Desde Moscú, Rusia
Recién a pocos días del Mundial se puede hablar de la formación de la Selección Argentina. Mal entonces se logra descifrar como está el equipo a pocas horas del inicio de Rusia 2018. Referirse a este combinado nacional como un “equipo”, en las condiciones del proceso previo, es algo demasiado ambicioso.
La pregunta hasta llegar a Ezeiza, a sabiendas de nuestro viaje al Mundial, es la que más o menos nos hacemos entre la mayoría de los argentinos futboleros : “¿Y, cómo lo ves?”.
Si no hay un equipo, y si recién aflora un atisbo de formación, la conclusión es que España, Alemania, Brasil, Francia, y hasta Bélgica, Uruguay y Colombia, entre otros, llegan mejor que Argentina. Son equipos. Conformados. Con una idea, un proyecto, una formación base que surge de un grupo conformado hace mucho tiempo, organización, tranquilidad en la preparación previa. Todo lo que le faltó a Argentina hasta acá, incluídas las desprolijidades,-para ser livianos-, del partido suspendido con Israel a pocas horas de disputarse, que le arrojó un stress extra a los jugadores y sus familias.
Pero la Selección tiene el linaje,-como apuntan siempre el Flaco Menotti y Angel Cappa-, que de repente lo puede ubicar en aquel lote de “candidatos” en plena competencia. Los jugadores argentinos tienen un valor agregado que los pueden llevar muy rápido a encontrarse en un “equipo”, sobre la marcha, durante el Mundial mismo. Son capaces de dar un plus, por competitivos, y porque asimilan rápido una idea. Eso sí, se tienen que terminar las dudas, las confusiones, y esa idea debe ser transmitida ya con claridad, sin vueltas.
Caballero; Mercado o Salvio, Otamendi, Rojo, Tagliafico; Meza, Mascherano, Lo Celso, Di María; Messi, Higuaín o Agüero. Por fín una formación que es un indicio. La que paró Sampaoli el sábado. Con los ingresos de Salvio y “el Kun” en la práctica de este lunes. Con Meza y Lo Celso como abastecedores y enlaces, lo que le faltó a Messi casi desde la ausencia de Riquelme (aunque la Selección sigue adoleciendo de la ausencia de un verdadero conductor desde que no está Román), abren las puertas a una buena idea. Ahora falta encontrar el orden del resto del andamiaje. Y no hay tiempo que perder. Porque ya se perdió casi todo.
@vitomundial
