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Interés general 23 de octubre de 2018

“La sociabilidad de la Reforma Universitaria fue claramente masculina”

La investigadora Edit Gallo reflexiona sobre la ausencia de mujeres en la revolución que cambió para siempre la educación superior argentina.

Edith, Gallo, investigadora.

por Luciana Mateo
@LucianaMateo

LA PLATA (Corresponsal).- A principios del siglo XX la Universidad argentina era una institución con fuerte sesgo clerical, estaba muy alejada de la ciencia y no había lugar para la participación estudiantil.

Pero la Reforma de 1918 que comenzó en Córdoba y se trasladó al resto del país sentó las bases para su democratización: la autonomía, el cogobierno, el ingreso irrestricto, la libertad de cátedra y el acceso a la enseñanza por concurso fueron algunos de los cambios que se introdujeron hace un siglo.

Si ya había mujeres -aunque pocas- en las aulas, ¿qué papel jugaron en la revolución universitaria más importante de América Latina? ¿Participaron y luego fueron invisibilizadas?

Edit Gallo, investigadora en historia política y directora de la Biblioteca y el Archivo Histórico de la UCR, responde que “la sociabilidad de la Reforma fue claramente masculina”.

En esta entrevista con LA CAPITAL, Gallo -también autora del libro “Periodismo político femenino”- rescata la figura de Prosperina Paraván, una dirigente de la Universidad de Córdoba que no aparece en las fotos ni en los textos de la gesta revolucionaria.

– ¿Había mujeres en las universidades al momento de la Reforma?

– Sí, había estudiantes y graduadas en las tres universidades nacionales: la de Buenos Aires, la de Córdoba y la de La Plata. Ya en 1918 las mujeres llevaban tres décadas estudiando y estaban organizadas pero no figuran en ningún documento, no aparecen en las crónicas de la Reforma ni en las fotos; no figuran sus firmas ni sus demandas. Entonces me pregunto por qué el movimiento no contó con ninguna mujer entre sus líderes o por qué fueron invisibilizadas.

– ¿Y hubo efectivamente mujeres líderes en la Reforma?

– Yo rastreé a una jovencita que en 1918 estudiaba Odontología en la Universidad de Córdoba. En junio de ese año el diario ‘La Voz del Interior’ destacó a Prosperina Paraván y de ella dijo que fue presidenta del Centro de Estudiantes de Odontología y que, ‘junto a otros estudiantes, marchó por las calles y enfrentó la represión’. Pero luego la figura de Paraván se fue perdiendo en el relato histórico que privilegió a los jóvenes reformistas y la lectura tradicional no la rescató. La sociabilidad de la Reforma fue claramente masculina.

– ¿Qué carreras estudiaban las mujeres en ese momento?

– Al principio se volcaron a las carreras relacionadas con la salud: farmacia, partería o medicina. Ese era un poco el rol que le asignaba la sociedad a la mujer, el que estaba permitido: el de cuidado. Así y todo, para ingresar a los estudios superiores las primeras tuvieron que incluso imponer recursos judiciales por las barreras que existían.

– ¿Qué lugar social ocupaba en esa época?

– Tenemos que entender que a fines del siglo XIX y principios del XX la situación jurídico-política de la mujer era comparable a la de una menor de edad; el Código Civil la tenía en ese lugar. La mujer pasaba de la tutela de su padre a la de su esposo y necesitaba del consentimiento de éste para disponer de sus bienes propios, ¡de los que había heredado!

– Aun así, hubo algunas que pudieron entrar a la Universidad…

– Sí, por ejemplo la primera que ingresó a la Facultad de Medicina fue Elida Passo, que falleció durante el último año de la carrera. Cecilia Grierson fue la primera médica -se recibió en 1889- y Elvira Rawson fue la segunda. Mientras en otras partes del mundo surgían los primeros movimientos feministas, nuestras mujeres se fueron nucleando en torno a sus propios intereses y se destacaron sobre todo las militantes anarquistas, cuyo lema era “ni dios, ni patrón, ni marido”, y también las radicales, las socialistas y otras distintas personalidades que pertenecían al mundo de las ciencias, las letras o la Universidad: Grierson y Rawson en Medicina, Sara Justo como primera odontóloga… Es atractiva además la figura de Raquel Camaña, una pedagoga que estudió en el Normal 1 de La Plata y que en 1910 hizo una monografía interesantísima sobre la educación sexual de nuestros hijos. En el Normal 1 fue dirigida por la docente norteamericana Mary O. Graham, que había sido convocada por Domingo Sarmiento. Graham ejerció gran influencia entre sus alumnas; tanto es así que muchas de ellas luego se destacaron en distintos ámbitos o actuaron en política.

– ¿Cuáles cree que son hoy los desafíos para las universitarias?

– Si bien desde mediados de los ’60 empezamos a ser mayoría en muchas carreras, creo que igualmente en algunas faltan mujeres, por ejemplo en Ingeniería. Además falta paridad en los cargos directivos. Y a pesar de que hemos avanzado bastante a nivel político, todavía queda mucho por hacer: por eso se tuvo que hacer la Ley de Cupos, pero muchas veces los dirigentes varones terminan digitando quiénes van a ser esas mujeres, que le responden a ellos. En otro sentido creo que también hay desafíos pendientes en cuestiones que se sufren en forma cotidiana, como la violencia de género: hay mentalidades machistas que hay que cambiar -independientemente de si se trata de un hombre o de una mujer- y eso se ve sobre todo en el ámbito de la Justicia.

. “Todavía seguimos luchando por la educación sexual de nuestros hijos”

En 1910 la tesis “La cuestión sexual” de la pedagoga Raquel Camaña fue muy bien recibida por parte de la Sociedad de Higiene Pública, que posteriormente recomendó incluir la educación sexual en la currícula escolar.

“Yo comparo esta monografía que hizo Camaña con que todavía seguimos luchando por la educación sexual de nuestros hijos en los colegios”, dijo Edit Gallo.

La investigadora y escritora consideró “aberrante” que “todavía haya sectores que se opongan” a la educación sexual en las escuelas del país y que haya “quienes no quieran la libertad de las mujeres para decidir sobre su propio cuerpo”, en alusión a la reciente discusión en el Congreso nacional sobre el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo que fue rechazado por el Senado.



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