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La Ciudad 30 de mayo de 2016

Las persianas bajas, un fenómeno que se incrementa en la ciudad

Desde la regional local de la CGT consideraron la situación como "preocupante" y el Sindicato de Empleados de Comercio pidió "no alambrar la ciudad para generar puestos de trabajo".

La calle 12 de Octubre, el corazón comercial del Puerto, se muestra apagada y con muchos de sus comercios cerrados. Las persianas bajas, muchas de ellas “grafitadas”, indican que ya no se comercializan más artículos de perfumería a la altura del 3100 o cigarrillos y golosinas en la tradicional intersección con Figueroa Alcorta.

El panorama es similar remontando la arteria, como se repite al 3600, con varios locales cerrados en la misma cuadra y hasta tapiados por temor a la ocupación ilegal. “Está brava la cosa y, lo peor, es que me parece que se va a ir agravando”, reseñó Omar, almacenero cuyo negocio está ubicado en la cercanías de al Gruta de Lourdes que abre los domingos a la mañana para “hacer un mango más”.

En Talcahuano, casi llegando a la avenida Juan B. Justo, locales de grandes y medianas dimensiones ostentan carteles de alquiler mientras que en la continuación de la calle que cambia su nombre a Córdoba -en las inmediaciones del Hospital Privado de Comunidad- una construcción que tuvo la intención de convertirse en galería comercial muestra evidentes signos de abandono.

Rejas, persianas bajas, algunos vidrios rotos y suciedad indican que cinco locales ubicados casi llegando a Larrea esperan tiempos mejores. Juan B. Justo, conocida como la “avenida del pulóver”, no quedó ajena a la problemática.

Distintos rubros

A nivel general, la situación fue calificada como “preocupante” por el secretario general de la regional Mar del Plata de la Confederación General del Trabajo (CGT), Sergio Medina.

“Todos los gremios están pasando por momentos difíciles, no sólo los empleados de comercio -reseñó el gremialista, que también está al frente de la Unión Tranviaria Automotor (UTA)-. Estamos viendo que muchos tienen la misma problemática”.

Las persianas, verdes y bajas, indican que el local ubicado al 3800 de Bernardo de Irigoyen está cerrado desde hace tiempo, como los dos comercios ubicados a su lado que supieron albergar a bares muy concurridos. Pero la época de jolgorio terminó en la zona de Alem, hace un tiempo atrás, cuando se decretó -a través de sendas ordenanzas- que en las inmediaciones de la “Recoleta marplatense” se podrían construir edificios de hasta 4 pisos de altura.

El cambio de rubro no prosperó y hoy esos locales continúan cerrados y con signos de abandono.
El micro y macrocentro no quedó ajeno a la situación, como lo demuestran los ventanales pintados con cal en Córdoba al 1900, en locaciones que supieron albergar venta de ropa y un restaurante.

Otro ex local gastronómico que se muestra en las mismas condiciones es el ubicado en la esquina de Corrientes y Belgrano, que todavía ostenta los carteles con las ofertas de “café con leche y tres facturas a elección por $30”.
A una cuadra, en Corrientes y Rivadavia, el local de la esquina corrió la misma suerte, como otro sito a poco menos de 100 metros, justo enfrente a la estatua de Sui Generis que ostenta un gran cartel de “alquilo”.

El pedido de los mercantiles

En tanto, desde la seccional local del Sindicato de Empleados de Comercio (SEC) pidieron que “no se alambre la ciudad, como pide el sector empresarial, en este caso la UCIP, para poder generar empleo, que es lo que necesitamos”, aseguró el secretario general de la entidad, Pedro Mezzapelle.

Los dichos apuntan a la negativa de ciertos sectores a la instalación de “hipermercados, supermercados y cadenas como Easy que generarían fuentes de trabajo, tan necesarias en una ciudad que alcanza al 12,5 por ciento de la desocupación”, añadió Mezzapelle.

En cuanto a los cierres de comercios, el gremialista admitió que “muchos bajaron la persiana en los últimos tiempos por los costos de los alquileres y las subas en las tarifas de gas y luz”, aunque admitió que desde el gremio “no registramos reclamos de pago de indemnizaciones, por lo que los cierres afectaron a comercios que no tenían a sus empleados en blanco”.

Movilizar

Con el punto de vista gremial “preocupante” también coincidieron desde la vereda empresarial, ya que en los últimos meses se constató “un cierre de locales que afectaron distintas zonas”, describió el secretario de la Unión, el Comercio, la Industria y la Producción (UCIP), Blas Taladrid.

“Más allá de la cuestión estacional -explicó-, que pasa históricamente en la ciudad que muchos comercios cierran después de Semana Santa, se registraron menores ventas y más cierres de comercios”.

Más allá de las caídas del consumo interno, Taladrid señaló como posibles causas de las bajadas de persianas a “los aumentos registrados en los alquileres, el aumento en las tasas de financiamiento, el aumento en los sueldos y las cargas sociales y el incremento casi del 100 por 100 de las tarifas, tanto de luz como de gas”.

Ante la situación, adelantó que la UCIP ya comenzó con las reuniones de trabajo con el nuevo secretario de la Producción municipal, Ricardo de Rosa, y una de las propuestas es el “renacimiento” de los Centros Comerciales a Cielo Abierto gestionados de manera conjunta entre los sectores público y privado.

En las adyacencias de la calle Güemes, los altos precios de los alquileres comerciales provocaron que muchos de esos locales permanezcan sin habilitar.

“Teníamos un local, mediano, sobre San Lorenzo pero lo tuvimos que cerrar porque la ecuación no nos cerraba y nos enfocamos en el salón que tenemos sobre Olavarría. Es un pena, en vez de crecer nos vamos achicando”, señalaron desde una mueblería de estilo.



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