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La ultraderecha alemana decidió echar a un crítico del monumento a víctimas del Holocausto

Bjorn Hocke había abogado por un "giro de 180 grados en la política del recuerdo". Asimismo calificó al alemán de "pueblo vencido brutalmente".

BERLIN, Alemania.- La dirección del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) acordó este lunes iniciar el proceso de expulsión de Bjorn Hocke, un dirigente regional que desató la polémica en el país al criticar que en Berlín hubiera un monumento a las víctimas del Holocausto.

La cúpula del partido tomó la decisión de impulsar el proceso para apartar a Hocke por una mayoría de dos tercios en una conferencia telefónica celebrada a primera hora de esta mañana, según indicaron fuentes de AfD citadas por la agencia de noticias DPA.

En una breve declaración a los medios, la copresidenta de AfD, Frauke Petry, consideró que se trata de algo “relativamente normal” en un partido joven que debe “ajustarse” y demostrar a los votantes “en un año electoral tan importante” que la formación va a mantener su perfil “cívico y liberal”.

“Lamento y asumo con gran preocupación por la unidad del partido la decisión tomada por la dirección”, señaló Hocke, dirigente del estado de Turingia, quien dijo estar convencido de no haber infringido ni los estatutos ni los principios del partido, informaron las agencias de noticias EFE y DPA.

Hocke pronunció el discurso de la polémica el pasado 17 de enero en Dresde, donde abogó por un “giro de 180 grados en la política del recuerdo” y criticó que Alemania sea el único país que tiene “un monumento de la vergüenza” en el centro de su capital, en referencia al monumento a las víctimas del Holocausto de Berlín.

La reacción del partido en un primer momento evidenció las divisiones dentro del mismo, ya que a pesar de la controversia suscitada y de las críticas generalizadas que recibió Hocke la dirección no consiguió ponerse de acuerdo para dar el paso que dio hoy.

A fines de enero, la cúpula de AfD, tras tres horas de debate, decidió que fuese amonestado por sus polémicas declaraciones sobre el genocidio judío y no fuese excluido de las filas partidarias. De todos modos, la salida de Hocke sólo se produciría una vez que la aprobasen dos órganos del partido.

El procedimiento iniciado contra Hocke, un político perteneciente al ala más derechista y nacionalista de la AfD, tiene su origen en un discurso que pronunció el 17 de enero en la ciudad de Dresde en el que se quejó de la existencia del monumento a las víctimas del Holocausto, enclavado en el centro de Berlín, uno de los sitios más visitados de la capital.

“Nosotros los alemanes, es decir nuestro pueblo, somos el único pueblo en el mundo que levantó un monumento a la vergüenza en el corazón de su capital”, arremetió. Asimismo calificó al alemán de “pueblo vencido brutalmente” y demandó “un viraje de 180 grados de la política de la memoria”.

Hocke sostiene que las palabras de su discurso fueron sacadas de contexto y en su día explicó a través de su página en Facebook que, cuando habló del “monumento de la vergüenza”, afirmaba que “el genocidio de los judíos cometido por los alemanes era una vergüenza” para el pueblo alemán.

Agregó en su defensa, además, que la “inmensa culpa” con la que cargan los alemanes es “parte de nuestra historia, pero sólo una parte”.

Las críticas no se hicieron esperar y Hocke fue denunciado penalmente por instigación al odio racial. Dentro de AfD se produjeron reacciones encontradas.

El 27 de enero, día en el que se recuerda a las víctimas del nazismo en el aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz, la cámara regional de Turingia vetó la presencia de Hocke del acto de homenaje organizado.

La Fundación del antiguo campo de concentración nazi de Buchenwald, donde se realizó una ofrenda, también le retiró la invitación y le instó a no acudir a los actos.

Mientras algunos de sus compañeros señalaban que se había convertido en una carga para el partido, desde los cuadros máximos de AfD se decantaron por restar importancia al asunto y defender al político, que encabeza el grupo parlamentario en el Legislativo de Turingia (este).

Un discurso de tintes xenófobos ha dado alas al AfD en Alemania desde la llegada masiva de refugiados en 2015. Las encuestas para las elecciones generales de septiembre les auguran hasta un 12 por ciento de los votos.

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