Por Rodolfo Manino Iriart
Siempre he pensado en la centralidad de lo productivo como motor de bienestar y desarrollo. Es por eso que, junto con amigos, colegas y vecinos, vengo estudiando y trabajando el tema hace ya muchos años. Actualizo hoy esta nota producto de este trabajo, viendo que sigue teniendo relevancia, pero también sumando conocimiento y experiencia que hemos adquirido con el transcurso de los años. El espíritu de la nota se mantiene: las MiPyMES son claves en la economía local y deben ser fortalecidas.
Las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MiPyMES) son una herramienta fundamental para el desarrollo económico y el progreso social. No sólo son productoras de bienes y servicios centrales para la comunidad, sino que también tienen una fuerte incidencia en la creación de trabajo, y por ello constituyen una de las bases fundamentales del tejido social y la vida comunitaria.
Esta importancia es reconocida incluso por la propia Organización de las Naciones Unidas en los compromisos de la denominada “Agenda de Desarrollo Sostenible”, entre los que se encuentra el “alentar la oficialización y el crecimiento de las microempresas y las pequeñas y medianas empresas…”.
Según consignan la Organización Mundial del Comercio y la OCDE, las MiPyMES son la forma de organización empresarial más extendida a nivel global, con una participación del 95% sobre el total del universo empresarial de los países y la generación del 63% del empleo total.
En América Latina –de acuerdo a la Corporación Andina de Fomento- las MiPyMES generan una cuarta parte del PBI regional, y se calcula que cerca del 60% de latinoamericanos trabajan en empresas de 5 o menos empleados.
Argentina no es ajena a estas tendencias, con datos que demuestran que se trata de un sector vital para la economía y el bienestar de la población. Según los últimos datos del Ministerio de Producción de la Nación, el 92,4% de las empresas privadas del país son MiPyMES, con un claro predominio de las microempresas que representan el 80% del total. El sector es además responsable del 50% del empleo formal nacional, lo que equivale a aproximadamente 3,1 millones de empleos.
En Mar del Plata, según los datos más recientes del Observatorio del Empleo y Dinámica Empresarial del Ministerio de Trabajo de la Nación, existen 19.372 empresas privadas que son responsables de la generación de 135.353 empleos privados registrados (asalariados).
Las 1.111 empresas grandes explican 58.180 empleos registrados, mientras que las 18.261 empresas que integran el universo MiPyME generan 77.134 empleos privados registrados (18.416 las micro, 30.369 las pequeñas, y 28.389 las medianas). En otras palabras, el 57% del empleo privado local es generado por el sector MiPyME.
Un punto de referencia
Las microempresas son el formato empresarial más extendido en Mar del Plata: representan el 67,8% del total de empresas, y el 72% de las que integran el universo MiPyME.
Por otra parte, el último estudio realizado en conjunto por la Universidad Atlántida Argentina, la Unión del Comercio, la Industria y la Producción y la Unión Industrial Marplatense ofrece una radiografía de las MiPyMES del sector industrial, que muestra que -en términos de facturación- la estructura del sector PyME industrial local se compone predominantemente en un 92% de microempresas, y que el 56,5% de las PyMES industriales emplea menos de 10 trabajadores.
Los datos vertidos dan cuenta de que Mar del Plata es, por cantidad de MiPyMES, por su dinamismo productivo y su diversificación, un punto de referencia dentro de la Provincia de Buenos Aires.
Las MiPyMES, las del sector comercio, las vinculadas a los servicios turísticos, las industriales, las de construcción, las frutihortícolas, las textiles y las pesqueras –por citar algunas- son engranajes fundamentales de una matriz productiva local que debe fortalecerse.
Está empíricamente demostrado que las MiPyMES actúan como motor del desarrollo local, principalmente en razón de su impulso a la generación de empleos y su capacidad de dinamizar la economía. Frente al acuciante problema de desempleo que acosa al conglomerado Mar del Plata-Batán, las MiPyMES se presentan sin lugar a dudas como una solución integral a la que hay que apostar con políticas activas y herramientas concretas para apoyar su crecimiento y desarrollo.
En este escenario, no debe perderse de vista que la suerte de las MiPyMES está en gran medida atada al poder adquisitivo de los trabajadores, los jubilados y pensionados, y los beneficiarios de los planes sociales. Por ello, es difícil pensar que el desarrollo y el fortalecimiento de las MiPyMES sea compatible con las actuales políticas de ajuste y deterioro del salario real.
Mar del Plata cuenta con grandes potencialidades, como recursos humanos de excelencia, empresarios comprometidos, cinco universidades, el principal puerto pesquero del país, una pujante producción frutihortícola que ya abastece al país, y una cultura emprendedora caracterizada por la innovación y el compromiso social con la comunidad.
Sin embargo, es evidente que todavía Mar del Plata no ha encontrado la manera de articular estas oportunidades en un proyecto estratégico de ciudad.
He podido experimentar las peculiaridades del mundo MiPyME desde muchos ángulos: primero como emprendedor, luego como parte de la sociedad civil y también como funcionario público. Esta experiencia me permite proponer algunas ideas para articular mejoras al sector.
Si queremos pensar a las MiPyMES como el motor de este desarrollo estratégico creo que es indispensable formar a estos empresarios y emprendedores para lograr un mayor conocimiento y, de la mano de eso, más valor agregado. Propongo un dispositivo eficaz y permanente de parte del municipio para capacitar a las MiPyMES en los derechos, beneficios y programas que las asisten, como así también formación en temas legales, impositivos, productivos y de exportaciones.
Debemos también proponer capacitaciones formales, tanto en Centros de Formación Profesional como Laboral: Administración de Empresas, Conducción de Recursos Humanos, Liquidación de Sueldos, son solo algunos de los ejes que podemos pensar.
Para hablar de la importancia de la formación podemos y debemos tomar datos: en la última encuesta de Estructura y dinámica del sector Pyme Industrial del Partido de General Pueyrredon, realizada por la UCIP en conjunto con la Universidad Atlántida Argentina y la Unión Industrial Marplatense, se detectó que el 54% de las unidades productivas relevadas no tienen conocimiento que existen procesos de certificación de competencias laborales, a la vez que el 46% si lo conocen. A su vez, sólo el 16% de las PyMEs ha realizado certificación de sus competencias laborales; y sólo 1 de cada 4 de estas lo ha hecho en forma frecuente.
Hay que tener medidas especiales para sectores particulares, como puede ser todo lo relacionado a industria del conocimiento. Exenciones impositivas y fiscales, microcréditos, orientación en comercio exterior, formación y reclutamiento de talentos y apoyo en Investigación y Desarrollo son solo algunos de los puntos que podemos empezar a fortalecer.
El contacto con las Universidades locales es clave. Desde el apoyo en las capacitaciones al intercambio de información, pasando por la ayuda en la investigación y desarrollo empresarial. La información es un bien preciado y las Universidades son ricas en la misma, su aporte, por tanto, es invaluable.
Por último, debemos seguir incentivando que las empresas locales sean principales proveedoras del Municipio, como así también fortalecer un programa de compre local, entre muchas otras iniciativas que iremos desarrollando en otras notas.
Cabe destacar que algunas de las iniciativas se están llevando a cabo, pero de los datos analizados surge que son muy pocas las empresas que las conocen y menos aún son las que están en condiciones de aprovecharlas. Debemos cambiar esta lógica.
En esta tarea, sin dudas ambiciosa pero urgente, el aporte de las MiPyMES es y será fundamental. Le debemos al empresario, al trabajador y a la ciudadanía en general una respuesta que la política tradicional no ha podido dar.