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Arte y Espectáculos 22 de julio de 2023

Las claves para estar en primer fila en macroconciertos: WhatsApp, Excel y tener tiempo

Más de cinco meses de colas en el caso de Taylor Swift en Buenos Aires o cinco semanas para ver a Harry Styles en Barcelona son algunos de los tiempos de espera desorbitados.

Taylor Swift. Foto: EFE | Jason Szenes.

Por Rosa Díaz

Un grupo de WhatsApp con amigos que compartan la afición desmedida por el mismo grupo de música, una página Excel donde apuntar los tiempos de espera de cada uno en la puerta del recinto y disponer de tiempo son los elementos esenciales para conseguir estar en primera fila en un macroconcierto.

Más de cinco meses de colas en el caso de Taylor Swift en Buenos Aires o cinco semanas para ver a Harry Styles en Barcelona son algunos de los tiempos de espera desorbitados que se manejan esta temporada y que se alargan cada año.

Poner orden en una cola de estas dimensiones no es tarea fácil, por lo que cada grupo de ‘fans’ tiene sus normas para evitar conflictos, especialmente el día del concierto, en el que siempre hay alguien que se quiere colar sin haber hecho el número de horas de espera mínimo.

El caso de Harry Styles es paradigmático porque sus seguidores ya están entrenados en una forma de organización que ya utilizaban en los tiempos de One Direction.

En el concierto que ofreció recientemente en Barcelona, los primeros que llegaron a la puerta del Estadio Olímpico lo hicieron con cinco semanas de antelación.

Cuenta Marta, una apasionada seguidora del artista británico, que su grupo se presentó en cuanto supo que ya había gente haciendo cola.

El grupo de WhatsApp de Marta lo forman treinta personas que se han ido conociendo en conciertos previos de la superestrella del pop británica.

Cuando llegaron al Estadio Olímpico había otro grupo parecido formado por otros veinte ‘fans’, que se habían instalado con bolsas de dormir porque la seguridad del estadio y la policía no los dejaba plantar tiendas de campaña ni llevar colchones.

De esa manera austera y sacrificada, Marta ha pasado seis noches al raso, que son pocas si se tiene en cuenta que la espera fue de 40 días.


Estrictas normas para conservar el turno

La manera de hacerlo más llevadero es organizarse en grupos y acatar las normas: lo primero es ponerse de acuerdo con los otros grupos para que quede claro cual el lugar de cada uno en la cola general; después hay que organizarse internamente para determinar el orden de entrada en el concierto dentro del propio grupo, para lo que se suele utilizar una página Excel donde se apuntan las horas que cada persona pasa delante de la puerta.

La contabilidad tiene su complejidad: la noche suele contar doble, hay que acumular un mínimo de horas para seguir en el grupo, a veces se permite que una persona que no está en la cola cubra el turno a otra, puedes ir al baño o a comprar comida y bebida, pero no puedes tardar mucho, te penalizan si te apuntas en el Excel y luego no vas y otras muchas reglas que dependen de cada grupo.

Además, pueden surgir elementos externos que compliquen el tema, como en el caso de Harry Styles en Barcelona, en el que los seguidores se encontraron con otro concierto, el de Beyoncé, y el responsable de seguridad del Estadio Olímpico les dijo que tenían que retirarse de la puerta.

Los acampados no querían irse porque temían que les quitaran el sitio, pero la seguridad del concierto les dijo que ya los conocían y que no permitirían que otros se colaran, así que se desplazaron temporalmente a la acera de delante y volvieron cuando el público de Beyoncé se marchó.


Peleas en las redes

También se pueden generar otros problemas, como las desagradables peleas con insultos y amenazas graves que a veces se desatan en redes entre los que están acampados y los que quieren estar en primera fila pero no pueden ir a hacer cola.

En el caso del concierto de Harry Styles, Marta asegura que pasó miedo porque temía que los que los insultaban en redes fueran al Estadio y la cosa llegara a las manos.

“Nos insultaba gente que conocemos de otros conciertos y fueron muy agresivos -explicó-, incluso difundieron el número de teléfono de una de las que estábamos haciendo cola y empezaron a amenazarla directamente a su móvil”.

“Nos criticaban porque decían que ellos trabajaban y no podía venir -dice una amiga de Marta-, pero no es verdad, yo trabajo de monitora y he podido hacer mis horas de cola, incluso tengo amigas que viven en Mallorca y en Málaga que han venido varios fines de semana antes de concierto para hacer sus horas y han podido estar en las primera filas”.

Afortunadamente, cuando todos se vieron en la misma cola el día del concierto de Harry Styles en Barcelona se mantuvo la calma y nadie se mostró agresivo, como algunos temían.

Tampoco hubo demasiada gente intentándose colar y los que lo hicieron fueron interceptados y mandados al final sin demasiados problemas en Barcelona, lo que funcionó bastante peor en el concierto del mismo artista en Madrid, pocos días después.


Tiempo o dinero

Estar en primera fila no es tarea fácil, pero los seguidores que lo consiguen aseguran que vale la pena; “es la única manera de verlo bien porque si estás un poco atrás te tapa la gente cuando levanta los móviles”, comenta una ‘fan’ de Styles.

“En primera fila se está bien porque es menos agobiante, los que están más atrás están muy apretados y hay mucha gente que se desmaya”, añade.

Hay otra forma de llegar a las primeras filas: comprar una entrada mucho más cara en la zona VIP. Un sistema de ser el primero que no requiere tiempo, sino dinero, y que también está en alza.

EFE.