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Policiales 10 de febrero de 2018

“Les hacían tomar agua de los inodoros”

Eso fue lo que dijeron los efectivos que lideraron un entrenamiento extremo al ver a Emanuel Garay desmayado. "Fue una frase aberrante", agregó Adrián Garay.

“Los torturaron, los golpearon, 40 grados y les negaban tomar agua. Al que quería le decían que podía tomar agua, pero de los inodoros… El tenía un sueño, entró a su primer día de clases y 12 horas después estaba en coma”, contó Adrián Garay, hermano de Emanuel, el cadete fallecido luego de un brutal primer día de entrenamiento en la Escuela de Policía de La Rioja.

Emanuel Garay, uno de los doce cadetes que el pasado lunes sufrió las consecuencias de esa brutal rutina, tuvo un cuadro agudo de deshidratación bajo temperaturas de casi 50° y falleció en las primeras horas de este sábado.

La noticia fue comunicada por el propio padre del joven, Roque Garay, quien informó que “lamentablemente Emanuel falleció a las dos de la mañana de este sábado en el hospital Vera Barros debido a un paro cardíaco”.

Según contaron otros cadetes internados con el mismo cuadro, Emanuel fue abandonado bajo el fuerte sol. Después de media hora, alguien vio que estaba convulsionando y lo llevó al hospital de la zona.

“Estoy cansado de llorar. Perdimos a mi mamá el año pasado y ahora a mi hermano menor”, contó Adrián, hermano de la víctima. Y agregó: “nosotros responsabilizamos al gobierno de la provincia y a la Policía”.

“Una de las chicas que estaba internada nos contó que un instructor vio caer a mi hermano y dijo ‘si se tiene que morir, que se muera'”.

“Estamos destruidos, lo acompañamos todos estos días y el desenlace no fue lo esperado. Mi hermano tenía toda una vida por delante. Ese día, Emanuel empezaba a cursar. Fue un sueño que terminó en pesadilla”, mencionó.

“Lo hicieron entrenar en condiciones infrahumanas. Les negaron el agua y por eso mi hermano cayó desmayado. En ese momento la persona que estaba a cargo dijo esa frase aberrante: ‘Si se tiene que morir, que se muera’.

“Les dijeron que si querían tomar agua lo hicieran del inodoro. Mi prima, que también estaba en la práctica, tomó de esa agua. Fue terrible lo que pasó”.

Sobre el accionar del gobernador provincial, Sergio Casas, dijo que “se portó bien en primera instancia porque nos facilitó que médicos de otros lugares intentaran curar a mi hermano”.

Sin embargo, deslizó: “lo que queremos es la renuncia de toda la cúpula de Seguridad de la provincia. Ahora queremos que la Justicia actúe y que haya responsables por esto”.