Quedó libre el asesino de Melina Briz: “Ya está, no quiero seguir más”, dice el padre de la joven
La Sala I del Tribunal de Casación Penal ordenó que Ariel Troncoso acceda al régimen de libertad asistida, a una década de haber sido condenado a 18 años de prisión. En diálogo con LA CAPITAL, Horacio Briz se mostró desilusionado y adelantó que no apelará la medida: "Es una burla, los jueces, del primero al último, son un desastre", expresó.
Melina Briz.
La Sala I del Tribunal de Casación Penal bonaerense ordenó que Ariel Troncoso, el asesino de Melina Briz (18), acceda al régimen de libertad asistida a una década de haber sido condenado a 18 años de prisión.
Los magistrados Daniel Alfredo Carral y Ricardo Ramón Maidana ratificaron la postura que había esbozado el juez de Ejecución Juan Galarreta meses atrás y que había revocado, en el medio, la Sala III de la Cámara de Apelación y Garantías de Mar del Plata, integrada por Alfredo Deleonardis y Pablo Poggetto.
Tras conocer la noticia, en diálogo con LA CAPITAL el padre de la víctima, Horacio Briz, se mostró decepcionado y adelantó que no apelará la medida. “Realmente es una desilusión bastante grande después de todo lo que hemos venido luchando que ahora lo dejen suelto… Es algo asombroso, una falta de respeto total hacia nosotros como víctimas. No puede ser que a los 12 años con una condena que era de 18 lo dejen libre”, expresó.
En ese sentido, agregó que no quiere “seguir más” con la causa porque “de parte de los jueces” no hay “respuestas favorables”. “Mi abogada (Adelina Martorella) ha trabajado y luchado tanto… Pero son todos obstáculos los que nos siguen poniendo”, lamentó.
Acto seguido, Briz enumeró: “Luchamos cuando al principio estuvo un año libre… Después cuando lo fueron a buscar y se había escondido… Hubo que rastrearlo, logramos que lo metieran preso y ahora lo sueltan… ¡Por supuesta buena conducta! ¿En quién confiamos? ¿Por quién estamos defendidos? Para qué luchar con gente así en la Justicia, si van a dejar suelto a un asesino”.
El entrevistado manifestó que el de su hija “no fue un caso simple”. “La mató, le cortó las muñecas, la hizo desaparecer, la tapó con pasto…. Es muy grave. Como damnificado, quiero decir que los jueces dejan mucho que desear. Asesinos así creo que tienen que cumplir su condena por lo menos de forma completa: los 18 años que le habían dado”, subrayó.
Y agregó: “Uno vive mal y todos los días se levanta con el pensamiento de qué va a pasar ahora. Es un calvario. Luchamos con el enemigo todo el tiempo. Los jueces, del primero al último, fueron un desastre total. Nos engañaron”.
Vale recordar que el caso de Melina Briz fue uno de los últimos crímenes cometidos en un contexto de violencia de género previos a la creación de la figura delictiva del “femicidio”. Desde que a fines de 2012 se sancionó la ley que contempla dicha carátula, los asesinos de mujeres cuyo accionar se haya producido en ese marco reciben la máxima condena prevista en el Código Procesal Penal: prisión perpetua. Y, además, están imposibilitados de salir de la cárcel en forma previa al vencimiento de la pena.
Troncoso mató a Melina Briz en febrero de 2012, por lo cual al ser sentenciado su caso fue juzgado con la ley anterior y evitó así la perpetua. Esto, para el padre de la joven, “es injusto” a pesar de que admite sentir “un aliciente” al pensar que el crimen de su hija es uno -junto con otros- de los que provocó semejante cambio en la ley argentina.
“Siento el aliciente, pero igual me parece injusto que después del caso de Melina para adelante les den perpetua y para atrás no. Es aberrante lo que hizo. Ahora, ¿los jueces cómo pueden dejarlo suelto por buena conducta…? Dentro de todo que cumpla la condena completa. Merecía perpetua, pero por las leyes le dieron 18 años de cárcel, pero ahora sale a los 12 por buena conducta… Es una burla hacia la familia“, concluyó.

Ariel Troncoso, autor del crimen de Melina Briz.
El caso se conoció en la mañana del 14 de febrero de 2012. Sin embargo, Melina Briz llevaba desaparecida y muerta cuatro días cuando los investigadores encontraron su cadáver.
Troncoso y la joven habían estado en una relación afectiva durante tres años, a pesar de que cuando se conocieron ella tenía 14 y él 37. Al momento del crimen, ella ya había cumplido 18 y él tenía 40.
Según la reconstrucción del hecho que en ese entonces llevó a cabo el fiscal Rodolfo Moure, el vínculo estaba a punto de terminarse por decisión de Melina, quien había terminado su etapa de adolescente y pretendía vivir las mismas situaciones que sus amigas: salir, divertirse, interactuar con personas de su edad, y demás. Así lo contó, inclusive, su padre Horacio, días después del asesinato.
Troncoso ya sabía que la joven quería concluir la relación pero, de todas maneras, la invitó a pasear y conversar el viernes 10 de febrero, y ella aceptó. Esa tarde, cerca de las 16.30, la pasó a buscar en su automóvil y la asesinó.
Con el paso de las horas, como la joven no regresaba, hermanos y amigos trataron de hallarla sin éxito. Silvia Alessio, la madre, recibió horas después mensajes de texto desde el teléfono de su hija que decían que Melina estaba mirando televisión con amigas y que se iba a quedar a dormir con ellas.
Pero la mujer no confió. Habló con amigas y no la localizó por lo que el domingo por la madrugada realizó la denuncia por averiguación de paradero. Una vez radicada la denuncia la Policía Comunal de Balcarce y la Sub DDI empezaron a investigar, y a una de las primeras personas que consultaron fue a Troncoso.
El domingo el primer testimonio que se le tomó ya contenía una carga importante de mentiras que recién quedarían al descubierto con su confesión. Troncoso dijo a la policía que había estado con Melina y que a las 7 de la tarde del viernes la había dejado cerca de la casa de una hermana. Luego se fue a jugar al fútbol a Mechongué, en un torneo comercial.
Los investigadores no confiaron plenamente en esos dichos y profundizaron la pesquisa, estableciendo que si bien era cierto que Troncoso había ido a jugar ese partido no lo había hecho. Los testigos dijeron haberlo visto nervioso y él mismo pidió no jugar porque le “dolía la panza”.
Con esos datos, más los aportados por amigos de Melina acerca de su clamor desde hacía algún tiempo por cortar la relación, el fiscal Moure pidió al juzgado de garantías dos órdenes de allanamientos para el departamento de Troncoso y su automóvil marca Volkswagen Golf.
Los operativos recién se llevaron a cabo el lunes por la tarde y a partir de ese momento todo cambió. Troncoso intuyó que el cerco se cerraba. Los policías, de todos modos, no encontraron ningún elemento incriminatorio ni en el departamento ni en el automóvil que estaba en un garaje de avenida Suipacha, entre 17 y 19. Pero sí sumaron más testimonios.
Y fue en la comisaría cuando Troncoso, con el llanto inminente, se abrazó a su hermano y le dijo esa frase: “Me mandé una cagada con Melina”.
Luego se conocería la verdad. En medio de su paseo, Troncoso ahorcó a Melina, le cortó las muñecas para que se desangrara, tiró su cuerpo en un descampado a la vera del caminoa: la dejó desnuda, la tapó con cal y ramas, y tiró sus pertenencias a lo largo del camino. Además, se hizo pasar por ella al mandar mensajes de texto.
El cadáver de la joven fue hallado el martes 14 de febrero a la mañana, a 6 kilómetros de Mechongué, sobre el zanjón profundo de un camino vecinal. Justo en un punto del trayecto que Troncoso había hecho el viernes previo para ir a jugar el partido de fútbol. El cuerpo presentaba evidentes signos de estrangulamiento, heridas en las muñecas y lesiones en el cuello y un hombro (mordida y rasguño).
La cal con la que había sido cubierto el cuerpo semidesnudo de Melina -sólo tenía puesta ropa interior- no fue un agente de deterioro sino todo lo contrario. La autopsia desarrollada horas después en la Morgue de Mar del Plata mostró que el fallecimiento se había producido por “asfixia por estrangulamiento” y que las lesiones en las venas de las muñecas habrían sido realizadas cuando la víctima ya se encontraba muerta. Y lo más determinante de todo: el deceso databa del viernes entre las 17 y las 20.
Troncoso fue detenido y en 2015 condenado a 18 años de cárcel por el crimen de Melina Briz. Al momento del hecho, la figura de “femicidio” no existía en el Código Penal, por lo que los jueces lo sentenciaron por el delito de “homicidio agravado”, razón que le valió sortear la prisión perpetua.
En agosto de 2023, el juez de Ejecución Penal, Juan Galarreta, le concedió el beneficio de poder cumplir parte de su condena en un régimen abierto y ordenó que inicie terapia psicológica. En tanto, en julio pasado le otorgó el beneficio de la libertad asistida, que en agosto revocaron los camaristas Deleonardis y Poggetto, quienes, de todas formas, sí aceptaron que, una vez que volviera a prisión, pudiera realizar al menos una salida mensual.
Ahora, el Tribunal de Casación Penal directamente ordenó que acceda al beneficio de la libertad asistida, medida que quedará firme si la familia de la víctima finalmente mantiene la decisión de no seguir con la causa y apelar a la Suprema Corte de Justicia.
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