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“La prioridad para mí es lo que se está haciendo en inferiores”

Angel Guillermo Hoyos valoró el recurso genuino que significan los pibes del club. En una extensa entrevista habló de su rol como formador y del legado que pretende dejar en sus dirigidos. De la necesidad de que el jugador se identifique con la institución que representa. Puso como ejemplo de lo que pretende a Joaquín Indacoechea y se mostró optimista con respecto a lo que viene.

por Víctor Molinero

Twitter: @vhmolinero

El viento y el calor se hacen sentir en el mediodía del miércoles en el predio que Aldosivi tiene junto al Complejo de Punta Mogotes. El turno matutino ya fue completado y Angel Guillermo Hoyos posterga su almuerzo para atender a LA CAPITAL en una de las oficinas del predio. Una charla que se prolongará durante más de una hora y que servirá para conocer un poco más a este entrenador que llegó sorpresivamente al club portuense tras la salida de Gustavo Alvarez.

Ya se ha comentado largamente en estas páginas que jugó con Diego Maradona en la Selección Argentina Juvenil y que dirigió a Lionel Messi en las inferiores del Barcelona. También de su apego por la religión y el trabajo.

Pero en esta oportunidad la conversación va por otro lado. Su rol de formador, sus objetivos en Aldosivi, el recurso genuino que significan las inferiores. Y también sobre la posibilidad de vivir en una ciudad a la que siempre tuvo en la mira, desde su infancia humilde en Villa María o ya como futbolista.

“Uno siempre tuvo a Mar del Plata como una ciudad fantástica. De escucharla nombrar, de venir de vacaciones”.

– ¿Viniste de chico de vacaciones, o ya como jugador?

– Vine a hacer pretemporada con Boca y a jugar los torneos de verano. De chico no porque soy de Córdoba y nos quedaba muy lejos. Pero siempre estaba la inquietud. “Hay que conocer Mar del Plata” pensábamos todos allá. Mi familia era de clase media baja y por eso poder venir se hacía muy complicado. Empecé a venir con amigos, ya de un poquito más grande. Pero siempre estaba en la mente de todos nosotros. No sonaba Pinamar, Villa Gesell o Necochea. Todos hablaban de Mar del Plata. Los torneos de verano en Mar del Plata eran espectaculares. Uno los quería jugar siempre. Los jugué con Talleres cuando era invitado porque estaba en un gran momento. Y con Boca vine varias veces.

– ¿Y tus inicios en el fútbol?

– De Villa María nos fuimos a Buenos Aires porque a mi viejo lo trasladaron en su trabajo en el Ferrocarril y de ahí empecé a hacer inferiores en Banfield. Y ahí pasé de séptima a primera gracias el entrenador que era Juan Manuel Guerra. Se lesionó el 10 del primer equipo y empezó a buscar en cada categoría hasta que llegó a séptima. Por eso a partir de ahí me dediqué mucho a la formación y por lo general veo a los jugadores desde la séptima en adelante.

– ¿Sos de ver los partidos de juveniles de AFA en Aldosivi?

– No veo los partidos tanto. Una cosa que aprendí es que a los jugadores hay que tenerlos cerca, no tanto verlos jugar. Yo a Joaquín (NdR: Indacoechea) lo subí sin verlo jugar. Para mí el jugador que puede llegar a ser profesional no llega solo por sus condiciones futbolísticas.

– ¿Pero cómo hacés para subirlo sin verlo jugar?

– La evolución del aprendizaje, la facilidad en la evolución. hay un montón de cosas en la formación. Hay muchos formadores y cada uno tiene sus formas. Para mi no es solo que el chico juegue bien sino que es un todo.

– Entiendo pero podría haber sido cualquier otro y no Joaquín. ¿Qué hizo que fuese él y no otro si no lo habías visto?

– Porque vos le pedís al técnico de la cuarta “traete cinco que faltan para completar el trabajo” y ellos te lo mandan. Por ahí vinieron algunos que no estaban jugando en su categoría y necesitaban hacerlo, o aquello que están menos agotados que el resto. Pero cuando vino Joaquín me gustó lo que ví y le dije a los entrenadores que lo traigan varias veces más, en silencio. Un día lo puse a jugar con nosotros contra los juveniles y lo dejé.

– ¿Y tenés otros chicos en ese proceso ahora?

– En la reserva se está haciendo un trabajo muy bueno. Se han subido jugadores de categorías bajas, de sexta, quinta. Y nosotros en lugar de hacer amistosos – en los que he tenido malas experiencias- contra otros equipos preferimos jugar contra los pibes del club, conocerlos.

– ¿Eso además te quita la presión del resultado de los amistosos o la dificultad de conseguir rivales en una pretemporada con menos equipos en la ciudad?

– No, no porque está Argentinos que está trabajando acá, me llamaron de Unión de Santa Fe, Santamarina, Godoy Cruz, Talleres para jugar en Buenos Aires… Pasa que a nosotros nos falta trabajo. Muchas veces se cree que la evolución es de un día para otro y esto no es magia. Cuesta armar un equipo. Que crezca y se desarrolle. Muchas veces las horas de entrenamiento son más importantes que esos amistosos.

El fútbol, como la vida, es un continuo aprendizaje. No es que cuando un jugador llega a primera ya sabe jugar al fútbol. Por la experiencia que tengo de haber vivido y trabajado en distintos lugares entiendo que no es así.

No es un invento mío. El fútbol es muy amplio y no es solo patear una pelota. Es preparación en muchos aspectos.

– A vos te tocó llegar a Aldosivi en un momento comprometido. Ganaron el primer partido sin jugar bien y después hilvaron malos resultados, que acrecentaron las urgencias…

– Yo no tengo el temor del desempleo. Previamente sabíamos dónde veníamos, cuáles eran las condiciones y cuando tuve la oportunidad de presentarle el trabajo a Josesito (Moscuzza, vicepresidente), de hablar con Ciro (Lubrano, manager), me gustó el proceder de ellos, lo que venía por delante. Yo sí insisto en los proyectos más allá de que para muchos un proyecto sea partido a partido. Los resultados te condicionan, es normal, pero nosotros le dedicamos catorce horas al club, no es solo el trabajo en el campo. No pasa por el tiempo que uno corre sino cómo se hace la preparación integral del jugador. Porque cada jugador es diferente. Su biotipo, su calidad, su personalidad… Cuando me llamaron obviamente me sedujo todo lo que es la Superliga, el fútbol argentino y lo que Aldosivi te facilita para el trabajo en el día a día. Investigué muchas cosas..

– ¿Y del plantel que conocías ?

– Del plantel conocía poquito pero me informé. Tampoco conocía antes de ir a los planteles en Grecia, en Chipre, en Colombia… En la U de Chile por ahí conocía jugadores por sus nombres, como me pasó acá. Pero una cosa es el nombre y otro el día a día. Tenemos la ventaja de adaptarnos rápidamente quizás por haber estado en tantos lugares distintos. Yo creo que la adversidad es parte del crecimiento. Soy creyente y parto de eso. Si estoy acá es por algo. Tengo que ser inteligente, humilde y sencillo y saber por qué estoy acá. Esto también es un aprendizaje para mí.

Como decías el resultado con Defensa fue bueno aunque desfavorable en otros aspectos como lo futbolístico, lo físico. Yo destaco que ese día además de los tres puntos que eran muy necesarios los chicos se vaciaron, dejaron todo. Después vinieron resultados negativos pero en donde siempre había algo positivo para destacar.

– Les costaba sostener esos momentos, como el primer tiempo ante Godoy Cruz…

– A mi me gustaron pasajes en varios partidos. El primer tiempo con Rosario Central, todo el partido con Colón… Ese fue completo. En lo físico, en lo psicológico…

– Fue el primero en el que pudieron sostener esos buenos momentos y además cristalizarlo en el resultado.

– Pudimos sostenerlo y crecer sobre el juego. Crecimos y somos los mismos. Eso es muy bueno porque es la predisposición del jugador a la evolución. Si no contás con eso es difícil hacerlos crecer y entonces ahí viene el recambio permanente: entran diez y salen diez. Y no conseguís la identificación del jugador con el club.

– ¿Es decisión tuya entonces que no se vaya en busca de más refuerzos?

– La dirigencia siempre apoya lo que uno pide dentro de las posibilidades económicas del club. Está comprobado que el jugador evoluciona el 300 %. Comprobado científicamente. El jugador no se encierra en una preparación física, en la parte táctica. Es un todo. Y uno tiene que darle la posibilidad al jugador de crecer y desarrollarse. Sin lo humano todo lo demás es muy vacío. Llega un momento que es la persona la que domina al jugador y no al revés.

– ¿Pero esperás algo más de este mercado de pases en alguna posición determinada?

– Uno va viendo lo que tiene en casa, los que hoy están en divisiones menores, con la reserva entrenando con nosotros. La evolución propia. Nosotros no podemos salir al mercado a gastar millones. Acá hay que ajustarse a un presupuesto y me parece correcto. La prioridad para mí es lo que se está haciendo en inferiores. Eso hay que hacerlo florecer arriba. Sino se corta la cadena del desarrollo. El proceso que se está haciendo en inferiores en Aldosivi es muy bueno. Y hace que uno ponga sus ojos en eso.

– ¿Y a cuántos chicos tenés en vista como para subir en un futuro cercano?

– No puedo adelantar eso. Los voy viendo y los que me responden en todos los ordenes de la evolución los puedo apoyar. Es de a poco. A Joaquín lo llevamos así y cuando le tocó entrar contra Central, en siete minutos me demostró que podemos contar con él como uno más entre los profesionales.

– Siempre se habla de la necesidad de sumar un “9” en este mercado de pases. ¿Cómo considerás a un pibe como Facundo Tobares en ese aspecto?

– Tobares está trabajando, ya hizo la pretemporada anterior con el otro cuerpo técnico y con nosotros estuvo estos más de sesenta días que llevamos en Aldosivi. Siempre se ha mostrado predispuesto a la evolución. Yo digo que él mismo va a demostrar si quiere llegar. Si quiere competir de centrodelantero con Andrada, si quiere meterse dentro del fútbol grande. El está cerca porque se está preparando. Recién después, si esos chicos no están maduros aún para largarlos, saldremos a buscar lo que se necesite.

Pero recién lleva creo que un año el proceso de Radaelli y están saliendo muy buenos jugadores de abajo. Es poco tiempo. Yo creo que a partir de los 16 o 17 años el jugador ya está preparado para dar el salto y competir. Muchas veces se pierde el tiempo porque por ahí los entrenadores mismos no los vemos y vamos a buscar gente ya pesada, hecha. A mi me gustar contar con esos jugadores porque son los que guían y ayudan pero si no tienen ese rol cuento con los chicos.

– En Aldosivi a veces se hablaba de “los pibes del club”, los que “asoman”, pero tienen entre 21 y 23 años. ¿Para vos hubo una demora en ese proceso?

– Son grandes ya. Yo debuté muy joven y vi a muchos hacerlo. Hoy la formación es distinta inclusive. El chico a una edad temprana vuela físicamente. Está más armado, llega con mayores conceptos. La formación es lo más difícil en el fútbol porque a veces uno puede deformar en lugar de formar. Siempre digo que hay una cantidad enorme de jugadores en todas partes del mundo. Hay que darles una continuidad de trabajo. Cuando vos ves cómo se trabaja acá tenés que mirar para abajo. Sino sería un mal proceder nuestro. Nosotros somos hombres del club. No importa si es por cuatro partidos. Vos tenés que trabajar para el club

– Para el club y no para Hoyos…

– Exacto. Vos tenés que buscar los objetivos del club. Y si en algún momento te tenés que ir tenés que haber dejado algo.

– Para el puesto de centrodelantero también tenés a Lucas Di Yorio, quien regresó de un préstamo en Liga de Portoviejo de Ecuador. Tuvo un buen semestre allá. ¿Puede quedarse en Aldosivi ahora?

– El vino casi desgarrado, se lesionó en las finales del fútbol ecuatoriano y no tuvo el trabajo que tuvo el resto y por eso hoy corre de atrás. Lo estoy mirando y define muy bien. Tiene capacidad en la definición. A mi me gusta que el centrodelantero sea un trabajador nato. Es el primer defensor y él se está acostumbrando a este ritmo demente. En el fútbol argentino las intensidades son muy altas. Creo que “el Flaco” -como yo le digo- tiene cosas buenas pero tiene que adaptarse a otras cosas también al margen de la definición. Porque a veces el delantero ni siquiera tiene opciones de gol…

– Algo que le pasó seguido a los delanteros de Aldosivi durante el año pasado…

– Claro. El delantero tiene que trabajar siempre.

– Bajo tu dirección el equipo comenzó a presionar más arriba, a defender más adelante y tomar mayores riesgos. ¿Eso está más aceitado ya de cara a lo que viene?

– En todos los sectores del campo tenés que saber jugar. La pelota es la que domina. Hay partidos de 110 acciones de segunda pelota. Y entonces tenés que saber actuar ahí también. Hay un córner, un fuera de juego, hay off side pasivo. Hay que entender el juego. No pasa porque uno la pise, juegue bien. Si a vos te roban la pelota y volvés caminando no va. La solidaridad es clave.

– ¿Cuesta más que el futbolista de hoy entienda el juego?

– Hoy cuesta que el jugador entienda que lo colectivo siempre está por encima de lo individual. Que el aprendizaje nunca termina. Ni siendo profesional. Te lo enseña Leo (Messi) pese a que es muy joven aún. El siempre incorpora más. Hoy hablamos de un jugador que tiene seis Balones de Oro y casi 700 goles y sigue buscando más. Ese es el ideal para contagiar. Son tipos que no juegan ni trabajan por dinero sino por la gloria. Yo creo que el fútbol es un continuo aprendizaje en donde la evolución no va a terminar nunca. Dicen que en el fútbol está todo inventado y para mi no es así. Cada vez que investigo más me doy cuenta lo poco que se.

– ¿Y quién es el técnico que más te gusta o al que tenés como referencia en ese aspecto?

– Bielsa tiene una humildad y una sencillez para trabajar increíble. Eso es un gran capital para un formador y para mi Bielsa es un gran formador. Pero un formador de jugadores profesionales. Hay entrenadores que van solo por los tres puntos, que van a los bifes y hay otros que van por los tres puntos y además forman. Mejoran a los jugadores que dirigen.

– Jugadores de Selección, profesionales siempre destacan lo que les dejó Bielsa en su carrera…

– Andá a Chile y preguntá. Sacó una camada extraordinaria, levantó la Selección. Hay grandes entrenadores pero en los que yo me fijo no es solo por los tres puntos. Yo no busco un ejercicio que haga tal o cual técnico. Busco una forma de vivir. Un ejercicio lo ves en youtube o en un libro. Para mi el fútbol no es un 4-4-2, un sistema. Es creatividad.

– A quince días del partido con Lanús, en el reinicio de la Superliga, ¿qué porcentaje del equipo tenés en mente?

– Nooo. Para mi sería faltarle el respeto al jugador. Si yo lo tengo definido dentro mío estaría siendo deshonesto con los jugadores. Porque acá te lo ganás en el día a día.

– Pero el jugador se va dando cuenta si juega en las prácticas…

– Yo hago lo que me hubiese gustado que me hagan. A mi me tocó estar en Boca y ni siquiera ir al banco, estar sentado en la tribuna. Y mi perfil bajaba mucho. No solo baja en lo futbolístico sino también lo anímico. Yo tuve entrenadores con los que el lunes ya sabías que el domingo no jugabas. Cambia mucho tu humor en tu casa, tu día a día. Esos aspectos tratamos de cuidarlos. Vos podés ser un técnico de vocación, con docencia o uno de bolsillo, al que le da lo mismo cortarle las piernas a cualquiera. A mi me hubiese gustado que me fueran de frente. Porque el jugador es el alma del equipo, no el entrenador. La figura es el jugador siempre. Nosotros somos tipos que nos vamos preparando, te vamos ayudando, dando herramientas para que vos ejecutes dentro de la cancha. El jugador se manifiesta a través de todos, de la gente, del periodismo, de directivos, personal técnico. Estamos representados por los jugadores que entran pero tienen un soporte atrás. Los utileros son muy importantes, los chicos que te arman la cancha también… Y hay que ser agradecidos con toda esa gente que trabaja. Los chicos de la cocina son unos fenómenos… Cuando todos empujan y son partícipes se trabaja diferente. Hay quien te dice “pero esos no juegan” y es un error. Sí que juegan. El ser humano está por encima de todo y hace crecer al jugador. Uno busca un Joaquín, un pibe bárbaro, tuvo una enfermedad seria, la peleó con valores. Ese tipo te traba con la cabeza. Hay otros que hay que ponerlos en remojo, como les digo, para que sepan que hay que respetar. No es solo patear una pelota. Hay que aprender a escuchar a tus compañeros, al entrenador, que te quieren ayudar.

– Se viene un año duro, con la permanencia en la elite en juego nada menos.

– Soy hiper optimista. Vivo así y trabajo así. Nunca me vas a escuchar decir “esto no puedo”. Tuve una infancia complicada. Muy complicada y salí adelante a través del trabajo. Trabajé siempre. Para mi hoy este club y el plantel tienen valores muy importantes. A nivel del trabajo, del compromiso. Estos chicos terminaron el partido con Colón dispuestos a seguir trabajando. Se fueron de vacaciones a distintos lugares pero nunca descansaron. No hubo un solo día de descanso. Estos chicos están comprometidos. Y el club te da todo. La prioridad es el club y en mi casa lo saben. Es una profesión apasionante. Se que el hincha es hincha pero nosotros también sentimos esto. “Pero vos no sos hincha de Aldosivi si estás hace dos meses acá”, te pueden decir. No, obvio que no soy hincha, pero los primeros que nos queremos salvar somos nosotros. Los primeros que queremos hacer las cosas bien somos los que estamos acá.

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