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Río 2016 16 de agosto de 2016

Lange: “Cuanto más cuestan las cosas, más se disfrutan”

Los argentinos ganadores de la medalla de oro en yachting hablaron con LA CAPITAL.


Por Julia Caro
Desde Río de Janeiro

El yachting argentino nuevamente fue protagonista en los Juegos Olímpicos. En este caso, Santiago Lange y Cecilia Carranza Saroli se colgaron la medalla de oro en la clase Nacra 17 en Río 2016.

Lange está viviendo sus sextos Juegos e iguala la cantidad de participaciones olímpicas que el ciclista marplatense Juan Esteban Curuchet. Triple medallista olímpico argentino (además de la conseguida en estos juegos, suma medallas en Atenas 2004 y Beijing 2008 junto a Carlos “Camau” Espínola en clase Tornado), tetracampeón mundial y destacada figura en el plano internacional de la vela. Su compañera en esta aventura, Cecilia cuenta con tres Juegos Olímpicos en su haber de forma consecutiva desde Beijing 2008 hasta estos que obtuvo la presea dorada.

Ellos fueron protagonistas en las regatas previas a la definición por eso estaban con una mínima ventaja sobre el resto de los participantes. “Empezamos la regata con una penalización injusta y fue duro. El viento estaba inestable y yo lo veía. Por suerte estaba inspirado y muy tranquilo. Fue difícil lo que conseguimos porque empezamos la medal race (carrera por la medalla) desde atrás, largamos mal pero pudimos acertar con las decisiones al conocer las condiciones climáticas y de estas aguas. Soñé mucho con esta medalla. Cuanto más cuestan las cosas más se disfrutan y esta realmente costó mucho”, dijo Lange sobre la última regata.

En tanto, Cecilia comentó: “En esos momentos, no podes perder tiempo en pensar en lo que hiciste mal. Tenes que ir para adelante y ver como se resuelve la regata. Estuvimos muy concentrados y enfocados en nuestra última carrera”.
La cancha de regata del Nacra 17 estuvo ubicada en una geografía digna de postal: a los pies del tradicional Pan de Azúcar. Mucho público lo siguió desde la orilla de la Marina da Gloria sobre la Bahía de Guanabara y en las pantallas gigantes que estaban ubicadas en el sector. Lo mismo que las familias de los competidores que siguieron expectantes el final de la competencia.

Los dos decidieron instalarse en Río de Janeiro desde noviembre del año pasado para conocer desde cerca todos los secretos del sector costero. “Esta regata la ganamos con mucha inteligencia. La decisión de venirnos a vivir a Río fue fundamental. La cantidad de horas que navegamos todo este tiempo son incalculables y eso es lo lindo, que fue el resultado del trabajo. Voy a extrañar mucho Río porque su gente se brindó plenamente hacía nosotros” explicó. “El entrenamiento en Río de Janeiro nos dio la diferencia con el resto de los competidores para ganar la medalla” reafirmó Carranza.

A pesar de sus 54 años y algunas críticas que ha recibido en cuanto a su edad, Santiago menciona “soy un fiel creyente que la edad uno la lleva en el corazón y en las ganas de hacer las cosas. No miro el número de la edad solo miro las ganas que tengo para ponerme objetivos y lograrlos. Por eso algunos me preguntan si iría a Tokio (los próximos Juegos Olímpicos serán en Tokio-Japón 2020) y les digo quizá si tengo las ganas voy a proponérmelo mientras que me aguanten las rodillas” declaró entre risas.

La tradición del yachting se respira en la familia Lange. El papá de Santiago participó en un Juego Olímpico en Helsinki 1952. Y ahora los hijos, Klaus y Yago corren juntos en la clase 49ers y se metieron en la medal race. “Es increíble lo que estoy viviendo con mis hijos. Entraron al agua para abrazarnos y festejar juntos (una vez finalizada la carrera, se tiraron al mar y fueron nadando hacia la embarcación de su padre). Estoy muy feliz porque voy a poder verlos competir cuando corran su regata por la medalla. Estos fueron unos juegos muy emocionantes para mi fueron unos juegos emocionantes” contó Lange mientras lloraba al narrar lo sucedido.

Santiago ha superado una dura enfermedad. En septiembre del año pasado, lo operaron de un cáncer de pulmón. Se ha ido superando tanto que volvió al deporte de alta competencia como siempre. “Lo único que tengo para decir que si lo que me pasó a mi ayuda a mucha gente hablen todo lo que quieran. A mí me gusta hablar de lo que hicimos deportivamente y la enfermedad no tuvo nada que ver, fue una piedra en el camino y yo siempre soñé con llegar a Río bien preparado y así lo hicimos” destacó el deportista argentino que no escapa del tema y tampoco se victimiza al respecto porque demuestra superaciones constantemente.

Sobre el final, Santiago Lange destacó el labor de su compañera Cecilia Carranza Saroli: “Aguantarme a mi durante todo este tiempo no es fácil. Yo soy muy trabajador, obsesivo, me gustaba navegar bien y cuando no lo hacíamos me ponía loco. Me enojo con todo el mundo. Cecilia aguantó todo eso y fue muy constante en todo su trabajo. Lo que más me pone feliz que hicimos el mejor campeonato”.