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La Ciudad 27 de febrero de 2020

Las medias de Bronzini, un descuido o un guiño

Eisenhower, Bronzini y Frondizi, en el Hotel Provincial, tras los discursos.

Es para muchos el mejor intendente de la historia de Mar de Plata. Es calle, es plaza, es escuela. Bronzini, acaso como si el destino le reservara en la familiaridad de su apellido una clave, también es bronce. Resulta ser un ícono de Mar del Plata, de recordada bonhomía e indiscutida capacidad, pero que en el acontecimiento de la visita de Eisenhower tuvo un desliz.

Vale anticipar que no afectó en nada ese descuido al desarrollo de las actividades ni mucho menos. Sin embargo fue advertido por los periodistas cuando, para sentirse más cómodo al sentarse junto a Eisenhower y Frondizi, elevó sus finos pantalones por encima de sus tobillos.

Es en ese instante en que lo íntimo pasa a ser público que muchos se percatan de que algo no está bien. Los periodistas notaron que Bronzini llevaba una media de cada color, roja aquella azul ésta. La imagen no quedó en las retinas ni el recuerdo de los trabajadores de prensa porque un fotógrafo –él sí tal vez sin saberlo- presionó el obturador y retrató esa negligencia que al día siguiente fue tapa en el diario La Nación.

El legendario periodista Oscar Gastiarena aseguró en un recuerdo que alguien le preguntó: “Don Teodoro, ¿por cábala se puso una media azul y otra colorada?”. Jamás pudo conocerse, por discreción del intendente, si se trató de un guiño por los colores patrios del visitante.

El discurso en el que se auguró
un futuro brillante para el país

En el Hotel Provincial, Eisenhower habló: “Honorable alcalde, señor presidente, ciudadanos de Argentina y de esta hermosa ciudad, damas y caballeros: ‘Gracias por su generosa bienvenida y por el honor que me hacen al presentarme una llave de la ciudad. Les aseguro que no lo usaré mal. No tengo el privilegio de estar aquí el tiempo suficiente para hacerlo.

“De hecho, en los últimos meses, parece que viajo tan a menudo, tan rápido y tan furiosamente, que me dan pocas oportunidades de ver propiedades inmobiliarias, pero sí veo gente. Y para mí, las personas son más importantes que cualquier otra cosa en el mundo.

“Y debo decirles que en las últimas horas la gente de Argentina y la de esta ciudad se han apoderado de un lugar cálido y grande en mi corazón, uno que atesoraré por siempre. Y le aseguro que cualquier cosa que pueda hacer para acercar a mi gente a la suya, para asegurarme de que usted y su nación sean más fuertes y mejores amigos, lo haré.

Sin embargo, por lo que ya he visto de la hermosa ciudad de Mar del Plata, desearía poder permanecer más tiempo que las pocas horas disponibles. Aun así, llevaré conmigo recuerdos vívidos y agradables de esta corta visita.

“En Buenos Aires me impresionó la majestuosidad de su belleza, y la bulliciosa actividad, el comercio y la industria. Sin embargo, como crecí lejos de mi propia capital nacional y he vivido en muchas partes de mi país, me doy cuenta de que la verdadera fuerza de una nación reside en todas sus partes, no solo en su capital y sus ciudades industriales.

“Mientras volamos a Mar del Plata, pude vislumbrar desde el aire algunas de las tierras de cultivo de su país, algunas de las estancias ganaderas y algunas del área de cría de ovejas. Hay una riqueza nativa y una promesa aún mayor en esta tierra. Su futuro seguramente será brillante: los argentinos lo harán así.

“Así que les traigo los deseos amistosos de la gente de los Estados Unidos, y nuevamente les agradezco sinceramente la calidez de su bienvenida, tanto en las calles como en este salón, y por el gran honor que me han hecho al presentarme esta llave simbólica”.



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