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La Ciudad 6 de diciembre de 2017

Langostino: armadores piden no cambiar las reglas “año a año”

Se lo solicitaron al Consejo Federal Pesquero a través de una nota. Además, reclamaron que no se limite la operatoria de la flota fresquera y se otorguen incentivos a las plantas en tierra.

La Cámara de Armadores de Buques Pesqueros de Altura pidió al Consejo Federal Pesquero que se respeten “las reglas de juego históricas” en el plan de manejo del langostino y no se cambien “año a año” porque “las empresas invierten en base a esas reglas”.

En una nota enviada este miércoles al organismo, manifestaron la necesidad de mantener las normas vigentes y complementarlas con diversas cuestiones, entre las que señalaron que el Inidep (Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero) dé su “aval y sustento científico” a las épocas de apertura y cierre de la pesca tanto en jurisdicción nacional como en aguas provinciales.

En ese sentido, marcó que se debe “conocer la abundancia y distribución espacio temporal de huevos y larvas de langostino en su área de distribución”, así como la de “prereclutas y juveniles de langostino”. También consideró necesario que se tenga en cuenta “la abundancia de hembras desovantes de langostino en su área de distribución”; la “composición por tallas de langostino previo al inicio de la pesca comercial en cualquier área”, y la “abundancia y distribución de especies acompañantes en las áreas de pesca potencial de langostino”.

También pidió que se detecten “las áreas y momentos de desove durante la temporada comercial” y las de “altos niveles de juveniles a lo largo de la temporada de pesca”.

Para esto, en jurisdicción nacional la pesca “se debe abrir cuando el tamaño sea considerado adecuado, y no solamente comercial”. Recordó, por caso, que “el año pasado se abrió quince días antes” porque el mercado lo solicitaba.

Según la Cámara de Armadores de Buques Pesqueros de Altura, en Chubut la pesca “se debe abrir previo informe técnico del Inidep, después de que el langostino haya desovado”. A propósito, mencionó que, en “en este momento, el langostino en jurisdicción provincial está cargado de huevas y los barcos pescan sobre concentraciones reproductivas”.

También en Río Negro la apertura y cierra debe hacerse “con informe previo” y se debe evitar la pesca “sobre concentraciones reproductivas”, agregó.

Para los empresarios del sector, “pescar sin permiso nacional es inadmisible e ilegal”. Señalaron que “las provincias no pueden permitir que buques o embarcaciones capturen regularmente langostino dentro de su jurisdicción, a pesar de no contar con el permiso de pesca otorgado por la Nación”. Añadieron que “todo el langostino procesado en la Argentina, sin importar la jurisdicción donde se capture, debe contar con el Certificado de Captura Legal”.

“Las empresas invierten en base a esas reglas, planifican sus exportaciones en base a esas reglas y también sus flotas. Entendemos que esta ha sido la clave del éxito de la pesquería. El mantener el statu quo desde hace años”, puntualizaron los armadores.

Aclararon que el langostino desembarcado de la flota fresquera de altura, que opera principalmente en época invernal, “tiene la calidad necesaria para elaborar productos acordes a las necesidades del mercado”.

En ese sentido, marcaron que “la calidad del langostino fresco desembarcado depende de la forma en que se lo trate abordo”, y recordaron que “todos los barcos fresqueros de altura llevan a bordo hielo en cantidades necesarias o hasta lo producen abordo y desembarcan langostino de excelente calidad para su reprocesamiento en tierra, el cual se elabora mayoritariamente en plantas de la Patagonia”.

Según advirtieron, “la estadística que indica que un porcentaje importante de las capturas de la flota fresquera se utilizó para transformarla en colas en bloque de baja calidad es una falacia”.

“La producción de langostino en tierra es muy amplia y generosa en cuanto a formatos y productos” y su “mayor virtud es “la de poder satisfacer la demanda interna y externa de todos los productos para retail”, sostuvieron. Pero “además hay que destacar que, dependiendo de la frescura o características de la materia prima que llega a la planta, se realizan, mano de obra calificada mediante, más de 60 diversos y variados productos, como, por ejemplo, langostino entero en pequeños envases, colas con cáscara en diversos empaques (desde bolsitas hasta bloques), pelados, desvenados, cortes mariposas, pelado con timón”, entre otros.

La Cámara consideró “absolutamente falso” que los productos manufacturados en tierra sean de baja calidad. “Por el contrario, están siendo muy valorados por los mercados internacionales. Hoy, colas de primera calidad, en bloques de hasta 10 kilos, valen por encima de los 7 dólares, valor similar a lo procesado en altamar”, ejemplificó.

Por eso entiende que “la política pesquera debería fomentar que las plantas en tierra realicen productos con mayor valor agregado y que generen la mayor cantidad de empleo posible”.

Es que, “a partir de la creciente explotación del langostino, muchos mercados no convencionales han comenzado a demandar productos que en el pasado eran impensados”, como los pelados, pelados sin vena y colas de fácil pelado. Para satisfacer la demanda, “en nuestro país se debe alentar la elaboración” de esos productos, añade la nota enviada al Consejo Federal Pesquero.

“Ello no se consigue limitando la operatoria de la flota fresquera, sino justamente permitiendo que operen los fresqueros y dando incentivos a las plantas en tierra”, aclara.

“Por último, consideramos que deben respetarse las reglas de juego históricas y no cambiarlas año a año. En este sentido, las únicas limitaciones que debe tener la flota que opera sobre el langostino desde el año 1988 son los hasta 40 metros de eslora total y los hasta 2000 hp de potencia propulsora”, finaliza.