Laura Novoa: “Con la madurez, a las mujeres nos crecen alas en los omóplatos y empezamos a volar”
Veraneaba en esta ciudad cuando su papá, Pepe Novoa, hacía teatro. Hoy actualiza esos recuerdos y se define libre y desprejuiciada. Sube a escena con la comedia "Las chicas solo buscan divertirse".

"La popularidad es algo que se tiene o no se tiene. Es un misterio y tener ese misterio de mi lado me hace muy feliz", reflexionó.
Por Paola Galano
El desprejuicio la acompaña como un agradable morral que lleva, colgado, colorido, de lado a lado del torso. Sin dudas, una forma de vivir y de entender el oficio actoral. Hace varios veranos que Laura Novoa elige las comedias de verano para encontrarse -o reencontrarse- con ese público que la siguió en la tele abierta, en los ’90 en Poliladron por ejemplo, en decenas de unitarios y novelas, o quizá la vio en el teatro clásico que se gestó en complejos estatales.
Algo de pez habita en esta mujer que se emociona cuando habla de su papá, el actor Pepe Novoa. Quizá porque le gusta el agua y practica deportes como el surf y el sup. Algo de mujer-pez que nada en aguas diversas y siempre las disfruta y que tuvo un sueño: convertirse en actriz popular.
“La popularidad es algo que se tiene o no se tiene, como que te quieren o no te quieren, te aceptan o no te aceptan y ¿de qué depende? Es un misterio y tener ese misterio de mi lado me hace muy feliz”
“Hoy soy una mujer madura -sostiene, en una entrevista con LA CAPITAL-. Y también defiendo la edad en las mujeres, me parece que hay algo maravilloso que te da la edad: ya no le tengo que demostrar nada a nadie, quizás cuando era joven o más joven quería demostrar qué actriz quería ser. Uno trabaja en pos de qué actriz quiere ser y ahora ya soy la actriz que mi historia dice que soy, ningún trabajo me va a rotular de nada”.
Segura, risueña, descontracturada, profundizó: “Con la madurez a las mujeres nos crecen alas en los omóplatos y empezamos a volar porque todos los prejuicios te atan. Hay algo de esta libertad que yo encuentro en poder hacer teatro de verano y en haber acabado de estrenar una película de cine que habla sobre la trata de mujeres (‘Sin salida’) o haber hecho un corto sobre la neurodivergencia”.
Es parte del elenco “Las chicas solo buscan divertirse”.
Justamente, este verano se la puede ver en el teatro Santa Fe (Santa Fe 1854) con la propuesta “Las chicas solo buscan divertirse”, en la que comparte elenco con su amiga Valentina Bassi, más Flavio Di Tomaso, Kity Locane, Gastón Ricaud y Sergio Surraco, en una nueva producción de Aldo Funes.
“Esto que se dice a veces, que los actores somos como una gran familia… las temporadas te dan la oportunidad hermosa de volver a reencontrarte y con ellos (por el elenco) que son amigos de tantos años. Es una fiesta todas las noches”, siguió.
Podés ver la entrevista acá:
-¿Te costó asumir el rol de comediante?
-Siempre fui considerada una actriz del teatro oficial, del teatro San Martín. Hace varios años decidí hacer teatro comercial. Eso fue llevándome de la mano a la comedia. Yo en la vida soy bastante payasa, para no decir cómica. Entonces eso me permitió transitar la comedia, que es para mí muy placentero. Y me renueva este romance que llevo hace tantos años, te diría ya 40 y pico con mi profesión. Es como renovar votos cada vez porque es algo que fui aprendiendo mientras lo fui haciendo. Después me fui perfeccionando. Tuve que aprender todos estos códigos y se va aprendiendo mientras que uno lo va haciendo. Hace cinco años que estoy haciendo esto y también de alguna manera voy tomando fuerza o entidad en algo que no pensaba hacer y que me sorprendió gratamente, que es esto de estar en Mar del Plata.
-¿Venías a Mar del Plata de chica?
-Amo Mar de Plata, todos los marplatenses lo saben porque me encargo de decirlo en todas las notas. Venía a Mar del Plata con mi papá, de chica. Nosotros no teníamos mucha guita, éramos más bien clase media baja, digamos. Pero mi viejo venía a laburar y nosotros veníamos de vacaciones, entonces para mí Mar del Plata era como Disney. Tenía playa, juego, pileta, amigos, a mi viejo lo veía feliz haciendo lo que hacía. Íbamos a las carpas… Estábamos todos los hijos de… (otros actores) jugando sin parar. Mis viejos jugaban a las cartas, en un momento se tenían que ir y mi vieja que le rompía, quería quedarse hasta el último momento en la playa. Después me acuerdo de mi papá sufriendo en el auto y yo no entendía por qué sufría… porque tenía que llegar y no llegaba al teatro. En esa época se hacían tres funciones: con “Matrimonios y algo más” hacían tres funciones. Después hice Poliladron en Mar del Plata, fue una temporada divina, pero yo no estaba en un buen momento. Era mucha popularidad. Te tenían que sacar con combi, guardaespaldas, era muy fuerte. Y ahora es todo disfrute, creo que tiene que ver con la edad.
-¿Te parece que actores, actrices, artistas en general también tienen que ver con la identidad de un país?
-Somos parte de la historia. El otro día vino una señora a la salida y me decía que su primera salida con su novio había sido para ver “Romeo y Julieta” y hoy estaba casada y tenía tres hijos con ese mismo que en la primera cita la invitó al teatro. Y así con todo, porque quizás no te vieron en el teatro, pero la gente del interior prendía la tele y uno estaba ahí en Poliladron los martes a la noche o te miraba en una serie o en una novela y vos fuiste siendo parte. Hay algo de eso, realmente es muy valioso para ellos y para nosotros porque también uno hace el trabajo con mucho amor. En este año es un año muy difícil para los artistas. Hay un odio tan infundado que quiso generarse desde un lugar del poder. Pero la gente no lo tomó. Se han cerrado muchas fuentes de trabajo. Hemos perdido muchos espacios, pero la gente te sigue buscando. Por eso también el boom del teatro. Vas por calle Corrientes en Buenos Aires o venís acá y ves la cartelera y hay muchos actores que estamos haciendo teatro porque es una fuente de trabajo. Por eso también yo le estoy tan agradecida a Aldo Funes. Porque es un productor que hace muchos años que sigue produciendo. Y a Mar del Plata vienen argentinos que son los argentinos del interior. Vienen a meterse al mar, a comer pescado, a comer al Puerto y además vienen al teatro y quizás te toca. Ojalá que nos toque a nosotros, pero si no me toca a mí le toca a algún otro compañero actor. Entonces es algo realmente precioso.
-¿Lograste finalmente ser una artista popular?
-Siempre, yo siempre los sentía así, porque yo empecé en teatro, hice “Socorro quinto año”, “Una voz en el teléfono”, “Dulce amor”… siempre fui una actriz popular y estoy muy orgullosa de serlo, me hace muy bien ser una actriz popular. Te diría que prefiero más ser una actriz popular que una actriz intelectual o prestigiosa, igual terminé siendo también prestigiosa. Pero me siento más popular que prestigiosa. La popularidad es algo que se tiene o no se tiene, como que te quieren o no te quieren, te aceptan o no te aceptan y ¿de qué depende? Es un misterio y tener ese misterio de mi lado me hace muy feliz.

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