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Arte y Espectáculos 16 de marzo de 2016

Llegadas y partidas, un “Alumbramiento”, el nuevo disco de Juan Ignacio del Rey

Aprovecha el enorme potencial de su voz para cantar canciones sensibles, que hablan de su propia búsqueda personal, de "lo agridulce y a la vez maravilloso de la vida", explicó el compositor.

Con la idea de reflejar su renacimiento y de plasmar sus propias búsquedas personales, el músico Juan Ignacio del Rey editó “Alumbramiento”, su segundo disco de canciones realizado de manera independiente y que prontó presentará en Mar del Plata, ciudad en la que vive, canta y compone.
“Alumbramiento representa para mí una idea de desprendimiento. Me pareció un nombre que reflejaba bastante claro aquellos días de mi vida: llegadas y partidas, lo agridulce y a la vez maravilloso de la realidad y la vida”, explicó a LA CAPITAL el joven compositor, que es dueño de una voz intensa y que se sirve del folklore para presentar algunas de sus canciones. Aunque vale aclararlo, es difícil reducir esa prolija y sensible obra a un solo género musical.
Del Rey, que cobró notoriedad al ser uno de los dos artistas marplatenses elegido para cantar junto a Joan Manuel Serrat en un recital que finalmente el catalán debió suspender, se luce también en una canción instrumental cuya melodía nació, en principio, como canción de cuna para dormir a su pequeño hijo.
“Luciérnaga -tal el nombre de la canción instrumental- es un fragmento musical que fue naciéndome para dormir a mi hijo, se la cantaba casi como un susurro -relató-. Me pareció una linda manera de dejar manifestada la imagen y el recuerdo. Además también me gustaba la idea de darle un respiro al disco, un reposo, antes de continuar”.
Del Rey se formó en el Polivalente de Arte, pasó por el Conservatorio Luis Gianneo y completó su escuela en la familia. “El folklore, el cantar, el tocar la guitarra y luego escribir canciones se lo debo a mi tío. Pasamos infinitas horas al abrigo de la canción”, dijo.
En “Alumbramiento” trabajó junto a músicos invitados, como Juan Sardi (Ronroco) y Micheel León (Vientos andinos) en la canción Cada día más. “Luego fue una linda y nueva experiencia la de grabar todo lo demás con Claudio Solino, quien se ocupó y preocupó de canalizar mis inquietudes”, comentó.
-El disco tiene un tono que da para la reflexión, para el pensamiento, destila tranquilidad. ¿Coincidís?
-El trabajo tiene una carga emotiva muy especial para mí, por cómo fue escrito y posteriormente grabado. He tratado de reflejar lo más sinceramente posible una intención, un estado de ser, aunque las percepciones de quien escucha son personales. El concepto fue básicamente reflejarme. Claro que de esto me di cuenta cuando ya tenía varias canciones escritas. No suelo pensar demasiado en algo especifico a la hora de componer. Por lo general, las canciones surgen de manera muy natural, me gusta darle cierta libertad a la inspiración. La canción “Niño que llueve en la noche” narra un poco esto, la permanente transformación que todos tenemos a cada instante. Desprenderse y soltarse. Soltar amarras. Siento que hay veces que uno necesita perderse un poco para volver a reencontrarse. Las cosas pueden un día ya no ser como eran antes y me parece sano soltar todo aquello que no me permite crecer.
-Se nota un trabajo sobre la voz: tu voz es clave, todo el instrumental y los climas se arman a partir de tu voz.
-Sí, quería que las canciones sean las verdaderas protagonistas, mas allá de la interpretación vocal. Tratar de que sencillamente el todo sea la canción. Fundir la letra junto con la música. Al menos esa fue nuestra búsqueda y digo nuestra, porque fue un trabajo conjunto con Claudio Solino.
-Todas las canciones parecen deudoras del folklore, de un folklore más joven, al estilo Abel Pintos. ¿Te sentís identificado con su poética?
-Abel Pintos es un referente muy grande de la música actual, del llamado folklore joven, personalmente no me veo reflejado en su obra. Me gusta investigar varias músicas y absorber lo que me resuena, más allá del idioma. Sin dudas que Abel ha sido un transformador maravilloso y su popularidad está teñida de talento. Me gustó trabajar este disco desde otro lado, dejar las canciones ser, no condicionarlas con un género en especifico. El folklore es el compost de mis canciones, creo que en este disco el folklore pasa por los colores y las texturas.