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La Unión Europea aprobó su divorcio con el Reino Unido

Ambas partes deberán negociar un ambicioso acuerdo político y de libre comercio durante un período de transición que debe finalizar como máximo a finales de 2022.

BRUSELAS, Bélgica.- La Unión Europea aprobó este domingo un histórico acuerdo de divorcio con Reino Unido, que el presidente de la Comisión Europea calificó de “tragedia”, en un inédito proceso que todavía podría fracasar si Londres no logra la ratificación de su Parlamento.

“La UE respaldó el Acuerdo de Retirada y la Declaración Política sobre la futura relación” entre ambas partes, anunció el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, tras el visto bueno de los mandatarios europeos, reunidos sin su par británica Theresa May, en una cumbre en Bruselas.

Reino Unido y el bloque se disponen así a pasar página a más de cuatro décadas de relación con el primer acuerdo de divorcio en la historia del proyecto europeo, que todavía deben ratificar la Eurocámara y un parlamento británico donde May no tiene mayoría y enfrenta una dura oposición.

Pese a la aprobación de este domingo, que pone fin a casi año y medio de intensa negociación liderada por la Comisión Europea, su presidente Jean-Claude Juncker calificó el día de “triste”. El Brexit “no es un momento de alegría ni de celebración, es un momento triste y es una tragedia”, aseguró.

El mamotreto de 585 páginas, 185 artículos y 3 protocolos adoptado por los líderes europeos recoge los términos de la salida de Reino Unido del bloque, prevista para el próximo 29 de marzo.

Estos incluyen cuestiones como los derechos de los ciudadanos europeos en Reino Unido y viceversa, la factura de 39.000 millones de libras que Londres debe pagar y la solución para evitar una frontera con vigilancia policial en la isla de Irlanda.

“Es un buen acuerdo no solo para la UE, sino también para Reino Unido. Para ambos”, consideró Antonio Tajani, presidente del Parlamento Europeo.

La importancia del momento para Reino Unido, que votó a favor del Brexit en un referéndum en junio de 2016, la plasmó Theresa May en una carta dirigida a su opinión pública: “Retomaremos el control de nuestras fronteras, (…) nuestro dinero, (…) nuestras leyes”, aseguró.

De salir adelante la ratificación, ambas partes deberán negociar un ambicioso acuerdo político y de libre comercio durante un período de transición que debe finalizar como máximo a finales de 2022.

Las grandes líneas de esta futura estrecha cooperación están plasmadas en una declaración política, sin valor jurídico y negociada a ambos lados del Canal de la Mancha, a la que los mandatarios europeos dieron también su respaldo este domingo.

La futura relación debe buscar además una solución final para garantizar una fluida circulación de bienes entre la provincia británica de Irlanda del Norte e Irlanda, cuyo primer ministro Leo Varadkar estimó como “muy importante” para la economía irlandesa.

“Refundación” de la UE

Las negociaciones entre Londres y Bruselas transcurrieron durante casi un año y medio repleto de desacuerdos, escollos y sobresaltos, el último de los cuales se saldó el sábado, la víspera del inicio de la cumbre, cuando el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, anunció un acuerdo sobre Gibraltar tras recibir garantías escritas de Londres, la Comisión y el Consejo.

El gobierno español acusó al británico de haber incluido en los últimos días un artículo ambiguo que hacía temer a Madrid perder el control sobre la futura relación entre la UE y Gibraltar, un pequeño territorio en el extremo sur de la península ibérica cedido a la corona inglesa en 1713 y cuya soberanía reclama España.

Madrid quería blindar en los textos negociados entre Londres y Bruselas el principio, aceptado por sus socios en abril de 2017, de que tras el Brexit “ningún acuerdo entre la UE y Reino Unido podrá aplicarse al territorio de Gibraltar sin el acuerdo” de Madrid.

Las críticas no tardaron en lloverle a May desde Reino Unido, donde el portavoz del centrista Partido Liberaldemócrata, Tom Brake, afirmó que había “dejado tirado Gibraltar”, “en un intento desesperado por lograr que su desastroso acuerdo salga adelante”.

Palabras que pesan como un oscuro presagio de la difícil tarea a la que se enfrentará May tras la cumbre: lograr que un parlamento británico, en el que tanto la oposición como los rebeldes de su propio Partido Conservador se han mostrado abiertamente hostiles al acuerdo, le dé su visto bueno antes de las vacaciones de fin de año.

La UE podrá a su vez empezar a concluir el nuevo impulso al bloque gestado desde la cumbre de Bratislava en septiembre de 2016 y que esperan consagrar en su primera reunión de mandatarios con un Reino Unido fuera del bloque en la localidad rumana de Sibiu en mayo.

El Brexit demuestra que la UE es “frágil” y “necesita una refundación”, subrayó este domingo el presidente francés, Emmanuel Macron, uno de los líderes que cargan con más fuerza contra el auge del populismo antieuropeo en el bloque, cuyo máximo exponente fue la victoria del Brexit.

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