Lo que sucedió con el Rigel no es un hecho aislado. Hace casi un año, el 17 de junio de 2017, se hundió en aguas patagónicas, a la altura de la localidad de Rawson, el buque pesquero Repunte. Desde entonces, los familiares de las víctimas machacan sobre la necesidad de mejorar los barcos y los controles antes de que salgan a navegar.

Ese sábado, un fuerte temporal causó el naufragio del buque de 32,6 metros de eslora perteneciente a la firma Ostramar SA. En medio de olas de hasta siete metros de altura, el Repunte se hundió entre las 9.30 y las 10 a 38 millas náuticas (unos 80 kilómetros) al norte de la costa de Rawson.

En la tragedia perdieron sus vidas José Ricardo Homs, Luis Jorge Gaddi y Sivano Cóppola. Sus cuerpos fueron hallados en el mar. En tanto, Gustavo Sánchez, José Omar Arias, Horacio Airala, Néstor Paganini, Claudio Islas, Fabián Samite e Isac Cabanchik permanecen desaparecidos. Lucas Trillo, de 35 años, y Julio Guaymas, de 39, sobrevivieron.

Cada 17, los familiares marchan por las calles del puerto para dar a conocer sus reclamos, que incluyen la puesta en vigencia de mayores medidas de seguridad para los trabajadores, controles más rígidos para las embarcaciones
y la exigencia de que avance la causa sobre el naufragio, que tramita en la justicia federal de Rawson a cargo del juez Gustavo Lleral.

Uno de los reclamos es el del cambio de carátula, de “averiguación de ilícito” a “estrago doloso”. “El cambio de carátula es necesario para que los responsables paguen en la Justicia”, aseguran.

La comisión de Intereses Marítimos, Fluviales, Pesqueros y Portuarios de la Cámara de Diputados de la Nación tenía previsto sesionar el viernes en el Consorcio Portuario, en una jornada en la que los legisladores iban a recibir a los familiares de las víctimas del Repunte dos días antes que se cumpliera el primer aniversario del hundimiento del buque. Sin embargo, tras conocerse lo del Rigel, en la comisión pusieron en duda esa sesión: “Habrá que establecer prioridades”.