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El Mundo 20 de diciembre de 2023

Liberaron a Saab, presunto testaferro de Maduro, en un canje de presos entre Venezuela y EEUU

El empresario nacido en Barranquilla, Colombia, en 1971, llegó al aeropuerto internacional de Maiquetía, Venezuela, acompañado por el presidente de la Asamblea Nacional.

El empresario colombiano, Álex Saab.

Venezuela confirmó “la liberación y retorno a su patria” del empresario colombiano Álex Saab, señalado como presunto testaferro del presidente Nicolás Maduro, en el marco de un intercambio de prisioneros con Washington que incluyó a diez estadounidenses que estaban encarcelados en el país caribeño y en medio de un alivio de las tensiones bilaterales.

“Su libertad es un símbolo de victoria”, celebró el gobierno de Maduro en el comunicado que informó la liberación de Saab, detenido en 2020 en Cabo Verde y extraditado a Estados Unidos en octubre de 2021.

Saab, nacido en Barranquilla, Colombia, en 1971, llegó al aeropuerto internacional de Maiquetía, Venezuela, acompañado por el presidente de la Asamblea Nacional (AN, parlamento) y jefe de la delegación del oficialismo venezolano en las negociaciones con la oposición, Jorge Rodríguez, según imágenes transmitidas por la televisora Telesur.

De allí fue trasladado al palacio presidencial de Miraflores, donde lo recibió Maduro. “Quiero darle la bienvenida a este hombre valiente; después de 1.280 días de secuestro, ha triunfado la verdad”, dijo el mandatario.

La fiscalía estadounidense acusaba a Saab y a su socio, el prófugo colombiano Álvaro Pulido, de transferir 350 millones de dólares obtenidos ilegalmente en Venezuela para blanquearlos a través de Estados Unidos.

De acuerdo con la acusación, Saab había sido informante de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) y había brindado información sobre sobornos pagados a funcionarios venezolanos.

En cambio, la sospecha de que haya sido testaferro de Maduro, señalada por dirigentes opositores venezolanos y funcionarios estadounidenses, no formó parte de la acusación formal ante la justicia de Estados Unidos.

La situación de Saab enfureció al gobierno venezolano, que solo después de su arresto en Cabo Verde sostuvo que el empresario ejercía funciones diplomáticas para Caracas y que Washington no respetó su inmunidad.

Hace un año, sin embargo, la justicia estadounidense resolvió que Saab no había podido “probar” su estatus diplomático.

Con todo, el empresario acabó convirtiéndose en una moneda de cambio para Maduro, que exigía su puesta en libertad para desbloquear y avanzar en las negociaciones con la oposición.

“El pueblo lo recibe con orgullo luego de haber sufrido tres años y medio de detención ilegal bajo tratos crueles, inhumanos y degradantes, violando sus derechos humanos y la Convención de Viena que le confiere inmunidad diplomática”, afirmó hoy el gobierno venezolano.

“Hoy se rompe el eslabón de esta injusticia que nos obliga a reafirmar una vez más la exigencia unánime de Venezuela toda para que cese de forma definitiva, inmediata e incondicional el criminal bloqueo que el gobierno de Estados Unidos impone contra todo el pueblo venezolano”, agregó en el comunicado.

Casi en simultáneo, la Casa Blanca comunicó que el presidente Joe Biden decidió “indultar” a Saab, a cambio de diez estadounidenses presos en territorio venezolano.

Como parte del acuerdo, Venezuela extraditó a Leonard Glenn Francis, conocido como Fat Leonard, un empresario malasio que se declaró culpable en el peor escándalo de corrupción en la historia de la Armada de Estados Unidos, informaron altos funcionarios estadounidenses.

Horas antes, el jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, había anticipado que iba a haber “buenas noticias” sobre los estadounidenses presos en Venezuela.

Estados Unidos y Venezuela rompieron relaciones diplomáticas a comienzos de 2019, cuando Washington desconoció el mandato que inició entonces Maduro, por considerar que surgió de elecciones irregulares.

En esa época gobernado por el antecesor de Biden, Donald Trump, Estados Unidos fue uno de los primeros en reconocer como mandatario interino al opositor Juan Guaidó, que se autoproclamó presidente con apoyo de la AN, que entonces tenía mayoría adversa al chavismo.

Esa tensión comenzó a retrotraerse el 5 de marzo de 2022, cuando Maduro recibió en Caracas a una delegación de alto nivel del gobierno de Biden, 11 días después de que Rusia invadiera Ucrania.

En ese contexto, Estados Unidos se vio súbitamente necesitado de reemplazar el petróleo que hasta entonces compraba a Rusia y Venezuela de mejorar el acceso a mercados internacionales que, a raíz de las sanciones impuestas por Washington y otros países occidentales, tenía casi exclusivamente a través de Moscú.

A partir de entonces, comenzó un proceso paulatino de intercambio de prisioneros y de levantamiento de sanciones por parte de Estados Unidos.

En ese contexto, en octubre de 2022 el gobierno de Maduro liberó a siete estadounidenses que estaban presos en Venezuela, a cambio de la excarcelación de Franqui Flores de Freitas y Efraín Campos Flores, sobrinos de la esposa de Maduro, Cilia Flores, que estaban recluidos en Estados Unidos, donde habían sido condenados por narcotráfico.

Paralelamente, el aflojamiento de las sanciones tuvo su momento más relevante a mediados de octubre pasado, cuando Washington suspendió por seis meses un conjunto de medidas que afectaban principalmente a las industrias petrolera y gasífera.

En esa ocasión, la administración Biden reclamó a cambio que “antes de fines de noviembre” Caracas comenzara a liberar a los cientos de opositores que mantenía presos y a levantar las inhibiciones electorales que pesan sobre decenas de dirigentes.



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