Un joven de 18 años, oriundo de Bariloche, entró en una severa depresión que lo llevó a quitarse la vida tras ser escrachado falsamente en las redes sociales.

Se trata de Agustín Muñoz. Un joven “muy sensible” y que “siempre participó en marchas en apoyo a las mujeres en la lucha de sus derechos”, contó la madre Silvina Castañeda a medios de Bariloche.

Muñoz participó de una marcha en su ciudad luego de una ola de denuncias de abusos sexuales que se desató tras el aberrante relato de Thelma Fardín sobre la violación cometida por Juan Darthés.

En la protesta, comenzaron a nombrar en voz alta a hombres abusadores. El adolescente jamás esperó escuchar el suyo. La denuncia era de una de sus amigas y se había replicado por la red social Instagram. “Quedó estupefacto, atinó a correr a casa, llegó desesperado, me cuenta lo que había pasado, cuando vamos a buscar la publicación ya se había viralizado, tomé contacto con esta chica, recapacitó, teníamos un afecto muy grande con ella, pidió disculpas rápidamente para tratar de frenar todo”, dijo Castañeda.

La chica pidió disculpas a Muñoz, pero el escrache siguió y siguió compartiéndose. La depresión del joven crecía a la par que la viralización del testimonio. Poco importaron las publicaciones en los que la menor pedía perdón a Agustín y aclaraba que se había tratado de “un momento de bronca y enojo”. La condena social ya era demasiado grande.

El 23 de diciembre, en la misma publicación donde Castañeda compartió los mensajes reivindicatorios, escribió: “Mi hijo murió ayer… Con su corazón destrozado”.

Ahora, los padres de Agustín comenzaron una campaña en la que piden “cautela y contención” respecto de este tipo de denuncias. Y manifestó que los escraches falsos son “jugar con algo muy peligroso”.

Siempre avalando la lucha de las mujeres y sin interés de minimizar la situación que viven aquellas que denuncian a sus abusadores, aclaró que “la realidad es mucho más profunda” y que “hay un vaciamento terrible de la Justicia”.