Por Ramiro Melucci

Las encuestas que miran todas las semanas en los principales despachos municipales registran una tendencia: el repunte de la preocupación por la inseguridad. Por el momento esa asignatura no discute el primer lugar de los avatares económicos, con el aumento de precios como principal flagelo, pero revela una demanda cada vez mayor en los barrios.

El intendente tomó nota. Interpreta el resultado de los sondeos como una consecuencia natural tras el año de confinamiento. No piensa que las estadísticas hayan llegado a niveles alarmantes. Las desmenuza y concluye lo contrario. Pero también determinó que era hora de dar señales más firmes desde la administración municipal.

En ese contexto anunció el viernes la incorporación de cámaras de seguridad al Centro de Monitoreo, la entrega de botones antipánico a comerciantes, remiseros y transportistas, la implementación de más lectoras de patentes, controles de tránsito y un plan para desalentar las picadas ilegales.

El mensaje contuvo la ratificación de una estrategia. Montenegro no buscará culpar a los gobiernos nacional y provincial, a cargo de las fuerzas policiales y federales, ni les reclamará soluciones en tono admonitorio. Solo insistirá con el pedido de siempre: trabajo conjunto.

El giro ya lo había puesto en escena en noviembre, cuando Horacio García reemplazó a Darío Oroquieta como secretario de Seguridad. En ese momento se terminaron los cruces constantes con el Ministerio de Seguridad de la Nación por el reclamo de fuerzas federales. Por lo visto no volverán.

El mensaje sobre seguridad ratifica una estrategia. Montenegro no buscará culpar a los gobiernos nacional y provincial, a cargo de las fuerzas policiales y federales.

“Yo no tiro la pelota afuera, no digo que esto es responsabilidad del gobierno nacional o provincial”, postuló Montenegro. En la frase es posible entrever un pedido para que nadie procure lo contrario: atribuirle las falencias solo al municipio.

Había intuido esa intención en las declaraciones de Rodolfo Manino Iriart. El ex secretario de Seguridad reapareció en la escena pública con alusiones a la falta de coordinación y de un plan integral del municipio para combatir el delito. Los cuestionamientos tuvieron puntos en común con los que el Frente de Todos lanzó en el Concejo Deliberante. La puerta la dejó abierta el propio secretario de Seguridad cuando en diciembre confesó ante la comisión de Hacienda que no tenía un plan escrito. La conferencia del viernes de Montenegro junto a García buscó desterrar esa impresión.

“No hay una debida articulación con el COM”, lanzó el ex legislador. Golpe directo a Montenegro, que administra el municipio desde el edificio de avenida Juan B. Justo. El intendente le dio a las declaraciones un encuadre más político que técnico. De ahí que la respuesta estuviera a cargo del coordinador de Gabinete, Alejandro Rabinovich, y no de García. “Tirar piedras no es lo que necesita Mar del Plata. Nos necesita trabajando a todos juntos”, contestó, en línea con el libreto oficial.

El cruce contiene un dato político en un año electoral: la vuelta al ruedo mediático de Iriart, que se mantuvo en silencio todo el año pasado, cuando el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, lo puso a coordinar los retenes de la zona. La novedad añade un condimento interno en el Frente de Todos: los movimientos del director del Correo Argentino no están entre los que controla la directora ejecutiva de la Anses, Fernanda Raverta.

El tablero empieza a exhibir otros matices. El secretario general de la Cámara de Diputados de la Nación, Juan Manuel Cheppi, se convirtió en el principal vocero en Mar del Plata del proyecto para elevar el piso del Impuesto a las Ganancias, impulsado por su jefe, Sergio Massa. Es un indicio de que el Frente Renovador también busca sacar a relucir sus credenciales en un año clave, pero no de otra cosa: Cheppi, lo mismo que Ariel Ciano en el Concejo, reconocen el liderazgo distrital de Raverta.

La titular de la Anses volvió a reunirse con Alberto Fernández. El tema central fue el cálculo del primer aumento jubilatorio con la nueva fórmula de movilidad. Podría tratarse, o no, de una casualidad. El Presidente parece reservarse siempre un momento para Raverta en las semanas siguientes a las videoconferencias con Montenegro. Ocurrió en agosto, cuando inauguró el hospital modular y a los pocos días relanzó el Procrear con la marplatense a su lado. Y volvió a suceder ahora, en la semana posterior a la puesta en marcha de la unidad de refuerzo sanitario.

La recorrida por el astillero SPI del secretario de Industria de la Nación, Ariel Schale, tuvo presencia de dirigentes del Frente de Todos local, entre ellos la concejala Virginia Sívori.

Por lo pronto, la estrategia de instalación de candidatos está definida en la principal fuerza opositora local. Consiste en usufructuar al máximo las visitas de gestión de los funcionarios nacionales y provinciales. Al punto que ya se advierte una doble agenda: la que los secretarios y ministros desarrollan en compañía de dirigentes del Frente de Todos y las que llevan adelante con el municipio.

Se observó con claridad durante la visita de autoridades del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación. Buena parte de la recorrida que encabezó el secretario de Industria, Ariel Schale, incluyó a la concejala Virginia Sívori y al presidente del Consorcio Portuario, Gabriel Felizia.

Unos días antes, el subsecretario de Recursos Hídricos de la provincia, Guillermo Jelinski, anticipó obras de cloacas para los barrios Nuevo Golf y Parque Independencia junto a Sívori y el jefe del bloque, Marcos Gutiérrez.

Esa agenda propia, insinuada por Raverta en la visita del ministro de Economía, Martín Guzmán, y confirmada en el encuentro de su tropa con el de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, tiene un rasgo político excluyente: en ocasiones prescinde del intendente. Montenegro lo sabe y lo acepta. Son las reglas de la partida que le tocó jugar.