Las especulaciones se reinstalaron después de que el Presidente reconociera en declaraciones periodísticas la intención de reconfigurar su equipo después de las elecciones del 26 de octubre. Y aumentaron a partir del regreso del diálogo entre Milei y Mauricio Macri, que acordaron volver a trabajar en conjunto para sancionar reformas estructurales. En ese marco de consenso se torna cada vez más verosímil la hipótesis de que dirigentes del PRO ocupen casilleros importantes del gabinete a partir de diciembre.

Aunque los que en principio dejarán sus puestos son la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el de Defensa, Luis Petri, a Montenegro se lo vuelve e mencionar como posible reemplazante del ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, cuestionado entre otros por Maximiliano Abad por la demora en el envío al Senado de pliegos para ocupar puestos en juzgados, cámaras nacionales y tribunales orales. “Nadie lo llamó”, apaciguaron en el entorno de Montenegro, ya no solo a los periodistas locales que consultan como hace tiempo por el futuro del jefe comunal, sino a todos los que se suman para preguntar si lo que se dice es verdad.

Nada de eso importó en los últimos días. Todo quedó en un segundo plano. Desde los rumores palaciegos hasta la campaña electoral. Desde las turbulencias financieras hasta los apoyos de Estados Unidos. Desde la sesión en que el Senado restableció las leyes de financiamiento universitario y emergencia pediátrica hasta la presentación del nuevo Código Penal. Eclipsado por el escándalo que acorrala a José Luis Espert, el principal candidato del Gobierno en las próximas elecciones.

En silencio, Montenegro se alineó internamente a la postura que lideró la ministra de Seguridad: la que más insistió para que el economista diera explicaciones claras sobre su nexo con el empresario Federico “Fred” Machado, detenido y acusado de narcotráfico. No fueron pocos, entre los dirigentes del PRO y La Libertad Avanza que adhirieron a tal posición, los que consideraban que Espert debía bajar su candidatura.

Se torna cada vez más verosímil la hipótesis de que dirigentes del PRO, como Montenegro, ocupen casilleros importantes del gabinete a partir de diciembre.

Las adversidades del oficialismo se miran en Mar del Plata con especial atención. La Libertad Avanza asoma como principal aliado de la futura administración de Agustín Neme, el concejal del PRO que ocupará la silla del jefe comunal desde el 10 de diciembre. Está por verse cuál será su participación en el gabinete, que según fuentes partidarias no se parecerá a la que hoy tiene el radicalismo en la gestión de Montenegro. “No va a ser un cogobierno”, diferencian los libertarios. “Pero vamos a estar cuando nos necesiten”.

Mientras, lo viejo funciona. El radicalismo le aportó al PRO los votos que le permitieron dar el primer paso en el Concejo Deliberante para la aprobación de la emergencia del servicio de recolección de residuos y la prórroga del contrato con la empresa 9 de Julio. La Libertad Avanza tomó distancia con una abstención.

La oposición se quedó con el discurso; el interbloque oficialista con los votos. Al menos en la Comisión de Ambiente, no hubo paridad en el debate. Los argumentos que se esgrimieron para demostrar que el pedido de emergencia surge por una situación que pudo preverse no fueron respondidos. Los discursos que plantearon que el municipio busca eludir la licitación no fueron rebatidos. Menudencias: al gobierno local solo le importa que la mayoría automática cumpla su rol hasta el último día.

“Se están comiendo un apriete”, concedió en medio de sus críticas a la gestión Diego García, de Unión por la Patria. Aludía al reclamo del Sindicato de Camioneros por la indemnización de todos los trabajadores de la 9 de Julio, que la empresa trasladó al municipio y es el argumento central –el único– del municipio para solicitar la emergencia.

El bloque de la UCR sigue aportando votos clave en el Concejo.

Lo que no funciona es la relación de los radicales con los libertarios. Tras el impacto por el crimen de Brenda, Morena y Lara en Florencio Varela, Eva Ayala, de Acción Marplatense, promovió el Mar del Plata el debate sobre el narcotráfico. “Se aprovecha de niños y adolescentes en estado de necesidad extrema y carencia de horizontes en nuestros barrios”, advirtió, con reclamos a Montenegro y a Milei.

La opositora llevó a la Comisión de Seguridad, que preside, su propuesta de acompañar la intención del gobernador Axel Kicillof “dirigida a fijar una política nacional integral y federal contra el narcotráfico”. Los primeros en oponerse fueron los concejales de La Libertad Avanza: dijeron que ya hay una política nacional para luchar contra el narcotráfico. Después vinieron los del PRO: sostuvieron que también Montenegro ha dado muestras de que busca enfrentar la problemática.

El que podría ser el próximo presidente del Concejo, Emiliano Recalt (LLA), propuso mandar la propuesta al archivo. En otro momento ese hubiera sido el destino asegurado. Ahora no: aparecieron los radicales para confrontar con los libertarios y con sus socios del PRO. “Bajo ningún punto de vista podemos acompañar un archivo”, espetó Ricardo Liceaga Viñas. E impuso, acompañado por Acción Marplatense y el kirchnerismo, el criterio de dejar el expediente en comisión.

Los argumentos que esgrimió la oposición no fueron respondidos, pero al gobierno local solo le importa que la mayoría automática cumpla su rol hasta el último día.

Es la segunda vez después de las elecciones de septiembre que el bloque radical evita seguir al PRO en su defensa al Gobierno. Antes había sido en la controversia por la Zona Fría. Los grandes temas nacionales que tienen impacto en la ciudad los separan. Uno de los grandes desafíos de la próxima gestión municipal es que esas discrepancias no se trasladen a los asuntos locales y compliquen trámites legislativos de proyectos que le importen. 

Montenegro parece recortarse como una suerte de modelo a seguir. En una misma jornada –la del viernes–  tuvo un momento para cada socio. Con Abad se dejó ver en la inauguración de la calle Papa Francisco, encabezada por la presidenta del Concejo, Marina Sánchez Herrero, y a la tarde acompañó, junto al referente local de La Libertad Avanza, Alejandro Carrancio, al secretario de Turismo, Daniel Scioli, en el cierre de los Juegos Evita y en un encuentro con empresarios turísticos.

La campaña recordó su presencia ese mismo viernes con la visita de Kicillof y el candidato del peronismo en Buenos Aires, Jorge Taiana. La ocasión fue propicia para fustigar a Milei, reclamarle más explicaciones a Espert y mostrarse con los representantes locales, Gustavo Pulti y Fernanda Raverta, que volvieron a testimoniar que ya no hay espacio para una foto que los contenga y marchan divididos hacia el futuro.